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— Ya cambia esa cara, Sungchan. Mi padre jamás en lo que resta de su vida te hubiera permitido dormir con Shotaro.

— Pues tampoco esperaba que le pagara a Somi por cuidar de Shotaro durante toda la noche. — lanzo la pelota con furia, esperando encestar, pero esta da vueltas alrededor de la canasta y al último no logra entrar. Maldigo por lo bajo y miro a Hendery, el primo de Chittaphon, quien con una baja estatura (muy baja a mi parecer) termina colgándose de la canasta y encestando sin problema alguno.

— ¡Bien hecho, Hendery! — Johnny lo anima y ese presumido no duda en sonreír de lado y mirarme como si no fuera nada a su lado y pueda que no lo sea, pues no he jugado basket desde los diez años, como ese idiota de piel pálida y de rasgos demasiados femeninos (a mi parecer).

El chico fantasma, como le comencé a decir desde que lo vi junto a Ten en la entrada de la casa de Shotaro, me lanza la pelota una vez que se encuentra en el suelo, como invitándome a lanzarla, sin embargo, se la pasó a Johnny y este último no hace más que sostenerla, mientras sigue riéndose de lo sucedido hace menos de media hora.

Mis padres habían coordinado junto a los padres de Shotaro sobre este campamento familiar y luego de terminar los exámenes finales y empezar las vacaciones, ellos decidieron hacerlo. Estaba demasiado emocionado por este viaje, pues podría estar todo el día con Shotaro y compartir una tienda con él, sin embargo, apenas llegamos al lugar, asignaron pares y entre ellos, no estábamos Shotaro y yo.

— Ve el lado bueno, Sungchan, compartirás tienda con Hendery.

Y en ese momento quise tener el balón para así lanzárselo directamente en el rostro a Johnny. Yo no quería compartir tienda con el niño fantasma y tal parecía, que él tampoco quería, pues apenas nos mencionaron, él colocó una cara más seria (de la que ahora tenía) y se alejó, hasta que Johnny lo invitó a pasar un rato con nosotros.

— Yo no quiero compartir tienda con el niño jirafa.— dijo él. Rápidamente quise acercarme y no precisamente para besarle la mejilla o algo parecido, sino para dejar morada su asquerosa piel lechosa.

— ¡Hey, hey, hey! — Johnny se interpuso y tuve que solo regalarle una mirada asesina al primo de Ten y tragarme los insultos y golpes que tenía preparado.— No pienses en desquitar toda tu ira con nosotros, el que tú y mi hermano hasta ahora sigan en base uno no tiene nada que ver con nosotros.

La risa del idiota de piel pálida se hizo escuchar y rápidamente miré mal a Johnny, en cambio, él le siguió el juego, comenzando a reírse.

— Pues es mejor que haber practicado todo el Kamasutra con Ten. — Johnny dejó de reír y al parecer, a Hendery tampoco le hizo gracia, pues golpeó el hombro de mi "cuñado".

— Eso no es gracioso, niño jirafa.— el tono serio que empleó Hendery no me asustó en lo más mínimo y la mirada molesta de Johnny tampoco ocasionó algo en mí.

— Tampoco me parece gracioso esto, así que luego nos vemos.— y sin más, emprendí camino hacia la salida del campo deportivo de Basket.

Encontrar a Shotaro no fue nada difícil, pues estaba comprando un helado junto a mi hermana, ella le estaba tomando fotos con su nueva cámara y riendo por alguna broma o qué sé yo.

Con mucho cuidado, me acerqué a mi novio, queriendo sorprenderlo, sin embargo, Somi gritó mi nombre y la sorpresa dejó de serlo al ver la sonrisa que me dedicaba mi novio.

— ¿Qué tal te fue con los chicos? Ten estaba buscando a su primo.— me informó mi pequeño novio mientras que mis manos estaban alrededor de sus hombros.

— Su primo es un idiota — le susurré. Shotaro rio y pronto sentí un leve golpe en mi estómago, nada serio y tampoco, doloroso.— No sé porqué lo trajo, él nisiquiera es parte de esta familia.

— Chittaphon sí lo va a ser.— completo él.

