Capítulo 5: Lo que sabes no es suficiente.

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Gardine se hallaba en una estética, había ido a hacerse un cambio de imagen, era necesario para evitar que la reconocieran, así se vio al espejo, ya tenía varios años que había podido dejarse su tono natural castaño claro y aunque no lo decía le pesaba tener que teñirlo, ese color era una de las pocas que cosas que compartía con su madre, lo único que le hacía ver que era su hija, aunque ella no la recordara. Al final después de pensarlo bien, decidió no teñirlo, solo se lo cortarían y usaría pelucas para salir a la calle.

El estilista hizo lo indicado, mientras cortaba el cabello de la chica, los mechones castaños cayeron al piso, hasta que el cabello quedo tan corto que podían verse las orejas de la joven, era un corte radical, pero el estilista le dio un toque moderno, con un flequillo degrafilado y despeinado.

Gardine regreso al departamento con bolsas de compras, no solo había traído víveres, sino que llevaba consigo ropa más normal para sus compañeros, si estarían en su mundo, debían pasar como cualquier otro humano. Mathieu le había pedido a la chica, pantalones de mezclilla y playeras lisas, además de chamarras ligeras. Por su parte Gardine había elegido las prendas para Leiftan y Lance; para el rubio había traído playeras de colores tierra, pantalones a juego y sandalias, sabía que al chico le gustaba andar con los dedos de los pies al aire libre. Para Lance había playeras negras, azul marino, rojas y grises, pantalones de mezclilla y otros más oscuros.

­—Creo que la ropa de este lugar es muy extraña —murmuro Lance al revisar las prendas.

—Te acostumbraras, debo admitir que extrañaba la sencillez de las prendas —comento Mathieu, mientras se quitaba la armadura que portaba.

—Esto es muy cómodo, gracias Gardine —dijo Leiftan con una sonrisa.

La chica asintió con la cabeza y se fue a servir un vaso de agua, aun no tenía noticias de Armin y eso la tenía inquieta, aunque apenas le había llamado el día anterior, la espera por respuestas la mantenía muy ansiosa. Decidió dejar de pensar en ello, había algo más importante que hacer, sus compañeros estarían en su mundo por un tiempo, así que debían aprender a moverse sin ella y poder regresar al departamento si se separaban por cualquier motivo. Así la chica les propuso a los chicos, que les mostraría el lugar para que fueran familiarizándose con el entorno.

Mathieu estaba emocionado por salir, llevaba tiempo queriendo pasear y ver cosas nuevas en los centros comerciales, por su parte Leiftan estaba curioso de muchas cosas de la Tierra, Lance por otro lado se mostraba indiferente, no le gustaba estar en el mundo humano, sin embargo, al menos debía aprender a moverse solo.

Gardine les mostro los alrededores, cerca del departamento había un parque, una estación de metro y autobús, la joven con la ayuda de Mathieu les explico a Leiftan y Lance cómo tomar cada transporte, así como las diferentes rutas que había y a donde se dirigían. Leiftan no comprendía el uso de los semáforos, creía que había gente pequeña dentro que los hacia funcionar, por su parte a Lance casi lo atropella una bicicleta y Gardine trato de no reírse, pero la carcajada de Mathieu le contagio y el moreno les dirigió una mirada de fastidio. Finalmente arribaron a un centro comercial cercano, donde Mathieu se fue a una tienda. Leiftan se aventuró a curiosear por afuera de los aparadores, preguntando de vez en cuando a Gardine, para que se usaban ciertos objetos, Lance los seguía sin decir palabra, se sentía algo incómodo rodeado de tantos humanos. Al final luego de comprar unas cosas regresaron al departamento.

Entonces el celular de Gardine emitió un sonido de llamada, la chica contesto inmediatamente, sabía quién era, Armin era el único que conocía ese número.

—Gardine, soy yo, ya tengo la información —se escuchó del otro lado de la línea

—Dime, ¿Qué averiguaste? —le urgió la chica, necesitaba las respuestas.

Regreso a EldaryaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora