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— ¡Por favor! ¡Ayuda! Este lugar está muy oscuro... —

— ¿Hola? ... Por favor—

—Por...—




— ¡POR FAVOR! — Un grito lleno de horror salió de la garganta del rubio. Desesperado por luz; más de la que tenía, tomo su celular e ilumino el cuarto.

Había comenzado septiembre, con ello las lluvias y para su desgracia los cortes de luz. Definitivamente no era su fecha favorita. Realmente esperaba que un gran centro comercial como Fazber tuviera un mejor control de electricidad para ese tormentoso tiempo. Pero por lo visto, ni una bestia comercial se salva de la naturaleza.

No tendría que ser novedad para él y aún se sorprende.

— ¿John estás bien? ...— un sonámbulo azabache con una pequeña taza de té abrió la puerta del cuarto del paranoico rubio.

Entre las cosas que odia es que lo despierten. Por respeto a su sueño hubiera ignorado el grito, pero la carga que sentiría si llega a pasar algo se lo impide. Además, no fue un solo grito... Fueron alrededor de tres o cuatro, exagerando con algo de preocupación, puede decir cinco. No podía ignorar algo así.

—Si... No, lo lamento por despertarte—

—Está bien, pero no se podría decir lo mismo de ti— dijo acercándose, entregando la taza aún tibia y acercando un peluche al rubio.

—No lo está, sé lo mucho que odias que te despierten, y... gracias por el té—

— ¿Por qué me molestaría ahora? — pregunto sentándose en la esquina de la cama viendo directamente al rubio.

En otra situación o tal vez con otra persona, si fuera molesto. Pero, aunque lo intente, no puede molestarse con el mayor. Le es... ¿incómodo?, en muchos aspectos es anormal de él, lo hace sentir una gran picazón de cierta forma. Aun así, puede ignorar ese malestar a fin de cuenta está tratando de ser buen ¿amigo?, porque un conocido no haría eso ¿verdad?

—No lo sé...— dijo el rubio, tomando un poco del té, acomodando un poco los peluches cercanos a él —¿Manzanilla? —

—Fue el primero que encontré—

—Creo que es el único que hay—

—Tal vez— ¿Será entrometido? Puede que sí. No quiere preguntar mucho sobre un tema personal. Si no le decía el porqué de su temor, debía de tener sus razones. Pero nunca ha conocido a alguien con una fobia tan grande a la oscuridad... o alguien adulto que la tenga realmente. Su curiosidad es inevitable, al igual que su preocupación, lo hace sentir mal; incluso a él, ver a alguien animado tan cansado.

—¿Puedo saber por qué? —

—¿Por qué?, ¿qué? —

—... Espérame, y no te alteres— dijo el azabache saliendo del cuarto para ir a una de las tiendas de la guardería.

¿Si toma algo del trabajo es robar? ¿Sí? pero, si pide permiso ya no es robar es, ¿tomar algo prestado? Lo que técnicamente... Da igual, de todas formas, lo descuentan de su sueldo probablemente. Camille casi todos los días come pizza del establecimiento y solo le descuentan un veinte por ciento de su sueldo, así que puede que no le digan nada por tomar algo tan pequeño. Cualquier cosa le reporta a Vanessa o Vann, y si pierde algo de dinero da igual, no es como que lo necesite.

Solo tomar, llevar y listo.

Tomo tres paquetes de figuras brillantes. No era su intención, pero a veces ayudar al mayor era como ayudar a un niño. Y una vez un pequeño antes de dormir le contó que para soportar su miedo a la oscuridad su madre puso estrellas brillantes en el techo. Siendo el caso, puede que también ayude al rubio.

A new opportunity - Sun x MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora