Cap 1

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El inicio: La traición

Comencemos por el principio.

Seis meses habían pasado desde la guerra contra la cara de tierra, Gaia. Nuestro héroe del Olimpo era amado y venerado, nada fuera de lo común.
Esto hasta que unas semanas después de que se había ido a una misión, todos se comportaban muy raro, se le quedaban mirando diferente y otros hasta lo ignoraban; pero no le tomo mucha importancia. Estaba más concentrado en una cosa:

El anillo.

Porque sí, dioses, diosas, semidioses y criaturas del Olimpo, Percy le daría un anillo de promesa a Annabeth, ¡claro!

¿quién más si no ella?

La chica a la que amo más que nada, la que si se lo pidiera, volvería a cargar el peso del mundo por ella.

Percy estaba en su cabaña, había regresado del monte Olimpo, si leíste bien, del monte Olimpo.

Había estado ahí para hablar con Atenea diosa de la sabiduría (y madre de Annabeth)para hablar sobre la propuesta, y claro, aclarar algunas cosas, como explicarle que no se quería casar ahora, si no más adelante cuando terminase la universidad.

—Está bien Percy Jackson, te doy mi bendición para estar con mi hija y darle ese anillo.


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Percy estaba más que feliz, el anillo estaba terminado.

Ese día le había dicho a Atenea que aún no tenía el anillo pero que tenía parte de él, para que Tyson, su hermano cíclope lo forjara, aunque claramente tuvo un poco de ayuda.

En primer lugar estaba su padre Poseidón. Con quién había hablado primero y después de lo que le había contado, estaba explotando de felicidad ya que según él "su hijo ya era un hombre", por lo que le dio un pequeño obsequio.

—¿Estás seguro?—le había dicho a su padre

—Lo estoy—respondió Percy —es con quién quiero estar toda la vida y bueno, suponiendo que no muera antes—dijo con una mueca divertida, al fin y al cabo todos sabían que si eras semidiós, la esperanza de vida no es mucha que digamos

—Bien, entonces toma— y Poseidón le entrego una gran y preciosa perla —estoy tan orgulloso de ti

—Gracias papá— y lo abrazo

Después de visitar a su padre, fue con Jason, quién se había quedado en el campamento, él le había dado su gladius sin que Percy se lo pidiera, ya que estaba hecho de oro imperial, para que lo fundiera y pudiera armar la base del anillo,  después de casi una hora de insistirle, Percy aceptó la espada.

Después de hablar con Atenea, ella personalmente le pidió a Hefesto que lo forjará.

El anillo era precioso. La base hecha de oro imperial con pequeños grabados de búhos que claramente representaba su cabaña y a ella misma. En la base estaba la perla que su padre Poseidón le había dado, además de que el anillo estaba bendecido por Atenea. Era un poco de ambos.

Percy estaba en su cabaña preparándose mentalmente para lo que venía, aunque los nervios lo comían vivo, estaba decidido a dar ese paso; por lo que para calmarse, decidió caminar un rato por su lugar favorito:

||PERCY JACKSON: EL SEÑOR DEL INVIERNO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora