Te propongo algo.

9.7K 487 5
                                    

Capítulo 5

Mis ojos no daban crédito a lo que veía, mi cerebro no quería procesar la sorpresa que acababa de recibir y no enviaba un estímulo a mi cuerpo pare reaccionar ¡Al menos decir algo! abría y cerraba la boca una y otra vez tratando de formular una palabra, esperaba que algo coherente, al menos.

—Hola, Claire. — Pasó una de sus manos por su cabello rubio, ese tick que siempre hacia cuando estaba nervioso, ¿Lo estaba?

—Hola. — Logré hacerme escuchar lo más seca posible, no quería que supiera lo mucho que su presencia me atormentaba.

— ¿Qué haces por aquí? Escuché decir que estudiarías en Vermont. — Su cabeza se inclinó un poco hacia la derecha y tapó el sol que daba directamente en mis ojos.

—Era una opción pero siempre…

—Siempre quisiste estudiar aquí. — Sonrió orgulloso de recordarlo.

—Quería cambiar de ambiente, pero veo que es imposible escapar de la peste.

— ¡Damien! — Rodé mis ojos al escuchar esa molesta voz.

— ¡Aquí, Sasha! — La susodicha salió con un mini vestido cubriendo lo necesario de su cuerpo, bajó las escaleras casi en cámara lenta hasta detenerse junto a nosotros.

—Llegamos ayer, ¿Por qué la servidumbre ya viene a limpiar hoy? — Se roi de su soso chiste sin que ninguno de nosotros dos la acompañáramos. — Sabia que eras una arrastrada, pero no una acosadora, pequeña.

Ese siempre había sido el mote por el que Sasha se había dirigido a mí, pequeña. No todos teníamos la virtud de nacer con piernas gigantescas y brazos larguísimos que durante la pubertad te hacían ver más torpe de lo que eras como a ella y que ahora fueran un gran complemento para su esbelta figura y rostro exótico.

—Cada vez que hablas me das más que pensar. — Niego teatralmente con mi cabeza como si estuviera decepcionada de confirmar mis sospechas. Veo como ella achica sus ojos mirándome de forma desafiante ahora.

—Deberías saber cuándo darte por vencida, pequeña. — Veía como se acercaba a mi amenazadoramente, teniendo que mirar hacia abajo por mi pequeña estatura o su muy alta estatura. — Damien es mío, y lo seguirá haciendo nos persigas a donde vayamos.

—No me gustaría tener un hombre a mi lado que solo me quiera con las piernas abiertas. — Le guiñó un ojo.

—No sé si esto te sea de ayuda. — Comenzó. Su sonrisa felina me decía que lo que vendría a continuación no me gustaría. — Le abría las piernas desde mucho antes que tú te enteraras. — Se acercó tanto a mí que lo último lo dijo en un susurro en mi oído. Golpe bajo.

Escuchamos la puerta de la casa de Lyra abriéndose y los tres dirigimos nuestras miradas hacia el portal, donde un sudado James removía el cabello que se le pegaba sobre la frente hacia un lado.

Novio de Alquiler (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora