PROLOGO

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Si a Arthit le preguntan que sintió cuando conoció a Kongpob la respuesta es simple Nada.

Kongpob a sus 10 años no sabía lo que sentía cuando veía aquel niño de hermosos hoyuelos, siempre hizo todo por llamar su atención, poco a poco se dio cuenta de algo Arthit le gustaba mucho

Kongpob a sus 10 años no sabía lo que sentía cuando veía aquel niño de hermosos hoyuelos, siempre hizo todo por llamar su atención, poco a poco se dio cuenta de algo Arthit le gustaba mucho

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Pasó 1 año exactamente desde que conoció al niño de piel nívea y hermosos hoyuelos, aquel día ambos chocaron mientras se dirigían a clases de tutorías, Él acababa de llegar a la ciudad y tenia una nueva casa, nueva escuela, ya iban a mitad del ciclo escolar por lo que su madre decidió inscribirlo a tutorías para ponerse al corriente, gracias a eso conoció a su Sol como lo llamaba, pero no le digan a nadie, menos a Él ya que al parecer Arthit no lo quería cerca, pero Él no puede evitar que sus ojos se fijen en Él, no puede evitar su gran sonrisa solo con verlo, no puede evitar sentir su pequeño corazón saltar al escuchar su nombre.

La vista a través de la ventana del bus era la misma de siempre, casas, edificios, autos y más edificios, se adaptó rápidamente a Bangkok, aunque hoy su pequeño corazoncito dolía un poco ya que no vio al niño de la sonrisa con hoyuelos, al parecer enfermó y no pudo ir a tutorías de matemáticas, realmente Él no necesitaba las tutorías ya que incluso era el mejor de su clase, solo iba allí por Ai'On

Al entrar a su casa lo primero que hizo fue suspirar, al entrar a la cocina se encontró a su mamá quien horneaba algunas galletas

—Hola bebé ¿Cómo te fué?

—Mamá —reprochó e hizo un tierno puchero —ya te dije que ya no soy un bebé —cruzó los brazos

La mujer le sonrió con ternura y dejó de lado sus guantes de cocina

—Bien, mi niño grande —tomó la mano de su hijo —¿Al menos puedo saber que le pasa señorito?

—Mamá... —vaciló un momento

—¿Hmm?

—¿Crees que está bien que me guste un niño y no una niña? —la mujer lo miró sin decir nada —Es que papá siempre dice que debo ser un buen niño y estudiar mucho para que algún día pueda hacerme cargo de las empresas y así conocer una señorita de nuestro mismo status y casarme con Ella

—¿Te gusta alguien mi pequeño? —Él asintió

—¿Está mal mamá? ¿Debe gustarme una niña?

—Mi pequeño —La mujer se encuncilló a la altura de su hijo —No puedo decidir por Tí, decir que está bien o mal no me corresponde a mí —sonrió —El amor jamás puede ser un error, aquel sentimiento tan bonito

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