Otro día había finalizado.
Estudiantes, trabajadores, todo tipo de personas salían del metro, ya sea para dirigirse a sus casas o a múltiples destinos dedicados al entretenimiento, buscando hundirse en el mundo del consumismo.
Un día común en la era actual del siglo XXI.
Sin embargo... En el techo de una casa se encontraba una extraña criatura de pelaje rojo, con dos patas de gallina, brazos de gorila, y con una mascara antropomórfica blanquecina similar a la de un león.
Esta criatura miraba con atención su alrededor, analizando cada rincón de la calle, expectante de la presencia de un alguien.
"No esta..."
Con aquella voz distorsionada, se diría así mismo mientras confirmaba la ausencia de un alguien. Sabiendo que aquel hombre no interferiría al no estar presente, cambiaria de su posición encogida a una erguida, como si estuviera a punto de cazar a su presa. Sus ojos, los cuales eran tan solo un hueco negro con dos puntos amarillos iluminándose se fijarían en una pequeña niña que caminaba junto a su madre, ambas tomadas de la mano.
Una sonrisa espeluznante adornaría la cara de aquel ser. Las patas escuálidas de tal Hollow se pondrían en posición, para luego saltar en dirección a su próxima presa.
Estaba a 10 metros, y no había escuchado absolutamente ningún ser cerca.
5 metros, no le faltaba prácticamente nada para llegar hacia sus presas.
Solo le faltan unos 3 metros para llegar hacia ellas y degustar sus almas. ¡Nada ni nadie podría evitarl-
Todo el sonido se pierde por un instante. Mientras una luz lo enceguece.
Un destello rojo seria lo ultimo que observaría, hasta que su consciencia contaminada desaparece por completo. Tal hueco; o mejor dicho su cadaver, no solo se desvanece en motas de luz como debería, sino que reacciona de forma antinatural.
La estructura del Hollow empezaría a retorcerse en si mismo, para luego, de un momento para otro, gran parte de su cuerpo desaparecer en un soplido, dando paso a la figura de un hombre regordete, el cual confundido voltearía a ambas direcciones, sin saber el porque estaba allí.
Mira hacia al frente, observando al par de mujeres que estaban caminando. -"¿No se supone estaba en mi funeral?"- Dice, mas para si mismo que para otra persona, mientras empieza a caminar en silencio en busca de cualquier respuesta.
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El hombre de tez morena mira en silencio como el alma confundida del regordete camina a sus alrededores sin saber el como había llegado allí.
Baja su arco al ya no identificar ningún enemigo a la redonda. Tal objeto desaparece en motas de luz al ya no serle de utilidad.
En silencio, este salta del edificio. Aterriza con elegancia y sin revelar ningún sonido. Antes de que alguien del alrededor se diera cuenta que "algo" había caído, desaparece con su velocidad divina, dejando una leve onda de choque que crearía grandes ráfagas de vientos que empujarían a aquellos que estaban a su alrededor.
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El Shinigami de rojo [DISCONTINUADO]
FanfictionEn el pueblo de Karakura ronda un disparador desconocido que esta acabando con todos los Hollows de la ciudad, cuyos disparos parecen ser múltiples Zanpakutos. La Shinigami Rukia esta en busca de la identidad de este hombre de poderes extraños, sin...