*NOTA CAP:(es importante para entender, LEEDLA) Rueda wartemberg: es un aparatito BDSM que sirve para estimular. Voy a dejaros una foto pero, no os preocupeis por Carlos, a pesar de su aspecto siniestro, este aparato solo hace cosquillas :)
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Miro el reloj de la cocina. Tengo suerte de que Carlos tuviera reunión de profesores hoy, porque esto de los chocolates me está costando más de lo que pensaba.
Por suerte, he podido sacar una bandeja entera de bombones. Ya tenemos media docena y la otra media está terminando de enfriarse en el frigorífico.
Estoy acabando de fregar todos los cacharros que he utilizado cuando, unos pequeños ruidos detrás de mí, me hacen girarme al tiempo de ver una pequeña mata de pelo negro y una manita sobresaliendo por encima de la placa de mármol de la isla hasta que encuentra uno de los pequeños dulces.
Sonrío y corto el agua para darme la vuelta del todo, secándome las manos con un viejo paño de cocina.
-Laura.
La pequeña manita se queda parada y entonces la niña se pone de puntillas dejándome ver sus grandes ojos marrones que brillan con cautela.
Alzo una ceja notando como una sonrisa se dibuja en su cara.
-Es que... el chocolate que has comprado es mi favorito papá.
-También es el favorito de tu papi y es el día de San Valentín- digo.
-¡Claro!- grita la pequeña corriendo hasta ponerse delante de mí- Y se supone que debes darle chocolate a la gente que quieres y tú me quieres ¿no es así?
-Vaya con la princesita caprichosa...- contesto sin poder contener la risa- Supongo que está bien que te comas dos, pero solo dos, el resto son para papi.
>>Además estoy seguro de que, si le pides, te dará de los suyos...
La niña salta de la emoción, cogiendo el segundo bombón prometido, mientras huye de vuelta al salón donde los dibujos animados se han vuelto prácticamente la única programación viable.
Termino de fregar y saco el resto de los chocolates del refrigerador para colocarlos de manera ordenada en una pequeña cajita de color azul con un lazo semitransparente del mismo tono.
Miro con orgullo mi trabajo durante unos segundos antes de ir al cuarto de la lavadora donde he guardado la segunda sorpresa que ni siquiera mi pequeña ha podido ver.
En ese momento, escucho como se abre a puerta principal y los pasos apresurados de mi niña que corre a recibir a su papi, el cual, ha saludado con un muy alegre: Familia, ya estoy en casa.
Yo salgo de la cocina sonriente, tomándolo de la cadera para darle un dulce beso en los labios.
-Tengo una sorpresa para los dos, así que venga al salón sin protestar- informo arrastrándolos hasta el sofá de la sala de estar.
Carlos se sienta obedientemente, ayudando a la pequeña para que se ponga a su lado mientras yo apago el televisor y modulo las luces para que el ambiente sea más romántico.
Voy a tomar los regalos, gritándoles que cierren los ojos.
Antes de entrar a la sala, asomo la cabeza para ver si alguno de los dos está haciendo trampas y al encontrármelos riendo con las manos tapando sus ojos paso igual de sonriente, arrodillándome cuando estoy frente a ellos.
-Ya podéis abrirlos.
Ambos retiran sus manos encontrándose cada uno con una rosa frente a ellos. La de mi niña de un blanco puro y, la de mi nene, de un rojo brillante.
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Amor de Látex, Caucho y Goma
RomanceCuando encontré aquella revista BDSM en la habitación de mi primera novia, mi vida dio un giro de 180 grados. Guardé todo mi mundo dentro de una caja, compartiendo mis sentimientos con las únicas dos personas en las que confiaba. Abrir el corazón a...