Capítulo 4: A partir de ahora Vodka con limón
Estaba a punto de entrar al pub de nuevo cuando Fran me tomó de la mano deteniéndome.
Su mano era cálida y me sujetaba fuertemente, con seguridad.
-Ahí dentro están tus amigos ¿no?
-Sí ¿por qué?
-Hay algo que deberías saber... Estas de prueba y apenas me conoces así que no seré duro contigo y no te castigaré si haces algo que no me gusta, pero te lo haré saber. Ahora eres mío.
Esa afirmación hizo que mi cuerpo entero se calentara.
-Harás lo que te pida sin rechistar, decidiré por ti y, visto que estamos con tus amigos, te daré libertad para hablar, pero normalmente tú no dirás nada, estarás callado y yo hablaré por ti a no ser que te ordene que hables ¿Has entendido?
-Si Amo- contesté como hipnotizado.
-Prefiero señor- dijo mientras me cogía de la nuca y pegaba su frente con la mía.
-Sí señor.
-¿Te acordarás de todo? Odio que las cosas no se hagan como quiero- hablo en tono burlón mientras rozaba sus labios con los míos.
-Sí señor, todo se hará como lo ordenó señor- contesté sonriendo sobre sus labios.
Él comenzó a besarme y un millón de descargas eléctricas invadieron cada uno de mis nervios.
Su lengua sabía a menta y se movía rápida y persistente marcando el ritmo que yo debía seguir.
Ese hombre me estaba llevando a la locura, unas palabras y un beso habían bastado para que tuviera un pequeño gran problemilla en mis pantalones.
Se retiró lentamente de mí y me dio un suave beso en la comisura de los labios antes de separarse del todo.
Luego me cogió de la mano y me pidió que lo guiara por el local. Me encontré a Nico solo con la chica rubia.
-¡Ey! ¿Dónde estabas? Esto se te ha quedado calentorro- dijo señalando la copa- ¿Te pido otro?
Iba a decir que sí cuando recordé lo de la toma de decisiones. Miré a Fran con una mirada interrogante y él negó con la cabeza.
-No- contesté dirigiéndome al moreno- ¿Y las demás?
-Están en el baño, ya sabes... tías. Tienen que ir de dos en dos.
Me reí y luego tiré un poco del brazo del mayor al que tenía agarrado para que se acercara.
-Éste es Fran- dije un poco más alto para que la rubia también lo oyera.
-Hola, yo soy Nico y ésta es Alicia- contestó y yo di gracias de que la hubiera presentado a ella también porque no me acordaba de su nombre.
-Encantado.
-¿Quieres algo de beber?- preguntó el moreno.
Fran se giró hacia mí y me preguntó si prefería whisky o vodka. Arrugué la nariz. ¿Por qué el ron no estaba dentro de las posibilidades? Me decidí por el vodka.
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Amor de Látex, Caucho y Goma
RomanceCuando encontré aquella revista BDSM en la habitación de mi primera novia, mi vida dio un giro de 180 grados. Guardé todo mi mundo dentro de una caja, compartiendo mis sentimientos con las únicas dos personas en las que confiaba. Abrir el corazón a...