Capítulo 3

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"Estableciéndose"



El día era hermoso.


Una ligera brisa fresca soplaba constantemente, meciendo los árboles y volando las hojas sueltas, contrastando con los cálidos rayos del sol que se aferraban a atravesar las espesas nubes.


Las calles estaban llenas de vida, gente yendo de aquí para allá, los autos viajando de derecha a izquierda y de izquierda a derecha por el bulevar, las tiendas se encontraban abiertas, teniendo un buen día en sus respectivas ventas, todo gracias a que era fin de semana.


Harry caminaba tranquilo, silbando aquella misma canción pegadiza que seguían transmitiendo en la radio y que no lograba sacarse de la cabeza, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta de jeans, esquibando a los transeúntes con los que llegaba a toparse, leyendo cada uno de los letreros de los comercios que se encontraban a lo largo de todo el bulevar esperando encontrar el correcto.


Después de caminar aproximadamente 60 metros desde que entró al area comercial, llegó a su destino.



- ¡Bingo!. - pensó victorioso.


"Bienes Raíces Newton"


Se leía en un gran letrero de madera pintada de blanco, con la clasica forma de una casa y con letras azul un tanto chillante, que estaba colocado en el centro de un espacio comercial de labrillos rojos y tejas verdes.



Dejando de silbar, avanzó hacía la puerta de cristal, haciendo sonar una campanilla al abrirla, siendo recibido por un espacio acogedor aún que un tanto frívolo, pues con el suelo de madera bien pulida, un par de escritorios robustos y con patas talladas, las sillas estilo Tiffany, la araña de cristal al centro colgante del techo, y los diversos cuadros de paisajes al óleo y fotos familiares, el lugar se ganaba aquellos adjetivos.


- Buen día jovencito, ¿Cómo puedo ayudarte?. - la agradable y dulce voz de una mujer rubia y pulcramente vestida a traje sastre lo sacó de su escrutinio.


- Buen día, tengo una cita con el Sr Connor Newton. - respondió, leyendo el nombre en un trozo arrugado de papel que había sacado apresuradamente de uno de sus bolsillos.


- Oh, ¿Eres el Sr Potter?. - preguntó la dama, caminando hacía uno de los escritorios, haciendo sonar sus elegantes zapatillas de tacón alto en el proceso, y abriendo una carpeta de color negro al llegar y leyendo rápidamente. -¿El que está interesado en adquirir la antigua casa Johnson?.


- Si se refiere a la casa que está situada sobre la colina a orillas de Forks, entonces si, soy yo. - Contestó Harry, metiendo sus manos de nuevo a los bolsillos de su chaqueta.


- Perdona que me entrometa en lo que no me incumbe pero, ¿No eres un poco joven para adquirir una propiedad?.


- Si, un poco, pero estoy emancipado y necesito un lugar para vivir. - Dijo, levantando los hombros un poco y haciendo una ligera mueca de tristeza muy convincente. - Mis padres murieron hace poco, dejandome una pequeña herencia para poder subsistir unos años y soy demasiado mayor para un orfanato así que... . - dejó de hablar, bajando la cabeza, tratando de hacer su actuación más real; pues aquello era lo que siempre respondía cuando un muggle demasiado entrometido y curioso comenzaba a hacer demasiadas preguntar como, ¿Y tus padres?, ¿No eres muy joven para esto o aquello?, ¿De que vives?, había aprendido a lo largo de los años a cortar de tajo cualquier intromisión contando un poco de verdades modificadas y mentiras bien ensayadas, era tedioso tener que hechizar a cada muggle, eran demasiados.


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