Acto 4: un susurro yacido en el alma
Abrió sus ojos lentamente y desorientada intentó incorporarse, cosa que con dificultad lograría porque estaba amarra a esa camilla fría de metal donde se encontraba, no podía mover sus extremidades y la cabeza girada horizontalmente le provocaba dolor en el fino y delicado cuello de la joven. Observo con tristeza al chico que yacía dormido al otro lado de donde ella se encontraba, Comenzó agobiarse por la poca movilidad de la que disponía, el dolor en su pecho se generaba poco a poco, al principio no era notorio pero con el paso del tiempo le iba ir afectando. Kasumi estaba al otro extremo de la sala comprobando algunas sustancias en botes pequeños de cristal que cambiaban de color, algunos temporalmente y otros dependía de la temperatura. El Doctor se acercó a Kenji con uno de los botes, lo llevaba con sumo cuidado para que nada del interior del pequeño frasco cayera al suelo ya que era de suma importancia. Itory contempló con sus ojos la horrible escena de Kasumi vertiendo el líquido del frasco en la boca del joven, este reaccionaria de una manera agresiva y sin tener consciencia de lo que estaba pasando. Espasmos incontrolables comenzó a tener, sus ojos quedaron en blanco mientras varios objetos en el lugar levitaban sin ningún tipo de lógica, retorcido de dolor gritó lo mas que pudo mientras amarraba sus manos con fuerza al filo de la camilla, tanta era la fuerza que ejerció que unas pequeñas grietas salieron donde estaba agarrando, rompiendo levemente la camilla. Tras varios minutos los objetos cayeron al suelo con fuerza y el joven logró tranquilizarse devolviendo así su mirada al doctor que le observaba sorprendido, la expresión en su rostro parecía de satisfacción junto una pequeña sonrisa, todo aparentaba ir como él planeaba, la palma de su mano la colocó en la frente de Kenji.
-Lo has conseguido, pasaste la prueba.
Expresó con felicidad llevando su mano al pelo para acariciarlo.
-E-entonces... ¿soy libre?
Dijo Kenji en un tono asustadizo mientras con debilidad lo miraba, Kasumi cambió su expresión enseguida lo que apartó la mano del cabello y la posiciono señalando a la chica. En ese momento el joven no entendía nada a lo que comenzó a hacer una infinidad de preguntas, las cuales ninguna obtuvieron respuesta, si no solo el silencio de Kasumi y la mirada fría e intimidante que tan peculiar era de ver en él. Itory cerró los ojos asustada aparentando estar dormida, su respiración era cada vez más agitada, la presión en el pecho aumentaba dificultándole respirar, aun así hizo el esfuerzo para que no le ocurriese lo mismo que a Kenji, sus defensas estaban aun bajas por la enfermedad que padeció y la ansiedad le estaba nublando el pensamiento. Kasumi se retiró hasta su despacho, en lo que Kenji chistó a la chica varia veces para llamar su atención.
-ya puedes abrir los ojos, se ha ido.
Itory abrió sus ojos dirigiéndole la mirada directamente a Kenji.
-¡¿Qué esta pasando?! ¡¿Por qué estamos atados a estas camas tan rígidas?!
Exclamó asustada de nuevo forcejeando para intentar liberarse, lo que era inútil y solo lograba estresarse más.
-tranquila... pronto saldremos de aquí, solo necesito que confíes en mi y logres tranquilizarte.
Replicó Kenji en voz baja.
-observa.
Donde estaba amarrada la mano derecha de Kenji, comenzó a deformar su uña lentamente transformándola en una garra de un material desconocido pero resistente, la acercó al metal que lo amarraba y bruscamente la clavó dirigiéndola a varias direcciones formando una especie de cruz invertida rompiendo así el material que agarraba su mano. Itory se dio cuenta de lo que el chico hizo.
-¿Cómo has logrado romper algo así?, tú también eres...
Asintió con la cabeza mientras se dirigía a la otra mano para liberarse.
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Lo que las gotas de agua te hacen ver
DiversosEsta obra va a ir basandose en varios actos, aquí les presento el acto 1 que es de como todo esto comenzó a raíz de la tragedia que le ocurrió a Kasumi.