III. Hermanos.

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Aaron

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Aaron

21 de Diciembre del 2020

Eran las 10 de la mañana, el clima estaba frío por lo que era un buen momento para tomar un café caliente. Miro a mi alrededor buscando a Ashley, que debería haber llegado hace media hora, pero en la búsqueda observo a una pareja discutiendo.

La chica estaba de espaldas a mí, mientras el chico alzaba la voz enojado señalándola con su dedo.

Ashley al fin aparece, trae sus lentes de sol como siempre, un gorro negro que oculta su cabello y un abrigo que cubría la mayoría de su cuerpo.

—Perdón por tardar, mi jefe no quería dejarme ir —menciona agitada por caminar en tacones las cuadras que separan el edificio de su trabajo y la cafetería—. Quería pasar a mi apartamento porque está cerca, pero me duelen los pies y preferí pasar contigo primero. 

—Te dije que dejaras ese trabajo, te explotan demasiado —comento disgustado.

Las veces que me quedaba con ella, la veía en las noches con la luz prendida, concentrada en sus documentos. Algunas veces ni comía porque tenía que terminar su trabajo antes de la hora límite.

Ella solo toma mi café y mira el fondo vacío. —No puedo hacerlo, es el único lugar que aceptan gente para trabajar sin experiencia.

Suspire al ver que no le podía ganar en esa pequeña discusión y regreso mi mirada a la pareja que estaban discutiendo. El chico ya no estaba, en cambio, la chica se acercaba a este sitio muy tranquila.

¿No acababan de pelear?

La chica pasa por nuestro lado dándonos los buenos días y va al mostrador, colocándose el mandil.

La señora que me atendió sale y parece regañarla, por lo que ella se disculpa y hace una reverencia. Se acerca a nosotros con su nota y al llegar a nuestra mesa hacemos contacto, logrando sacarle una sonrisa nerviosa al estarla viendo por mucho tiempo.

—Hola, ¿Se les ofrece algo más? ¿Un postre?

Ashley me mira y mira a la chica, alzando la ceja por mi comportamiento extraño. —Un café moca, por favor, y un flan napolitano.

Al ver que me mira de nuevo, no pude evitar soltar un comentario que tenía rondando en mi mente. —¿Está todo bien?

Ella me mira algo dudosa, preguntándose si mi pregunta iba dirigida a ella, al comprobar que sí me responde con otra pregunta. —¿Disculpe?

Ashley gira su cabeza escondiendo su sonrisa a la chica, lo que me hace ponerme nervioso ¿Dije algo raro?

—Bueno... te vi pelear con tu novio hace unos minutos.

Su rostro se relaja y sonríe. —Ah, tuvimos una pequeña pelea.

—¿Terminaron?

—¡Aaron! —me grita Ashley al ver que preguntaba demasiado.

Amor sin terminar © [En Curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora