Día 4: Cambios

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Agosto

Una posible vida brotaba de su ser.

Mikasa se sentía desconcertada. Había realizado todos los cuidados posibles para no encontrarse en esta situación de incertidumbre, pero haciendo cuentas se percató de que existía una posibilidad de estar...

Embarazada.

No quería pronunciar la palabra en voz alta. Se sentía muy real, algo concreto. Una responsabilidad muy grande para alguien como ella. Y el miedo se apoderó de su cuerpo nuevamente, no creía ser la más indicada para hacer eso.

Parecía que el invierno arrasaría con crueldad aquel año, y temía que nuevamente viviera aquella ausencia de regocijo y calor que extrañaba cuando el frío le congelaba las entrañas. Tal vez se debía a eso, pensó, a aquel estrés de enfrentarse a una estación que odiaba porque creía ver sangre brotar de la blanca nieve.

Si, seguramente era por eso.

E ignorando todo, se aferró a aquella posibilidad.

Septiembre

Mikasa estaba decaída.

Jean supuso que se debía al cambio de estación. Generalmente en otoño la gente se enfermaba con frecuencia.

Primero notó su falta de apetito; muchas veces preguntó si se sentía mal o algo por el estilo, pero ella lo negaba con una sonrisa.

También notó que lo evitaba con frecuencia, si no la conociera tan bien diría que se cansó de su presencia y que terminarían la relación que empezaron hace poco, pero la conocía mejor que nadie y sabía que le estaba ocultando algo.

No quiso encararla con preguntas, sabía que se lo diría en algún. Aun así, todo el tiempo trató de demostrarle lo mucho que le importaba con paseos por el campo, ahora que se habían mudado a una casa lejos de la ciudad, antes de que el invierno llegara.

Jean confiaba en ella.

Octubre

Tres meses sin su periodo.

A pesar de que negaba con vehemencia los hechos no podía engañarse más. Tenía más nauseas que nunca, el mínimo olor le provocaba salir de inmediato antes de él lo notara, y tenía cambios de humor muy alterados; en cualquier momento se echaba a llorar y de un momento al otro reía por algún recuerdo compartido con Jean. Estaba como loca.

Además, no sabía cómo darle la noticia. ¿Y si se enojaba y la abandonaba? ¿Y si tendría que criar sola a su bebé?

No ayudaba que dichos cambios de humor traicionaran su confianza; se decidía hacerlo, incluso buscaba las palabras adecuadas para decírselo, pero luego se libraba una batalla en su interior y prefería quedarse callada.

¿Se daría cuenta en algún instante?

Los vientos cada vez eran más fríos, los árboles se encontraban desnudos con sus hojas desparramadas en el piso... le pareció increíble como, una vez más, la naturaleza era capaz de reflejar su interior.

Noviembre

Mikasa cada vez estaba más extraña.

A veces lo bombardeaba con muestras de cariño — un poco ajenas a su personalidad — y otras veces era más fría que el invierno que azotaba el lugar. No sabía que le sucedía, era observador, pero algo no cuadraba... tal vez había pasado por alto algo.

¿Hizo algo mal?

Diciembre

Odiaba el invierno.

Jeankasa Week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora