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IX

Dolía, dolía como la maldita mierda. Lena no se consideraba una persona fría, claro que la gente misma había hecho suposiciones sobre ella durante toda su vida. Cuando era niña su madre había supuesto que porque no se quejaba, la falta de cumpleaños o las exageradas clases de todo no le afectaban; cuando fue creciendo más sus compañeros de curso supusieron que ella siempre iba a estar dispuesta a hacerles la tarea porque casi nunca se quejaba; mediante fue creciendo más y fue relacionándose con el resto del mundo se dio cuenta de que alguna vez tenía que ser egoísta, no porque quisiera, sino por necesidad, y la verdad era demasiado cruda en ese aspecto, porque casi toda la gente que la había rodeado hasta su adolescencia siempre habían esperado más y más y más de ella. Así que un día simplemente decidió que si quería ser feliz alguna vez en su vida, tenía que dejar de hacer caso a lo que la gente decía sobre ella, porque ya no eran sus amigos de curso los que hablaban, ni solo los padres prohibiendo a sus hijos juntarse con Lena, sino eran los medios de comunicación, era la gente de su medio, posibles patrocinadores y gente demasiado importante, era la gente de la calle, aficionados que buscaban el ultimo chisme sobre su vida, era la mala prensa persiguiéndole durante su día mientras buscaban la mejor exclusiva, lo cual significaba algo controversial sin importar si era verdad o no. Y Lena los dejó creer todo lo que escribían sobre ella, se negó a desmentir todo lo que la prensa sensacionalista decía sobre ella. Se obligó a ser fuerte y más importante, mostrarse fuerte ante los demás, como si nada la afectara, y eso dio mucho más que hablar porque la tomaron por ser una mujer fría y ambiciosa, sin sentimientos, y habían logrado confirmar aquello cuando había ganado a Kara Danvers. Pero que no mostrara sus sentimientos no significaba que no doliera, que no sintiera realmente.

Lena no mintió cuando le contó a Kara sobre su falta de relaciones amorosas, sí, claro que había salido con algún chico alguna vez y también con mujeres, y su falta de relaciones amorosas era principalmente porque Lena se había propuesto ser la campeona del Moto GP, y se había prometido a si misma que lo lograría, y siendo sincera, algo que había quedado grabado en su mente de todas las enseñanzas de sus padres era que si quería algo en la vida, tenía que luchar por ello y que nada podía distraerle de su meta. Su padre se lo había dicho cuando tenía ocho años y durante una cena con los amigos de éste le habían preguntado a una pequeña Lena qué quería ser cuando fuera grande, ella muy inocente había dicho que quería ser como su padre, un CEO aunque en el momento no entendía muy bien el significado, simplemente admiraba todavía a su padre. Más adelante cuando tenía once años durante una de sus muchas peleas con su madre sobre por qué tenía que tomar cuatro horas diarias de clases de piano, su madre le había dicho que, si no se llegaba a comprometer con eso, nunca llegaría a nada, y que ella, Lillian Luthor no tendría una fracasada por hija. No culpaba a su familia por hacerle lo que era ahora, porque Lena no se consideraba una mala persona, de hecho habían personas mucho peores en el mundo, gente que todo el tiempo estaban asesinando o violando niñas e incluso bebés, pero no podía evitar sentir cierta culpa, no con la sociedad, sino consigo misma.

Así que mientras bebía directamente de la botella de whiskey y miraba por el balcón de la suite donde se estaba quedando en el hotel, Lena se permitió ser débil, al final, nadie estaba mirando, nadie tenía que saber que Lena Luthor podía llorar y que o se había quitado las glándulas lagrimales, como alguna vez habían dicho en una revista.

¿Por qué tiene que doler tanto?

Ethan nunca le había caído muy bien, al ser una Luthor su familia había intentado durante su niñez y parte de su adolescencia instruirle lo mejor que podían para que un día pudiera hacerse cargo de la empresa, aunque en el fondo sus propios padres no lo creyeran posible dado que Lex era el hijo perfecto, era el ideal para el puesto. Y ahora Lena entendía que tal vez por eso sus padres no habían puesto tantas trabas cuando ella les había dicho que comenzaría correr y que haría una carrera profesional de eso, era su vida, y Luthor Corp ya no estaba en su lista de prioridades, a fin de cuentas, sus padres aún tenían a Lex. Pero ahora que Lex había fallado miserablemente, había casi arrastrado a la empresa y sus socios a un profundo abismo de locura, lo cambiaba todo. Lena sabía que su madre no había mentido, su madre casi nunca mentía, en cambio le gustaba utilizar la verdad, cambiarla a su completo favor para poder manipular a las personas, así que Lena sabía que era verdad que la junta la quería a ella como próxima CEO, y por más que Lena lo pensó, no podía verse regresando a Luthor Corp y pasar el resto de su vida sentada detrás de un lujoso escritorio firmado y yendo de reunión en reunión, no, Lena prefería morir que volver. Todo lo que su familia le había enseñado e inculcado le había puesto las alarmas en rojo vivo cuando conoció a Ethan, Sam se lo había presentado después de semanas de negociaciones para que Lena pasara a formar parte de Team Ducati. Él había sido bueno, pero también severo, siempre dando consejos, pero también teniendo una mano fuerte sobre cómo quería que se hicieran las cosas.

LA ÚLTIMA CARRERA - SUPERCORP AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora