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Como ya era costumbre, por lo menos desde el último mes, me dirigía al interior de viejo templo; No había mucha gente, tal vez solo un par de idiotas que no sabían pelear correctamente.
Transitaba los pasillos con demasiada calma teniendo en cuenta la condición en la que me encontraba, con el labio inferior partido, los nudillos al rojo vivo y unas cuantas gotas de sangre cayendo por mi frente.
Sip, una situación completamente cotidiana.
Un pequeño cartel resaltaba obstruyendo el camino, tenía una pequeña cruz roja en el centro y la palabra enfermería podían leerse en gruesas letras negras debajo; Ya me encontraba lo suficientemente cerca como para escuchar lo que hablaban del otro lado de la delgada puerta corrediza hecha de papel floreado.
__Debes ser más precavido Takemicchi__ Lo regañaba la joven de verdosos iris. Y allí uno de los idiotas, pensé__ recuerda que yo solo se primeros auxilios, no hago milagros.
__Lo siento Nayumi-Chan, prometo tener más cuidado la próxima vez__ se rascaba nerviosamente la nuca el pobre chico, avergonzado de ser reprendido nuevamente por la de hebras rojizas.
La chica soltó un suspiró pesado, probablemente ya no le creía esa mentira, si le dieran una moneda por cada vez que el débil chico había ido a su "consultorio" en el último mes seguramente ahora sería millonaria.
__Supongamos que te creo como si fuera la primera vez que me lo prometes__ pude ver como ya resignada Nayumi deslizó la puerta dejando libre al irresponsable rubio quien no tardó demasiado en marcharse luego de agradecerle nuevamente por su ayuda, aunque no era como que yo me alejará mucho de esa categoría, si le piden a alguien que me defina con una palabra probablemente esta seria "Irresponsable".
Daré un poco de contexto.
Como si de una novela barata y sin presupuesto se tratase, el destino hizo de las suyas permitiéndome volver a reunirme con la joven a la que había ayudado hacia ya poco más de dos meses.
Actualmente sabia, su nombre era Nayumi Itakawa y tenía 16 años de edad.
Cuatro semanas atrás, en una reunión que parecía totalmente normal, Mikey anunció el ingreso de un nuevo miembro a la pandilla y no en cualquier puesto, sino que, ni más ni menos, como la siguiente al mando después de Draken, estando así por encima de todos los capitanes y su subordinados. Por lo que tengo entendido, es amiga de Kazutora desde la preparatoria y fue este quien le dio la idea a Mikey de integrar a alguien para ejercer el rol médico en la pandilla.
Hablo con pronombres femeninos ya que, como habrán deducido, el nuevo integrante de la ToMan se trata de una mujer; la primera en formar, oficialmente, parte de una pandilla.
No mentiré, me sorprendió mucho toparme otra vez con esos ojos color oliva que creí que no volvería a ver jamás, pero mayor fue el impacto que causó el "por qué" de su presencia en la pandilla; Era la enfermera personal de la ToMan y le habían dado un puesto tan alto para que ningún imbécil intentara pasarse de listo con ella.
