Si le preguntan a Arthit ¿Qué sintió cuando conoció a Kongpob? su respuesta es fácil, NADA, absolutamente nada
Kongpob no sabia que era lo que sintió cuando vio a Arthit por primera vez, se sentía extraño, con solo verlo en su rostro se dibujaba una...
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Su Sol era realmente lindo cuando se sonrojaba, Él creyó alguna vez que Arthit estaba correspondiendo aquellos sentimientos que tenía, pero no fue así, a Él le gustaba la niña de linda sonrisa, aquella niña con la que algunas veces salieron a comer un helado
Aquella mirada que le regalaba a Nam era diferente a la que le regalaba a Él, aquella sonrisa era más hermosa cuando hablaba con Ella, a Ella la abrazaba y a Él no, a Ella le tomaba la mano y a Él no, cuando Ella no estaba Arthit lo veía a Él, pero cuando Ella estaba Él era invisible, era como si no existiera, y aunque no quisiera le dolía mucho
Kong extendió la mano y comenzó a acariciar el rostro de Arthit quien al parecer tenía el sueño muy pesado ya que ni se inmutaba
—Antes cuando era un niño quería verte feliz conmigo, verte todo el tiempo —sonrió —Ahora solo quiero que seas feliz... ¿Eres feliz Ai'On?
Después de un tiempo ya no quería sentirse así, no quería sentirse triste, además una vez escuchó a su mamá decirle a su papá egoísta porque solo pensaba en sus sentimientos y nunca pensaba en los de su familia, Él en esos momentos se sentía así, ¿Y si Arthit en realidad quería estar con esa niña y por su culpa no lo estaba? Esa pregunta se la hizo diario por mucho tiempo, Él solo pensaba en sus sentimientos y no pensaba en lo que sentía su Sol, ¿debería dejarlo? Tal vez así sea feliz, pero aunque quería no podía hacerlo, no hasta aquel día
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aquel día como siempre fue ha buscar a su Sol, al menos así su día podría mejorar, últimamente sus padres discutían mucho además los exámenes no iban muy bien que digamos y sabía que su padre lo castigaría, al menos ver a su novio lo alegraría un poco, tal vez si Él estaba de humor lo escucharía y lo consolaría
—Nuestro grupo debe serel mejor
—Lo sé Nam
—Ow Kongpob —la niña al verlo le sonrió —¿Quiéres ir por un helado?
—Hmm —asintió —pero yo invito
Su madre siempre le enseñó a ser educado y caballero
