Miami, Florida. 3 de marzo de 1987.
— ¿Ya decidieron un nombre para la pequeña? — El doctor Mendes, un hombre de unos cuarenta y tantos años que se especializaba en trabajo de partos, estaba encantado con la nueva vida que acababa de traer al mundo hace unas horas, seis horas para ser exactos.
Miro con adoración al joven matrimonio Cabello, mientras observaban a su hija, pareciendo aún no poder creer que ya estuviera allí en los brazos de su madre. Eso era cierto, Sinuhe y Alejandro no podían creer la vida que tenían a sus cuidados en este momento, ambos coincidían en eso... Pero tal vez no en los sentimientos que la bebé causaba en ellos.
La mujer miró a sus esposo con una mirada cuestionable, el doctor lo pudo notar. En esos ojos había amor, curiosidad, confusión y... ¿Miedo?
—No es mi problema. —Respondió Alejandro como si acabara de leer la mente de su esposa. El doctor rió. Padres, siempre le dejan la tarea difícil a las mamás, estaba acostumbrado a ese tipo de bromas. La esposa, a diferencia del doctor, fulmino al padre de familia con la mirada. —Tú encárgate de eso. Yo me encargaré del resto... Tengo que hacer una llamada. — Y sin siquiera esperar una respuesta, salió decidido de la habitación.
—Eh... Su esposo tiene un carácter fuerte. — El doctor intento romper la tensión que la salida de Alejandro había creado entre él y la esposa del hombre.
—Después de vivir con él unos años te acostumbras. — La madre no había quitado la vista de la pequeña que dormía profundamente sobre su pecho desde que las enfermeras la habían traído a la habitación para que Sinu le diera de comer. No solo estaba encantada con su pequeña creación de vida, parecía hasta estar enamorada de ella, y el doctor Mendes siempre pensó, que no había nada más hermoso en el mundo que una madre completamente entregada a su hijo. El amor más puro y duradero que existe.
—Entonces... ¿Tiene nombre esta princesa? — Nombre. Esa pregunta la paralizó por completo. Ella no había decidido un nombre para la niña, lo había pensado si, miles de veces, mentiría si no dijera que cada noche antes de dormir se quedaba al menos una hora dando vueltas en la cama mientras Alejandro dormía como un cerdo pensando cómo sería compartir su vida con el pequeño ser que vivía en su vientre. Pero no sabía si sería lo correcto a darle un nombre al bebe, no sabía cómo reaccionaría su esposo al enterarse, no sabía que consecuencias tendría... Al diablo con eso, Sinu ya estaba cansada de tener que obedecer las órdenes de su esposo por miedo. Esa era su hija, su sangre y su creación, y su hija merecía por lo menos tener un nombre decente y digno de su belleza.
No le tomó más de treinta segundos encontrar el nombre ideal para su princesa de ojos chocolate.
—Camila. — Respondió con una sonrisa.
—Camila. — Repitió el doctor, como queriendo probar cada letra del nombre de la pequeña. —Camila Cabello. — Al escuchar el nombre completo de su hija por primera vez, un nudo se formó en el estómago de Sinu. Esto estaba mal. —Es la primera vez que escucho ese nombre. Pero me gusta, es diferente y único. Justo como ella. —Toco delicadamente con la punta de su dedo índice, un pequeño lunar que Camila tenía en su frente, justo debajo del beanie rosa que cubría una gran parte de su cabeza. 'Demasiado grande para una niña tan pequeña' rio al pensar. —No quiero alardear, pero tengo un buen presentimiento sobre su hija señora Cabello. Lo tuve desde hace unas horas cuando la sostuve en mis brazos. Y no soy psíquico, pero puedo asegurar que esta niña va a cambiar la vida de muchos con el futuro brillante que le espera. — Al quitar la vista de la niña, se encontró con los ojos confundidos de una madre que parecía querer derramar una lágrima por cada una de sus palabras.
—Sinu...— El padre de Camila volvió a entrar en la habitación, su sería actitud no se calmó ni por un segundo. Ni siquiera cuando interrumpió al doctor y a la madre bruscamente.—Está aquí, quiere hablar contigo.
ESTÁS LEYENDO
Culpable Tentación (Camren)
أدب الهواةIr a lo seguro era su mejor opción. Pero nadie le dijo que irse a lo prohibido podría ser la mejor decisión de su vida. Lauren vivió toda su vida al pie de la letra y sin errores, siendo nada más que un orgullo para sus amorosos padres. Camila vivió...