En lo mas alto del edificio mas grande de Karakura, se visualizaban 3 personas mirándose entre ellas. Aparte del silencio abrumador, solo había una tensión creciente entre ambos bandos, dividido en dos hombres mirando a otro; uno cuyo nombre era EMIYA.
El antes espíritu heroico miraba con completa cautela al hombre en frente suyo.
Sosuke Aizen.
Un Shinigami que fue capaz de sobrepasar su capacidad de detección con una casualidad que, por un momento, le hizo teorizar la posibilidad de que este Shinigami tenia algún tipo de relación con aquellos Servants elegidos para ser de clase Assassin.
Para Archer, le era imposible procesar la existencia de un ser que era capaz de pasar desapercibido aun con ese poder. O estaba siendo ayudado por algún tipo de Hogu, o sus capacidades de ocultamiento son capaz de alcanzar lo divino.
"Con que Sosuke Aizen... Es la primera vez que te veo en los alrededores. ¿Se podría saber el propósito de tu visita?"
Busca interrogarle con su tono sarcástico de siempre, pero Aizen ignoro sus palabras y se fascina con las espadas gemelas que porta.
"Es increíble. Sino fuera porque observe con mis propios ojos la creación de esas espadas, a simple vista habría pensado que aquello que portas son unas Zanpakutos."
¿Zanpakuto? ¿Acaso seria el equivalente a los Tesoros Heroicos de este universo?
"¿Y que te dice que no sean unos?"
Intenta dar un farol, pero Aizen simplemente ríe.
"Por favor, un Zanpakuto no puede desaparecer ni aparecer así de la nada. Es algo que, inherentemente, siempre estará al lado de un Shinigami."
Archer no comprende el porque de esto. ¿Acaso no eran solo simples espadas con poderes místicos?
El capitán de la división 5 nota la confusión del hombre vestido de rojo, entonces, decide explicar.
"Oh, supongo que no conoces a que me refiero con Zanpakuto, mala mía, si no sabes nada sobre los Shinigami, Quincy ni Hollow mucho menos sabrás de sus características, al parecer he estado algo despistado."
Por alguna razón se siente menospreciado por el hombre frente a suyo. Y eso lo enoja.
Algo que se había quedado arraigado a Archer desde que era Shirou Emiya era su orgullo. Pero, aunque le moleste, sabe que tiene razón, así que no interrumpe.
"Un Zanpakuto es el reflejo tanto del poder como del alma de nosotros los Shinigamis. Estas armas son únicas, pues sin importar cuan semejante sean en sus habilidades, cada una de ellas tiene una cualidad única.
En ese ámbito, es que nosotros los Shinigamis tenemos ventaja contra los de tu extinta especie."
Esas ultimas palabras son anotadas en lo profundo de su mente. Al parecer, aquella raza con la que fue relacionada no es una que perdure en la actualidad.
La mano de Aizen se dirige hacia la empuñadura de su Zanpakuto, lo que causa que Archer se ponga alerta.
"No es necesario que te alarmes, Archer, solo quiero mostrarte mi Zanpakuto, después de todo es mejor si puedes verla por ti mismo ¿No es así?."
Archer se crispa ante el tono de Aizen. Esta planeando algo, y EMIYA es completamente consciente de ello.
Por un momento, considera la idea de atacar antes de que pueda desenfundar su arma.
Pero... Si de verdad solo quiere mostrar su Zanpakuto, entonces no habría razón de detenerlo. Después de todo, esto solo significaría que el podría voltear la balanza.
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El Shinigami de rojo [DISCONTINUADO]
Fiksi PenggemarEn el pueblo de Karakura ronda un disparador desconocido que esta acabando con todos los Hollows de la ciudad, cuyos disparos parecen ser múltiples Zanpakutos. La Shinigami Rukia esta en busca de la identidad de este hombre de poderes extraños, sin...