Consecuencias del "click"

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Era un día como cualquier otro, pero no para Martin Hernández, desde ese día que Manuel le sonrió algo cambio en él.

Las visitas al café se hicieron cada vez más frecuentes, a veces sin darse cuenta pasaba dos veces en el día, no sabía los horarios de Manuel, pero si podía siquiera verlo, le era suficiente, llevaba esta nueva dinámica desde ya hacía un mes.

—No podés ser así Martin—llevaba exactamente 15 minutos caminando nervioso por el departamento—¿Por qué estas tan nervioso boludo? es solo ir y saludarlo, pedirle un café, ¿Es tan difícil?

Martin se resignó a ayudarse a sí mismo, así que comenzó a prepararse para otro día de estudio y trabajo, comenzó por pensar en su desayuno, un café, pero él quería un café preparado por Manuel, decidió tomar un mate en resignación, siguió por sus cuadernos y pensó ¿Manuel estudiara como él? ¿Será estudiante de su universidad si es así?

—Odio mi vida...—Martin comenzó su descenso a la locura.

Se dirigió a la universidad tranquilamente intentando ignorar las nuevas dudas que se paseaban por su cabeza, la verdad Martin no solía comerse la cabeza pensando profundamente las cosas, normalmente él tenía todo claro y si no era el caso usaba su intuición. Después de sus clases fue al trabajo, lo cual no le emocionaba mucho, al ser una librería, había mucho silencio para pensar, así que se decidió por poner música, en un intento de distraerse.

—Si tan solo pudiera hablar con él— se lamentaba reclinándose en su silla.

—¿Con quién quieres hablar? —era su compañero de trabajo, la verdad solo se veía en ocasiones puntuales, pero igualmente eran amigos.

—¿Qué haces acá?, pensé que no teníamos turno juntos hasta la otra semana—mientras decía esto el otro chico se sentó tranquilamente en la silla del lado.

—Bueno, llegue un poco antes a mi turno, eso es todo, pero llego y te encuentro en modo avión.

Sebastián conocía a Martin hace aproximadamente un año y medio, solían compartir turnos cada tres semanas, el muchacho realmente era bastante observador y aunque no fuera difícil, conocía a la perfección la personalidad de Martin.

—Ah... a veces me gusta escuchar música y perderme en la nada—contestó bastante nervioso, ya que no quería explicar la situación en la que se encontraba, realmente era un dolor en su orgullo de "Martin, el relajado"—¿A vos no?

—Em sí, pero eso es parte de mi personalidad, pero no de la tuya—Sebastián se acercó más a Martin con una mirada que exigía una respuesta real, al cabo de algunos minutos Martin se rindió.

—Ya, vos ganas, te contaré, pero nunca escuchaste nada.

—Está bien—Sebastián realmente tenía curiosidad de saber porque Martin estaba en ese estado de trance.

Martin al cabo de diez minutos termino de explicarle a Sebastián todo, desde como conoció a Manuel, como olvido ese bolso en el café, que en un principio le molesto enormemente porque le daba pereza devolverse por el pero que después fue una especie de regalo del universo porque pudo ver a Manuel sonreír y era la sonrisa más linda y tierna que había visto.

—A ver si entendí, ¿Te atrae el chico que prepara café en la cafetería de la esquina?

—Si querés resumir mi fabulosa historia en eso, sí.

—Bueno sabes que, la mejor solución es que intentes hablar con él y ver si pueden no sé, salir algún día para conocerse más.

Después de salir de trabajo, Martin caminó hasta la cafetería en parte animado con las ideas de Sebastián a probar suerte, sabía que la hora a la que él iba no estaría tan lleno.

El chico de la cafetería (ArgChi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora