como las olas del mar

viaje a chile

La primera vez que se encontraron en tierra chilena fue el viernes. era el día clave. acto oficial con toda la peña, nombramiento, y luego, encuentro sobre el césped en los jardines del lugar del acto. ahí se juntaría toda la gente involucrada y la que había asistido a la ceremonia. y por supuesto, iba a estar quien ya sabemos. no estaba nerviosa, solo le sudaban las manos y titubeaba al hablar. nada serio.

el tiempo acompañaba. estaba soleado como pocas veces había visto en los últimos meses. la barcelonesa llevaba un vestido blanco de verano, con un fular del mismo color y una americana azul índigo.

entre toda la gente la vio. estaba de pie cerca de la fuente central charlando con elizabeth, una ministra argentina con la que tenía buena relación. iba preciosa. llevaba otro vestido blanco, pero en su caso tenía estampados de flores e insectos como mariquitas o escarabajos de colores. se acercó entre la gente hasta el corrillo donde se encontraba ella.-Buenas, espero no interrumpir nada importante.

Pues justo estábamos teniendo una conversación crucial para que la tierra siguiese girando- le bromeaba candela, una de sus compañeras dels comuns, mientras se saludaba con ella y con las demás. Ay ada.-cuando hubo saludado a parte del grupo se topó con la vicepresidenta- qué ilusión verte por aquí- le decía a la vez que se daban un cálido abrazo. Lo mismo digo yolanda.

la conversación duró un rato. era la primera vez que conocía en persona a algunas, y con otras tenía mayor relación. hablaron de la similitud entre los dos países y lo parecido que era todo, de política, de cambio. estaba siendo muy ameno. era un goce escuchar a la ministra de trabajo, cuando ella hablaba se la escuchaba con gran interés.

se quedaron ellas dos hablando mientras las demás se iban con otros grupos. Tenía unas ganas de venir, la verdad que es un acontecimiento lo de hoy. y un lujo que nos hayan invitado. y que nos estén tratando tan bien.- habían cogido dos de las copas con zumo de mango y guanabana.-es la primera vez que vienes, ada?

Pues vine hace unos años ya, cuando no estaba en el ayuntamiento todavía. es un lugar maravilloso.-yolanda dio un paso hacia la derecha y pisó un huequito que había en el césped que le hizo perder el equilibrio. dado que estaban cerca, en un acto reflejo ada la cogió de la cintura, quedándose sus caras bastante cerca.

Estás bien?- ada la miraba con algo de preocupación.

Sí sí- yolanda se había apoyado en sus brazos.- lo que te he manchado un poco la manga de la chaqueta.- ni se había percatado.

Ay pero si no es nada. con un poco de agua se quita.-le dijo.

Pues déjame acompañarte al baño a lavarlo.

al final con un poco de agua, como decía ada, se camufló bien el salpicón, lo que tenía un poco de olor a mango, nada grave.

Oye, a la cena de después con los ministros y toda la gente tú también vienes, no?-ada asintió con la cabeza.

Dicha cena tenía lugar en uno de los restaurantes más prestigiosos de la ciudad. en la tercera planta y unos ventanales desde los que había unas vistas preciosas del centro. hacía una noche despejada. llegaron en los distintos coches oficiales, y en la entrada del edificio ya estaban los distintos comensales saludándose entre sí. esta vez fue yolanda la que se acercó a ada.

Ya no tengo ninguna bebida en la mano, así que no tienes nada de lo que temer.- se había aproximado a ella por la espalda, y al girarse para verla se fijó en el pintalabios que llevaba. un rojo granate que no pasaba inadvertido.

subieron hasta el salón, donde los asientos estaban con nombres asignados. buscaron sus sitios y vieron que estaban próximos uno del otro pero con un sitio entremedio.

Crees que se darían cuenta si...-dijo señalando los cartelitos.

la del vestido de flores le sonrió.-Na. tú hazlo.- sutilmente ada los intercambió sin que nadie se percatara. menos yolanda, claro, que la miraba cómplice. y se sentaron. al rato vieron a un señor serio hablando por teléfono que ocupó el sitio que ahora estaba a la derecha de la parejita y a díaz no pudo escapársele una risa.

estaban atentas a lo que en la mesa se hablaba, interviniendo en distintas ocasiones. pero por debajo de la mesa había otra conversación sucediendo. a veces la catalana le rozaba con el pie, otras la yolanda le daba un toquecito en el muslo cuando hacía algún comentario demasiado gracioso para no recibir feedback.

cuando se estaban levantando de la mesa, la vicepresidenta le colocó el pelo hacia un lado, trabándosele el anillo con el pendiente de la colau.

Ay ay- se quejaba.

Perdona. ya,, está.- no podían estar físicamente separada por más de unos minutos, era una cosa ya casi cantosa.

fuera, las luces de la calle con las estrellas y toda la estampa resultaba como de peli. de camino a sus hoteles, a los que iban ellas dos solas de todo el grupo, caminaban agarradas del brazo.

Pues en madrid hay un restaurante de ese tipo que seguro te gusta. un día vamos y lo pruebas.- cualquiera que las viese de fuera diría que parecían un matrimonio. muy monas ellas.

se pararon en una de las calles céntricas que ada quería una foto. luego se pararon a mirar la cartelera de un teatro de la zona. ninguna de las dos quería llegar a sus destinos.

una vez llegaron al hotel donde se quedaba ada, una calle por debajo del de yolanda, se soltaron del brazo para mirarse de frente.

Ha estado genial todo.

se sonreían mientras yolanda se colocaba el pelo y ada se alisaba la chaqueta. las dos sonrojadas.

Creo que igual debería ir entrando ya, no vaya a ser que no me dejen entrar hasta por la mañana.- decía ada apenada.

Sí vaya, que habría que dormir porque nos quedan aún un par de días de curro intenso.

silencio. qué más se iban a decir? ada miró hacia el cielo, había un par de estrellas brillando.

Pues bueno, qué descanses y que te sea leve el caminito hasta tu hotel.

Sí vaya, igualmente. y que no te pongan pegas en la recepción por llegar muy tarde.

Descuida, que son muy majetes aquí y me dejarán pasar.- ya ada se iba alejando hacia la entrada del edificio. yolanda la miraba.

justo un par de pasos antes de la puerta la gallega la llama.-Espera ada.-dando brincos llega hasta su lado, poniéndose muy cerca.- no quería despedirme sin hacer algo.- y acercándose los pocos centímetros que quedaban entre ambos rostros, besa a su acompañante.

un beso corto, delicado y del cual al despegarse ada le responde en un suspiro.-menos mal que lo has hecho tú porque si es por mí..- y tras lo cual sonríen y se dan un segundo beso, más largo y sentido.

se separan. les brillan los ojillos.- ahora sí, buenas noches ada.

Buenas noches yolanda.- tras lo cual la alcaldesa entró a su hotel y la ministra se marchó calle arriba.