No quería ser rudo, pero mientras más saltaba, más ganas tenía de alzar mis caderas y escucharlo gritar. Shotaro no se detenía, no lo hizo cuando se subió encima de mi regazo y tampoco cuando le pedí amablemente que se bajara. Él no se detuvo y estas son las consecuencias.
Apoya su mentón en mi hombro y ahí mismo comienza a gemir tan fuerte, solo para que yo lo escuche. Sonrio por inercia, pero termino gruñendo y dejando huella en su piel con mis dientes.
- C-channie~ - susurra con el apelativo cariñoso que mi madre utiliza muchas veces para llamarme.
Maldigo en voz baja y cuando abro los ojos, me encuentro frente a mi computadora y con una película porno reproduciéndose con el volumen más bajo.
- Hijo, Taro ha venido a verte. - mamá sigue insistiendo y la erección que tengo entre mis manos es realmente dolorosa, al igual que el tiempo que he dejado de verme con Shotaro por temas de estudios.
- D-dile que suba.- apenas susurro, metiendo mi erección dentro de mi ropa interior y yendo lo más rápido posible al baño. Necesitaba una ducha muy fría.
No escucho lo siguiente que dice mi madre, pues abro la llave de agua y la erección baja, al igual que el dolor. Me calmo y relajo por un momento. Las clases en la universidad tampoco han sido fáciles, aunque para ser sinceros, nada es fácil en esta vida. Tienes que conseguir todo a base de esfuerzos y eso es lo que estamos haciendo Taro y yo al estar estudiando.
- ¡Sungchan! - grita Shotaro desde mi habitación. Rápidamente abro mis ojos y salgo del mar de pensamientos en el que me había sumergido. Lo escucho cada vez más cerca, hasta que abre la puerta del cuarto de baño y se introduce.
- ¿Mi madre sabe que estás aquí? - escucho un sonido muy parecido a una afirmación y entonces ruedo los ojos.- ¿Sabe que estoy desnudo y que probablemente puedes quitarte la ropa y entrar a ducharte conmigo?
- Claro que lo sabe, pero confía en que su hijo es un santo y no un asqueroso que mira porno.- la risita que sale de los labios de mi pequeño novio me hace rodar los ojos nuevamente.
- No me digas que no lo apagué.
- No lo apagaste, channie.
Apoyo mi cabeza en las baldosas y me siento tan avergonzado, pero cuando menos lo pienso, la puerta de vidrio de la ducha está siendo abierta bruscamente y la sonrisa lujoriosa de Taro me hace saber que él me ha extrañado tanto como yo lo he hecho.
Nuevamente se encuentra con esas zapatillas de plataforma y cuando se acerca, prácticamente me alcanza... Está bien, no me alcanza del todo, pero amaba la gran diferencia de tamaño y él lo está arruinando o mejor dicho, esas zapatillas las están arruinando.
Sus brazos rodean mi cuello, importándole muy poco que el agua también lo termine mojando a él, y un casto beso es dejado en mis labios.
- Te extrañé, bebé.- dice con mucho cariño y a pesar de que el bebé es él, me dejó consentir.
- Ve a mi habitación, mi amor.- le sigo el juego meloso, sonriendo al final para luego ser yo el que deja un beso encima de sus labios. - Tengo que cambiarme. - Él asiente y se aleja.
- Por cierto, bonito pene.- dice antes de salir. Abro los ojos en par y me quedó en shock.
- ¡Shotaro! - grito al final. Él ríe y solo pone de excusa las clases de biología que está recibiendo en la universidad y la que lo obligó a ver todo tipo de penes, vaginas, entre otras partes del cuerpo humano.
- La tuya es mi favorita, incluso por encima de la mia.- dice cuando ya me encuentro con un short corto y con una camiseta delgada de tirantes. - ¿Estás ejercitando los brazos? - pregunta luego de que deja de revisar mi maleta, la que por cierto llevo a la universidad.
- No, pero tengo una clase de danza contemporánea y hemos estado practicando día y noche para los parciales. - contesto sin interés alguno, pues estoy más preocupado en la asignación del taller de danzas históricas, sin contar que el taller de danzas tradicionales del país también está empezando a dejar asignaciones.
Taro se apega más, prácticamente se aferra a uno de mis brazos y lo acaricia con mucha delicadeza, casi como si estuviera admirándolo. Me siento algo utilizado, pero al instante pasa, pues mis labios aparecieron por arte de magia encima de los suyos y la computadora está muy lejos de mi alcance.
No sé cuánto tiempo estamos de esa manera y tampoco me importa, pues él bien puede quedarse en mi casa y mañana regresar a la suya. Sin embargo, Taro se separa y comienza a dejar besos cortos, mientras que habla algo sobre ir a un grupo de estudio.
Me quedo como estúpido cuando él me dice que tiene que retirarse, que tiene prácticas y que lo mejor es estudiar en grupo, junto al par de amiguitos que ha conseguido.
Ten cuidado es lo último que digo antes de verlo tomar su mochila y salir corriendo de mi habitación. Ni siquiera me dio tiempo de disfrutarlo bien.
A los pocos minutos regreso a mi arduo trabajo y olvidó la incomodidad que siento al pensar que entre ese grupito de estudio se encuentra Jaemin, un idiota que no ha dejado de molestar a Taro y ¿Cómo lo sé? Pues una vez lo fui a esperar afuera de la universidad y ese idiota lo estaba abrazando sin problema alguno.
Juro que no inicié una pelea en ese momento por Shotaro, porque no quería causarle problemas en un nuevo ambiente y mucho menos, alejarlo de sus "amigos".
¡nos leemos! besitos.
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، ★ 𓋰 Pequeño 𔘓
Fanfic♥︎ - Donde un Shotaro de 1.50m es la felicidad completa de un Sungchan de 1.90m. Remember! 𔘓 - Sungtaro. 𔘓 - First season. 𔘓 - original: @Dhayanavhope 𔘓 - todos sus derechos reservados. ⚠︎: read this. ★ ‐ Los nombres utilizados en esta adapta...