CATORCE

419 40 35
                                    

—Gracias, Javier. —Aris esbozó su radiante sonrisa hasta que su madre asintió, y Lysandro apagó la luz. Sentía como si le sudaran las cejas, pero exhaló, aliviado de que su primera entrevista exclusiva después del tiroteo haya terminado. Se volvió hacia Temo, quien seguía sosteniendo su mano, sentado en el sofá a su lado.

Aquellas dos noches en el hospital, Aris seguía esperando despertar en una habitación vacía. Temo se había casado con Aris para evitar ser asesinado, pero estar con Aris lo había puesto directamente en la línea de fuego. Estaba tan agradecido de que Temo siguiera con él. Temo estaba allí para llevarlo a casa, para ayudarlo mientras su brazo aún estaba en el cabestrillo.

Los médicos dijeron que podría necesitar más cirugías, pero tendrían un mejor diagnostico después de sanar. Por muy frustrante que fuera, Aris sabía que tenía suerte de estar vivo. Se había reunido en privado con Wendy para agradecerle, aunque el propio Aris no podía recordar cómo acabó el conflicto, solo que Temo estuvo ahí y Aris sintió mucho miedo de perderlo.

Y recordaba el dolor. Mucho dolor.

Mamá se acercó y besó la frente de Aris.

—Lo hiciste muy bien.

Ella abrazó a Temo mientras el resto del equipo veía la cámara y todo comenzó a despejarse.

—Buen trabajo. Ambos. Denle algo de comida.

Era muy tarde, y vestirse, afeitarse y estar listo le había agotado. Ni siquiera se había vestido completamente; estaba sentado en pijama con su saco del traje, camisa y corbata. México necesitaba ver que estaba bien.

—Gracias, mamá. —Aris puso los ojos en blanco, pero sonrió. Todo resultó bien; siempre era así.

Al parecer, el público había simpatizado con Temo debido al video de las secuelas del tiroteo. Aris no tenía la fortaleza intestinal para verlo porque no quería verse a sí mismo o a Temo recibiendo un disparo—o ver la cara del hombre que lo había hecho. Fue bueno que Daniel Salazar Martínez recibiera la ayuda que necesitaba, pero Aris estaba demasiado atareado para pensar en él.

—Los veré mañana. Que pasen una buena noche. —Mamá sonrió y salió por la puerta principal.

Lysandro recogió el equipo de iluminación.

—Bryan y yo estamos esperando nuestra cita para comer.

—Claro. Nos vemos pronto. —Aris asintió mientras Lysandro se despedía y luego se marchaba.

Aris deshizo el nudo de su corbata, o trató. Incapaz de hacerlo por su cuenta, Aris suspiró y se volvió hacia Temo.

—¿Ayuda?

—Sí, amor, déjame cuidarte. —Temo sonrió y atrajo a Aris por su corbata para un beso suave y prolongado. Luego la desató con habilidad y la sacó del cuello de Aris, enrollándola alrededor de su puño.

No habían tenido sexo mientras Aris se recuperaba; hacía poco que había podido sobrevivir sin analgésicos pesados, y no llevaba mucho tiempo en casa. Las cosas habían estado agitadas. Más allá de eso, Aris le preocupaba que Temo dudara en relacionarse con él después de lo que había pasado.

Justo cuando habían tenido una cita, progresando, avanzando hacia algo real... no era justo.

Temo interrumpió los oscuros pensamientos de Aris con otro beso, un poco más apasionado, sorprendiéndolo. Frotando la nariz contra la de Aris, Temo susurró.

—Estoy muy orgulloso de ti. —Luego se alejó y miró a los ojos de Aris—. Me han ordenado que te dé algo de comida. ¿Vas a pelear conmigo?

—¿Alguna vez he peleado contigo? —Aris acarició el pelo de Temo con su mano sana. Su izquierda, lo hacía todo más incómodo—. No tengo mucha hambre, si eso importa. Me hiciste comer cuando llegaste.

shameless: a marriage of convenience | aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora