Novio de Alquiler (En edición)

Rayo McQueen

Capítulo 6

(Greyson es Dave solo que estoy cambiando el nombre)

A la mañana siguiente ya era la tercera vez que presionaba la pantalla del móvil para que la alarma se apagara y pudiera dormir cinco minutos más, hasta que fue demasiado insoportable.

—Maldito móvil. — Lo tomé cuando me levanté y lo arrojé a la cama viéndolo rodar y caer al suelo. — ¡Bebé ¿Estas bien?! — Se me detuvo el corazón uno minutos hasta ver que la pantalla estuviera bien. Una vez confirmado lo lancé a la cama.

Después de ducharme y hablar con mama y Lyra decido bajar a la planta baja a ver si preparo un desayuno/almuerzo para pasar la tarde. Paso cerca de la puerta principal y escucho a James peleando nuevamente por el móvil con el tal Leo.

“Maldita sea, Leo.”

Lo escucho rugir y luego silencio.

“Sabes que necesitan el dinero, no puedes ser tan desconsiderado, mal nacido.”

Unos segundos de silencio y tras un vete al diablo escucho sus pisadas acercándose a la puerta y corro a la cocina sacando unos cuantos alimentos como si no hubiera escuchado nada.

—Acepto. — Dice nada más entrar.

— ¿Cómo?

—Acepto el maldito trato de ser tu idiota frente a los vecinos. — Trato de esconder mi sonrisa de victoria, está enojado, no quiero que por burlarme luego se niegue a hacerlo. Luego reparo en que solo tiene unos pantalones largos de dormir y el torso—muy bien trabajado—desnudo.

— ¿Cuánto necesitas para empezar?

— ¿Treinta mil?

— ¿Los quieres en cheque?

— ¿Así de sencillo, Claire?

—Mis padres tenían doscientos mil dólares guardados para mis estudios universitarios, pero mi beca cubre todo y no tengo que pagar hospedaje. — Digo lo último señalando la casa. — Así que mi regalo de graduación fueron doscientos mil dólares.

—Vaya, ojala mis padres hubieran guardado doscientos mil dólares para mis estudios.

—No todos son tan precavidos como mis padres. — Digo encogiéndome de hombros. — Por cierto, me gustaría comprar un auto, ¿Me acompañas?

—Claro. — Se sienta en la mesa tomando unas tostadas y mordisqueándolas.

Cuando termino de comer subo a mi ático y me cambio de ropa rápidamente. Cuando bajo James está completamente vestido y listo para partir.

—El chofer vendrá en unos minutos.

— ¿Tenemos chofer? — Se gira hacia mí y lo más seguro me atrapa mirándolo de arriba hacia abajo. La verdad es que no había reparado en que James era muy guapo, pero así de guapo, así de idiota.