*Un día antes*
El pequeño albina se mantenía en una posición de firmes con la mirada perdida en la pared y una gota de sudor cayendo por su frente. Su madre lo miraba con clara desaprobación soltando un suspiro.
—Eres un príncipe Ban, debes aprender a controlar tus emociones—sus palabras se repitieron en su cabeza durante unos segundos eso ya lo sabía, so mostrar emociones, ser frío y calculador siempre—¿Cómo vas a gobernar el imperio con un carácter tan voluble? —finalmente agachó su cabeza incapaz de responder a eso. Sabía que estuvo mal su arranque de emociones, pero no pudo evitarlo cuando esos hipócritas sólo intentaban hacerlo menos.
*Flashback*
La mesa se mantenía en silencio, había aceptado ir a tomar el té a la casa del duque Erzengel. Su hijo ya se había marchado, pero su padre seguía ahí para hacer negocios con su familia. Llevó la taza de porcelana hasta sus labios para darle una trago hondo y luego suspirar
—Por cierto, duque—en hombre joven volteo a ver a su empleada que tenía una sonrisa sospechosa en el rostro, tanto el emperador como Ban la miraron también—El otro día escuché a su hijo hablar lionesio antiguo, lo domina muy bien—Ban se mantuvo tenso en su lugar y mordió su labio. El duque soltó un risa llena de júbilo y le siguió el juego a la joven mujer
—Es muy amable, no tiene nada de especial. Me apena un poco que se le alabe por algo tan trivial—miró de reojo a Ban que seguía sereno e indiferente a la situación—Es decir, el lionesio antiguo es un talento esencial ¿no crees? —el albino no pudo pasar eso por alto, contuvo la respiración buscando su auto control lo mejor que podía, pero el sentimiento del enojo sólo nublaba su mente impidiéndole pensar. Apretó con fuerza su taza de té
—Por supuesto—respondió la mujer—¿Un noble que no comprende algo tan rudimentario como el lionesio antiguo? Más bien en es un plebeyo—frunció su ceño incapaz de seguir escuchando. No sólo estaban hablando de él, estaban hablando de elizabeth y diciéndole de manera indirecta a su padre que ya sabían que la princesa bastarda era una plebeya y que él no comprendía bien el lionesio antiguo
—Ustedes—murmuró con el tono suficiente para ser escuchado—¡Tontos insolentes! —¡Fiush! De un momento al otro el te caliente en el recipiente de porcelana fue directo hacia la cara del duque que se quejo por ser quemado y al vestido de la empleada terminó mojado mientras ella se alejaba en un grito. El lugar se quedó en un silencio tenso mientras el emperador, la mujer y el aun ligeramente quemado duque miraban incrédulos al príncipe molesto.
* fin flashback*
—¡Ellos sabían que no domino el lionesio antiguo con fluidez y a propósito mencionaron al Marqués estarossa para humillarme! —exclamó sin mencionar la parte de que también habían hablado indirectamente de elizabeth, si le decía que había defendido también el honor de su hermanastra entonces ella se iba a molestar aún más—Si lo hicieron por ignorantes, se merecían una lección. ¡Y si fue adrede, con mayor razón tenía un motivo para castigarlos! —la mujer de cabellos rojos solo soltó un suspiro cansada de esa conversación que consideraba estúpida, se sobo la sien para calmar su jaqueca y miro a su hijo
—Aún así el príncipe de un imperio no debería de reaccionar arrojando el té como cualquier plebeyo—Ban agachó la cabeza regañado y molesto—Dedica un tiempo hoy para reflexionar sobre tus acciones—no tenía otra opción más que acatar órdenes
—Si madre—
*
—Umpff—bufo pateando una roca que se puso en su camino. Nunca antes en su vida estuvo tan molesto como en esos momentos, claro que estaba acostumbrado a eso, pero odiaba que lo compararan y lo hicieran sentir inferior. Entendía a elizabeth sobre cómo se sentía en su día a día—Esos turbios nobles. Me adulan con palabras huecas a la cara, pero se burlan de mi y me ridiculizan a mis espaldas— tomó la misma roca una vez que la alcanzó, la miró con ira en sus hermosos ojos color sangre y la lanzó con fuerza dejando que se fuera lejos de él—¡Despreciables y asquerosos granujas! —
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Domando a una bestia encantadora (PAUSADA)
FanfictionElizabeth vivía el cuento de cenicienta en carne propia, con la muerte de su madre fue acogida como sirvienta y su niñez fue un infierno. El día que dijo "basta" y se dispuso a hacer algo con su vida se da cuenta que es hija bastarda de el gran empe...