Mikaela, simplemente Mikaela, eso es lo que siempre ha sido, nunca tuvo un apellido de renombre, siempre fue una simple plebeya desdichada.
Su madre una prostituta de lengua larga, mientras que su padre un hombre distante que de vez en cuando la llevaba al palacio Rubí cuando tenía que servir en este como un guardia.
Mas de una vez la rubia se encontro con Claude, el segundo príncipe, ellos eran casi iguales, no en apariencia pero en actitud si.
En algun que otro momento vieron a Athanasio de lejos, mientras estaban debajo de un arbol.
Eran buenos amigos, mas de una vez hubo una disputa entre ambos, pero lo terrible fue como su madre entro en la casa hecha una mujer de risas cuando era joven.
—¡imbecil! ¡Tu hija estaba muy cerca del segundo príncipe!
—¡solo somos amigos, mamá!
Una bofetada, eso fue lo que recibió en su delicada mejilla.
—¡Lo estas conquistando! Primero, tienes que seducirlo mas de lo que lo haces, ¿has entendido, niña tonta?
—¡mamá el esta con la señorita Penelope!
—¡no me interrumpas cuando te hablo! —grito su madre, mientras la joven se cubría con sus finas manos, agarro los cabellos de la mas joven. —hay que sacar provecho de tu belleza.. Ya que gane dinero, has que te inviten a un baile, te conseguire un vestido y un par de zapatos.. Quiero que conquistes al príncipe Claude.
Bajo la mirada y asintio.
—contactaré a Endimion.. —habló refiriendose a su hermano quien era el vizconde. —te iras a vivir con el, estoy segura de que te recibirá con los brazos abiertos.. —la mujer sonríe con algo de maldad.
Unas semanas mas tarde estaba en la finca del vizconde Endimion, en sus clases de modales, con la esposa de su tío, aprendía rápido.
Le estuvieron preparando su vestido para la fiesta de debutantes, Mikaela se observo en el espejo, mientras su cabello rubio y largo era peinado por su tía.
"tienes que conquistarlo."
Aquellas palabras resonaban en su cabeza, su tía le sonríe un poco.
—ya estas lista Mikaela..
En el baile disfrutaba de la compañía de su primo, en ese momento se acerco Claude para ofrecerle bailar, ella acepto su mano y ambos bailaron aquella pieza juntos.
Sus ojos verdes brillaban junto a los ojos azules de contrario, era una bonita noche.
La de nombre Penelope, se hallaba con un rostro serio mientras veía aquello.
Lo único que hizo fue irse de allí, mientras athanasio la seguía.
Claude observo aquello con un rostro serio, mientras se tensaba el ambiente.
Mikaela le tomo la mano con delicadeza, dandole calidez.
—quedese tranquilo príncipe Claude.. —le sonríe un poco.
—esta bien, lady Mikaela..
Los días pasaron, tambien las semanas e incluso meses, se supo de la masacre que había hecho Claude.
Después de aquello, el emperador —Claude— llamo a su querida Mikaela y le ofrecio ser su..
𝘾𝙤𝙣𝙘𝙪𝙗𝙞𝙣𝙖
Le hablo del como logro cautivar su corazón..
De como era ran bella, sus cabellos dorados.. Sus ojos..
Le pidio que firmara un papel para que se hiciese oficial de que era la concubina imperial, hasta la nombro como tal.
Aquella noche durmieron juntos, fue tan linda aquella noche, fue llena de besos, caricias y delicadeza.
Definitivamente tenerla a su lado aquella belleza a su lado, la unica mujer que estuvo alli de manera amorosa.. La única que lo apoyo.
Era prácticamente la mujer pefecta, todos la adoraban, era dulce y encantadora.
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