Hace más o menos dos semanas desde que Martin y Manuel habían comenzado a tener una especie de amistad más sólida, el invierno de este año se sentía bastante frio, por lo que el trabajo en la cafetería aumentó significativamente.
—Manuu...afuera me estoy re cagando de frio, necesito un café grande.
—Vaya, debe estar re helado para que vengas tan desesperado, te lo preparo altiro—Martin cada día trataba con más confianza al Manuel, hasta hace algunos días se habían comprado unas pulseras de amistad, pero Martin aún tenía ganas de algo más, al cabo de un rato Manuel regresó con el pedido.
—Ooh gracias boludo, desde que salí de la librería que quería tomarme esto.
—Con este frio no me extraña, ya me tengo que ir, hablamos al cierre—para desgracia de Martin los pedidos ese día eran bastante y solo podría ver a Manuel trabajando.
Así Martin se quedó mirando el ir y venir de los clientes del café, había días en los que podían conversar durante varios minutos, otros en los que parecía que Manuel tuviera cuatro brazos o más, pero ante todo Martin era feliz con solo poder verlo durante los cierres.
—Te está saliendo bien la jugada amigo—a Tiare le encantaba verdaderamente ver como ambos chicos congeniaban—después pido ser la madrina de la boda.
—No estoy seguro, Manu me ve como un amigo—Tiare miró a Martin con un poco de tristeza—boluda, no me mires así, estoy bien como estamos.
—Pucha Martin, Manuel ahora trabaja tanto que no hablan mucho, quizás por eso lo sientes así, pero yo siento que ahora que están de vacaciones todo será un poco mejor—Martin sonrió—además déjame decirte que ese cabro igual se alegra cuando veni.
—Tenés razón, igual los cierres son especiales solo somos él y yo—Martin miraba hacia el mostrador donde trabajaba Manuel, se veía tan bien con su uniforme, su mirada seguía perdida en ese punto, que incluso no notó cuando Tiare se fue riendo por la situación.
Las horas pasaron, llegando al cierre del local, todos los clientes ya se habían marchado y solo quedaban ambos chicos, ordenando como era costumbre, a Manuel no le incomodaba realmente la presencia de Martin, pero si comenzaba a sentirse diferente cuando estaba con él, normalmente Manuel no se preocupaba demasiado de qué hacer con sus amistades, pero con Martin sentía que debía hacer más.
—¿Teni algo que hacer después? —Manuel había tirado la pregunta sin previo aviso—si no puedes está bien—Manuel estaba nervioso por lo que no le daba tiempo de responder a Martin.
—Flaco, para, para—Martin sujetó a Manuel para que dejara de hablar y pensar de más—no tengo planes, relájate.
Después de terminar de ordenar ambos chicos fueron al departamento de Manuel, antes de subir al piso en donde vivía el castaño, Manuel le pidió a Martin si podía ir por bebida en el minimarket que quedaba cerca y él aprovecharía de ordenar porque según él "tenía la caga"
—Pero no te preocupes, he venido mucho y no me interesa si tenés desorden en tu casa.
—Pero a mi si, así que tendrás que hacerme caso—diciendo esto Manuel comenzó a alejarse y a Martin no le quedó más remedio que hacer caso.
Manuel subió a su departamento, comenzó a ordenar todo, su departamento no estaba realmente desordenado, él en realidad le tenía preparada una comida a Martin, se enteró por su amiga Tiare que mañana era el cumpleaños de Martin, como sus turnos terminaban tarde, su plan era invitarlo y darle comida, después se le haría tarde y lo invitaría a quedarse a dormir, así que podría desearle su feliz cumpleaños.
Calentó la comida y preparó la mesa, al cabo de algunos minutos sonó el timbre de la casa, así que apagó la luz para que Martin no viera y abrió la puerta.
—Manuu...sos malo, no me diste instrucciones así que vine y te traje mi bebida favorita, espero no te moleste—Manuel se estaba riendo, Martin lo miró extrañado—¿De qué te ríes, además porque tenés la luz apagada?
—Tu confía en mí, no ma' y tranqui por la bebida, tomo cualquiera—Manuel agarró a Martin de la mano para guiarlo y prendió la luz—Sorpresa...supongo, espero que te guste.
