Me desperté por el timbre de la casa.
Alguien llegó.
Abrí mis ojos y no vi a Mike. De seguro esta en la cocina desayunando.
Miro el reloj y eran las 8:23 a.m.
¿Quién visita a esta hora?
Me levanté y bajé trotando por las escaleras hasta la puerta donde estaba Mike abriendola.
- Hola. - dijo Mike.
- ¿Qué pasó? ¿Qué haces aquí? - pregunté.
- Tambien te pasó, ¿verdad? - preguntó Diana mientras entraba a la casa y caminaba hasta la sala.
- ¿De que hablas? - le pregunté mientras nos sentabamos.
- De Josh y de Xavier. - dijo Diana.
- ¿Estas saliendo con Xavier? - le preguntó Mike.
- Estaba. - dijo mientras bajaba la cabeza triste.
- ¿Que pasó? - le pregunté a Diana.
- ¿No sabes? - negué con la cabeza - Nos engañaron. - abrí los ojos como platos. Yo sabía que Josh si me habia engañado, pero de Xavier no me lo esperaba. - Ayer se fueron al bar, me dijeron que fueron porque Josh lo necesitaba, pero ya veo que los tres lo necesitaban.
- ¿Los tres? ¿Quienes? - pregunto Mike.
- Los gemelos y Josh. - contestamos al unísono.
- Ahora no sé que hacer así que vine aquí porque te pasó lo mismo. - me miró con tristeza.
- Yo tampoco sé que hacer. - dije soltando unas lagrimas y viendo como ella tambien lo hacía.
Nos dimos un abrazo y seguimos llorando como buenas estupidas.
- Yo sé que pueden hacer. - dijo Mike captando nuestra atención. - Hagan como si no les doliera, porque de esa manera ellos se van a sentir mal y esa sería una gran venganza. - Diana y yo nos miramos.
Es cierto - nos dijimos con la mirada.
Secamos nuestras lagrimas y Mike continuó:
- No sé si recuerdan que Josh está aquí, así que es mejor irnos...a pasear. - nos miramos un momento y nos decidimos a hacer lo que Mike dijo.
Subimos las escaleras de dos en dos y llegamos a mi habitación.
Me puse lo primero que encontre, me lave la cara y los dientes.
- Diana, ¿que haces aquí? - escuché que Josh le decía soñolento.
Corrí hasta donde Diana y ví como su puño se espetaba en la nariz de mi hermano.
Me puse en medio de los dos para evitar que se siguieran golpeando.
Tomé a Diana por la muñeca y comencé a caminar para bajar las escaleras.
- ¿Donde van? - preguntó Josh.
- No te importa. - le grité sintiendo un dolor grave en el pecho.
- Si me importa. - corrió hasta llegar frente a nosotras. - ¿para donde van?
- No eres nadie para impedirme que me valla. - me miró con los ojos como platos y suspiró.
- Eres MI hermana - puse los ojos en blanco - y MI novia. - esa fue la gota que derramó el vaso.
- ¡No soy tu novia! Tú solo eres mi hermano y deseo que no lo seas. Vuelve con la estúpida zorra de anoche y dejame salir...No es que me dejes...porque, me dejes o no, yo voy a salir. No te quiero ver porque te odio, porque todas las chicas te aman. O eso dijiste ayer. Eres un...- gruñí al no encontrar una palabra para describirle. Él solo me miró con los ojos como platos y sin decir una palabra.