Rodé los ojos en respuesta, a pesar de haber escuchado en todas las prácticas como Johnny idealizada un futuro junto a ese chico de hombros anchos, incluso había pensado en todos los hijos que tendrían. Yo diría que era algo muy obsesivo, pero él lo veía normal.

— ¿Qué tal te fue a ti? ¿Te gusta el lugar? — Miré a mi hermana, que parecía más concentrada en las fotos que había tomado y que poco o nada nos prestaba atención.

— He venido hace mucho con mis padres, aunque esta es la primera vez que estaremos más de un día.— besé la mejilla de mi novio cuando este terminó de hablar y él alzó su cono de helado en respuesta, probé el postre, pero al instante lo alejé, pues no me había percatado que este era de coco y este sabor no era de mis favoritos.

— Y lamentablemente no dormirá contigo, hermanito.— tal parece que Somi no estaba tan concentrada en sus fotos y al parecer, le gustaba recordarme la mala suerte que tuve cuando el padre de Taro fue elegido para destinar las tiendas y los que dormirían dentro de estas.

— Eso no me importa.— le fui sincero. Sin embargo, muy en el fondo, esperaba compartir una sola noche al lado de Shotaro, claro que no de la forma en la que Johnny o Hendery pensaban. Yo solo quería abrazarlo.

— Bueno, hermanito, entonces tendrás que morir casto.— ella se burló. Taro también lo hizo, a pesar de estar hablando sobre un tema que nos concernía a ambos.

— Esto no es gracioso.— le susurré a mi novio, comenzando a hacerle cosquillas, recibiendo risas como respuesta, no solo de parte de Taro, sino también de Somi.

Fueron segundos divertidos, hasta que mi hermana decidí capturar el momento con una foto. Shotaro y yo salíamos riendo y tocándonos en busca de causar cosquillas en el cuerpo del ajeno.

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Las estrellas brillaban en esta noche y la fogata que habíamos hecho iba de acuerdo a la ocasión.

Shotaro estaba con mi chaqueta encima suyo y sonriendo ante los chistes ridículos que Ten contaba. Ahora ellos parecían llevarse bien e incluso Chittaphon solía cuidarlo como a un hermanito menor.

Nuestros padres siguieron hablando, hasta que nuevamente sacaron el tema de las carreras y en vez de participar, tal y como lo hacía Shotaro, decidí desviar la mirada y prestar atención a algo más que mi futuro.

Sin embargo, la mano de Shotaro tomó la mía y cuando lo vi, él me estaba sonriendo.

— Sungchan y yo iremos a ver el río.— susurró él. Solo me deje llevar, a pesar de que el padre de Shotaro parecía querer matarme con la mirada.

— ¿Ya has decidido lo que harás?

La pregunta de Shotaro me tomó por sorpresa, por lo que no supe cómo contestar o siquiera qué contestar.

— He decidido ingresar a una academia de baile.— fui sincero y a pesar de no saber cómo pagaría la mensualidad de las clases ya tenía decidido lo que haría.

— Yo te apoyaré, tengo algunos ahorros que te pueden servir para la matrícula y el primer mes. — las palabras de Taro me reconfortaron, sin embargo, no me aprovecharía de él.

— Yo trabajaré, Shotaro. No te preocupes.— tomé su mano, él nuevamente me sonrió y alzándose de puntitas, dejó un beso en mis labios. Correspondí de inmediato, pero tuvimos que alejarnos al cabo de unos segundos para recuperar algo de aire.

— Te quiero... — me susurró cuando mis manos estuvieron en sus mejillas y las suyas encima.

El brillo de sus ojos era más que suficiente para saber que él sentía algo más fuerte que un querer y yo también sentía lo mismo.

— Yo te amo.— le dije por primera vez y sin esperar respuesta, tome posesión de sus labios, con la diferencia que ahora el tacto no era algo suave, al contrario, era un beso apasionado, de aquellos en donde los labios se mueven al compás y en el que las manos recorren el cuerpo ajeno. Sí, mis manos recorrían el cuerpo de Shotaro y él solo jugaba con mi cabello, importándole muy poco que mis manos estuvieron cada vez más cerca de su trasero.

Solo al separarnos fui consciente de lo que mi cuerpo sentía, de lo que Shotaro me hacía sentir... él me excitaba.










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 ،   ★     𓋰    Pequeño      𔘓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora