Capítulo 4

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Tres días habían pasado desde la hospitalización de Hoseok.

En ese tiempo estuvo acompañado de Seokjin, pues su padre y novio se encargaron de la mudanza. La mayoría de las cosas las dejaron en la bodega de la casa de Seokjin, y solo sus pertenencias personales las transportaron a la mansión Min.

—Es muy linda.

Jimin admira la amplia habitación, grandes ventanales a través de los cuales se mostraban los verdes jardines y cortinas de una tela tan fina que parecía más costosa que toda la ropa de su armario.

—Quiero que conozca a mi padre, pero él está en un viaje de negocios, llegará en quince días —comunica—. Casi se me olvida... La habitación de Hoseok es la que se continúa con esta.

Jimin asiente disponiéndose a arreglar su ropa.

Por Dios, se materializa tan pequeño en esa enorme habitación, con lujos que solo había presenciado por televisión.

Terminando de acomodar, sale de la habitación a la que sería la de su hijo, rápidamente la arreglan y luego van al hospital. Esos días lo había extrañado tanto, salía en la mañana a concentrarse en la mudanza y cuando volvía por las noches Hoseok ya se había rendido ante el sueño.

Los días transcurrieron de esa manera: en el hospital con su hijo, se alegraba porque la piel de Hoseok estaba volviendo a la normalidad y pronto sería dado de alta, aunque no podría dejar el respirador. Cuando iba a la casa con Taehyung, lo consentía preparándole comida, mientras este le contaba anécdotas vividas junto a su hijo, a pesar de tanto lujo, Min Taehyung era un chico tan amable y carismático.

Jimin se dio cuenta de muchas cosas, por ejemplo, durante los viajes de su padre el chico vivía prácticamente solo, a excepción de una señora que llegaba a preparar la comida y a encargarse de la limpieza, dejó de ir porque Jimin propuso hacer esas cosas, no era un trabajo pesado. Pero a parte de ella, nadie más entraba a la mansión y el hombre quería arder en cólera con el padre, pues el chico solo tenía dieciocho años y su mayor compañía era la soledad en esa fría casa.

—Taehyung —el joven deja la computadora a un lado para escuchar—. ¿Crees que puedas adelantarte y acompañar a Hobi? —pregunta—. Tengo que pasar a mi trabajo más tarde para arreglar algunas cosas y luego ir por Hoseok, hoy le dan el alta, pero no quiero que pase la mañana solo.

—Sí claro... No hay problema, me cambio y salgo.

Jimin empaca unos cuantos bocadillos para que puedan comer en el hospital, Taehyung le agradece y se despide asegurándole que Hoseok está en las mejores manos.

Antes de tardarse más, Jimin se arregla rápidamente, no era mentira que tenía que pasar a su trabajo, debe hablar con sus jefes y acordar cuando se reincorporará, mientras más rápido lo haga, logrará pagar sus deudas y estar en paz.

Esos días habían sido un sueño, atendiendo a su hijo y al novio de este, sin tener que aguantar a gente estúpida y borracha que no pueden entender una negación, pero ya es hora de volver a la realidad.

—Namjoon... Dime que es una broma —escucha como un hombre se queja y mientras baja las escalera logra ver al portador de esa voz grave.

El hombre del café.

Parece que la suerte no lo acompaña, así que tratando de hacer el menor ruido posible planea descender los peldaños y escapar antes de que el hombre llegue a las escaleras.

—Una cosa tenías que hacer... Acabo de llegar de China para la pasarela, no se puede posponer, todos los medios están hablando de esto —reprocha—. Llama a la agencia de Wang y me avisas.

Unintentional Love » YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora