Luisa suspiró con cansancio mientras cerraba sus ojos, deslizándose contra el tronco del árbol que estaba cerca de Casita, ella era feliz de ayudar en el pueblo con los trabajos que le pedían, solo.... Hoy necesitaba solo un minuto y el mejor lugar era cerca de Casita, fuera del pueblo.
—¿Lulu? —abre sus ojos solo para encontrarse con los de Mirabel, quien se agachaba de cuclillas frente a ella mirándola con preocupación.
—Hey, Mira —la saluda con una pequeña sonrisa, su hermana menor llevaba su cabello atado en una pequeña coleta con un moño rojo, vistiendo un vestido de color naranja con bordados, que Luisa sabía, eran de su completa realización, Luisa podría reconocer el bordado de Mirabel en donde sea, tenía cierto rasgo particular que gritaba "Mirabel" al momento de verlo.
Cuando Luisa se enteró de que Mirabel estaba aprendiendo a coser, se sintió feliz de ver a su hermanita emocionada por aprender, de vez en cuando, mientras hacía sus tareas, podía ver a Mirabel sentada en la plaza practicando bordado, y solo a unos metros de ella, se encontraba Camilo con un grupo de niños, cambiando de forma para mostrarles lo divertido que era su don. Cada vez, Luisa se sentía bien cuando miraba a Mirabel en un momento del día, practicando su costura, o leyendo libros, y fue aún más divertido cuando la veía practicando con algún instrumento, últimamente estaba con la flauta. Siempre era agradable verla en algún punto del día, riendo cuando Camilo se metía con ella y la distraía de su práctica, haciendo un puchero cuando algo no salía bien, sólo para repetirlo hasta que lo lograra... La vista de su hermana en algún momento de su pesado día era suficiente para renovar sus energías, después de todo, Mirabel era como una bola de sol que con sólo verla podías recuperar toda tu energía.
—¿Estás bien? —le pregunta su hermanita, sentándose a su lado sin esperar una invitación y mirándola fijamente, como si estuviera lista para atrapar cualquier mentira que Luisa pudiera responder.
—Sólo un poco cansada, Mira —le responde, recarga su cabeza contra el tronco para mirar las hojas del árbol que las cubre —¿Cómo van las cosas con Isa? —le pregunta con curiosidad. En la semana que la señora María falleció y después de la quinceañera de su hermana mayor, había notado el cambio entre sus hermanas, ambas se habían llevado pésimo, Luisa incluso una vez le dijo a Isa que no debería tratar a Mirabel como lo hacía, pero Isa nunca decía nada, más bien se perdía en sus pensamientos y cortaba la conversación. Ahora, tanto Isabela como Mirabel parecían haber avanzado, ya no había comentarios mordaces entre ellas, solo parecían bromas burlescas entre ambas sin nada malo detrás, claro, eso cuando abuela no estaba presente, porque entonces ambas se encargaban de sólo no prestar atención a la presencia de la otra, y en el pueblo, ambas se saludaban, solo que se llamaban entre sí "prima", Isabela con un tono neutral y Mirabel la imitaba, pero Luisa podía notar un brillo diferente en sus ojos, como una complicidad entre ambas al tratarse como primas.
—¡Muy bien! —respondió Mirabel con felicidad —. Justo terminé de bordar un pañuelo para ella, ¡el tuyo también está listo! —Luisa no pudo evitar sonreír enormemente mientras volvía la mirada a su hermanita.
—¿Enserio? Estoy emocionada por mi regalo —dijo con emoción, encantada de recibir un regalo por parte de su hermanita.
—¡También estoy trabajando en cosas nuevas! ¡¿Sabías que le haré una manta a Rosita y a mi hermanito bebé?! —Mirabel sonrió brillantemente, mostrando todos sus dientes —¡También estoy ayudando a Susan con el vestido de quinceaños de Lolo! —gritó con emoción.
Luisa sonrió, estirando su mano hacía Mirabel y acariciando la coronilla de su cabeza, provocando que algunos rizos se salieran de su lugar y por ello su hermanita se riera —¡Lulu! —exclamó a la vez que salía de su alcance —¡Tardé mucho en peinarme! —se quejó, cruzándose de brazos y haciendo un puchero.
Luisa resopló con diversión —. Ven, te peinaré de nuevo —le dijo obteniendo una gran sonrisa de Mirabel de nuevo y permitiendo que la niña se sentara entre sus piernas, entonces deshizo el peinado desordenado y peinó el cabello con sus dedos.