Martin estaba mirando a su alrededor, preguntándose el motivo de la sorpresa, para él Manuel no sabía su cumpleaños y si así fuera hoy era 8 de Julio, no tenía sentido, finalmente sonrió ampliamente.
—Si, me gusta, pero ¿Por qué? —Manuel aun sostenía la mano de Martin.
—Ven a comer, te preparé una cama por si se nos hace tarde, después entenderás—Martin se sentía feliz con la mano agarrada por Manuel, este último no se notaba incómodo y como si fuera una prueba limitada su mano fue soltada.
Ambos chicos se sentaron a comer lo que preparó Manuel, normalmente Martin hablaba mucho todo el tiempo, pero la comida de Manuel estaba tan deliciosa que no conversó mucho, Manuel estaba feliz de que a su amigo le gustará la comida que él preparó, su forma de demostrar cariño era a través de gestos como regalos, comida y atenciones. Al cabo de algunos minutos Martin habló después de terminar su comida.
—Gracias por la comida Manu estuvo rica—Manuel le sonrió y Martin reconfirmaba mil veces que esa sonrisa era la más especial para él.
—De nada, me pone feliz que te gustará—Martin vio en los ojos de Manuel toda la felicidad que podían reflejar.
En los últimos meses Martin había conocido muchas cosas de Manuel, se dio cuenta de que era bastante poco expresivo, pero en sus ojos se reflejaban sus sentimientos también que era muy buena persona solo que le daba vergüenza o le costaba mucho sincerarse con las personas y por último que se expresaba por medio de gestos más que palabras.
—Manu fue un día cansador, ¿Te parece si descansamos?
—Si teni razón, ven te muestro donde dormirás, por cierto, feliz cumpleaños—Manuel no se atrevía a decírselo mirándolo.
—Manu...—Martin le sujetó la mano—dilo...de nuevo, mirándome.
—Martin...em...feliz cumpleaños—luego de decirlo, bajó la mirada—espero la pases bien
—Cuando uno felicita por un cumpleaños, le das un abrazo a esa persona—logró apreciar como al contrario se sonrojaba—¿Y bien?
—Ya oh...pero no me webie más—Manuel se acercó a Martin y lo abrazó, ese abrazo duró poco tiempo, pero por Martin se hubiera quedado horas abrazando el cuerpo delgado del otro chico.
El carácter de Manuel para Martin no era un problema, le gustaba hacerlo rabiar de vez en cuando, le gustaba cuando Manuel se hacia el fuerte y al final siempre aceptaba la ayuda, para Martin, Manuel se había vuelto una parte importante de su vida durante las últimas semanas.
Al día siguiente ambos se despidieron como de costumbre, Martin notó que el contrario no se veía muy bien, recordó que Manuel llevaba trabajando más turnos desde que estaba más desocupado de la universidad.
—Manu...—se acercó y le miró seriamente—deja de exigirte tanto trabajando, hablo en serio.
—Si, sí tranqui—Manuel hizo un gesto para que Martin se quedará tranquilo, él sabía lo sobreprotector que podía llegar a ser su amigo, como cuando acompaño a Tiare a comprar algunas cosas a un sitio que ella no conocía—ten un buen día.
—Está bien, vos también—Martin se acercó y besó a Manuel en la mejilla—cuídate.
Manuel quedo en blanco unos segundos, para cuando reaccionó Martin ya se había ido, corrió hacia su departamento y cerró la puerta detrás de él, realmente Manuel había estado evitando pensar mucho en el tema pero él mismo sabía que sentía algo más por su amigo, no sabía si estaba avergonzado o era parte de lo mal que se estaba sintiendo, como buen chileno agarró un paracetamol y se acostó a dormir con suerte al despertar se sentiría mejor.
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El chico de la cafetería (ArgChi)
RomanceMartin es un chico sencillo y que sabe lo que necesita y quiere en todo momento, Manuel es un chico que solo se enfoca en su trabajo y no mira su alrededor. ¿Qué ocurrirá cuando sol y luna choquen entre si? Recuerden que soy chilena y no tengo famil...