La sonrisa de alegría de Luisa rápidamente se desvaneció, recuerdos vinieron a su mente, antes, le encantaba sentarse con Mirabel de esa misma forma y peinarla, solo para que al final Isabela hiciera una corona de flores ara completar su obra maestra, después de eso se lanzarían las tres sobre montañas de pétalos de flores y se reirían hasta que les doliera el estómago. Luisa extrañaba la relación abierta que tenían las tres, sí, era complicado y tenían trabajo, pero siempre había un espacio para que pudieran ser ellas tres y divertirse, pero después Mirabel no recibió un don, la abuela y su mamá negaron que Mirabel pertenecía a su lado de la familia y todo se desmoronó. Luisa te admitirá que ahora que tiene trece años, sigue sin entender cuál fue el motivo de eso, para ella, no había una razón con sentido que apoyara la decisión de su abuela y su mamá, es cierto, lo que dice abuela se hace, lo aprendió desde pequeña, pero justo ahora que han pasado los años desde la ceremonia de Mirabel y todo lo que vino después, no puede evitar pensar un poco más sobre eso. La dinámica de su familia cambió, ahora todos reconocen a Mirabel como hija de sus tíos, melliza de Camilo y hermana menor de Dolores.
Luisa no se sintió mal cuando escuchó a Mirabel llamar a Dolores "hermana" por primera vez, quizás se sorprendió, pero no se sintió mal, de hecho, estaba feliz, porque eso significaba que su hermanita no se sentiría tan sola y que Dolores lo haría muy bien como su hermana mayor, dónde Isabela y ella no podrían, Dolores sí, entonces era sobre todo un alivio para Luisa. Sí, era triste que Mirabel no pudiera llamarla su hermana de nuevo y a tratarse como tal, pero como lo estaba haciendo con Isabela, estaba bien tratarse como primas frente a todos, pero no dejar de reconocer en silencio que MIirabel era su hermana pequeña.
Lo admite, cuando sus padres informaron que estaban esperando un bebé, Luisa se sintió enojada, no podía creer que sus padres tuvieran un nuevo bebé, ¡ellas ya tenían una hermanita bebé y era Mirabel!, pero al parecer sus padres decidieron traer otro bebé y honestamente, Luisa sabe que, como Isabela, pensó que ese bebé era un reemplazo de Mirabel... Eso no era justo, nunca hubo nada malo en Mirabel, solo no recibió un don, ¿y qué si no lo recibió? Mirabel ya era especial sin él, incluso es mucho mejor ya que está aprendiendo muchas cosas. No puede evitar querer llorar, no es justo enojarse, el bebé es solo un bebé, pero lastimó los sentimientos de Mirabel cuando fue anunciado en la cena, así que Luisa no podía descifrar aún que sentía por la llegada de ese bebé, así que solo lo ignoraría como Isabela lo hace y ya pensaría en ello más a futuro.
—¿Luisa? —la llama Mirabel, así que Luisa tararea en respuesta, terminando de atar el moño rojo en su lugar —¿Sabes, podemos hacer lo que Isa y yo hacemos? —le dice tirando la cabeza hacia atrás para verla, Luisa le sonríe —¡Podemos saludarnos o decirnos algo mientras nos decimos "primas"! Así no te meterás en problemas y no tienes que hacer una mueca cuando no sabes como hablarme.
—Eso suena a un buen plan —le dice Luisa, atrapando a su hermanita en sus brazos y recargando su barbilla en la coronilla de la cabeza de la menor, Mirabel solo se hunde contra ella, tarareando felizmente.
Sí... Luisa piensa que es una buena idea, aún si es un poco complicado referirse a Mirabel como "prima", puede adaptarse si eso significa que ambas pueden intercambiar saludos abiertamente.
[...]
N/A: Necesitaba algo de Luisa, así que hice algo de Luisa xD También necesitaba algo menos angustioso, así que hice algo menos angustioso y súper rápido que no sabía que saldría en estos momentos jsjsjsjs
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Arde, mi bella estrella [Encanto]
أدب الهواة"Si ellos intentan asfixiarte, grita, el dolor te dará alas nuevas y el vuelo retomarás. Arde, mi bella estrella, si ellos no son lo suficientemente fuertes y firmes para darte tu impulso, entonces nosotros te daremos ese empujón para que ardas más...