Prólogo ~ Música 💫

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Trigger Warning - El siguiente capítulo contiene escenas explícitas de violencia y términos referentes a la homofobia, si no te sientes cómodx con ello, siéntete libre de no leer esta parte -

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Eso siempre me calmó

La música.

No solo calmarme, pero la música es como la mejor forma de expresión para cualquier ocasión, te sientas triste o feliz o simplemente no sientas nada pero quieras bailar o mover la cabeza lentamente disfrutando el ritmo.

Por desgracia yo no quería bailar o mover mi cabeza disfrutando el ritmo.

Encerrada en mi habitación, tratando de evitar y dejar de escuchar los gritos de mi padre que no dejaba de golpear la puerta y los regaños de mi madre que no paraba de insultarme con sus agrias palabras.

-¡Abrirás en este instante esa puerta Miriam! ¡No nos dejarás con la palabra en boca! ¡Jamás aceptaré que mi hija sea una...una...! ¡Una degenerada! ¡Una maricona!- La voz del que se suponía era mi padre me lastimaba, me quemaba el alma, pero eso en realidad no se podría comparar en nada a la mirada que ella me dio poco antes de que yo y mi agonía saliéramos huyendo, como la cobarde que soy.

-¡Sabemos que nos escuchas a pesar de ese ruido tan estruendoso! ¡Abre de una vez la puerta Miriam!- Ahora era la voz de mi madre, una mujer que en mi infancia se portó muy dulce, tal y como una madre lo haría, pero que escondía un secreto que a ella misma le llenaba de vergüenza.

Fue entonces que escuchaba las llaves de la casa golpear unas contra otras, para después forzar la cerradura de la puerta que abría en un instante.

Cada músculo de mi cuerpo se llenaba de terror, tratando enseguida de esconderme hasta la orilla de mi cama con velocidad, pero mi padre con su gran fuerza logró tomarme del brazo.

-¡Suéltame! ¡Me lastimas!- Gritaba tratando de patalear y defenderme, pero era todo en vano.

Me lanzaba al suelo con fuerza haciendo que soltara un grito de dolor, que se escondía entre la música que mis bocinas hacían retumbar con fuerza.

-¿¡Y crees que eso a mi me importa!? ¡Eres una desgracia! ¡Se supone que serías mi orgullo más grande! ¡Mírate ahora! ¡Eres aberrante!- El escupía ese veneno que me aniquilaba, y yo trataba de mostrarme fuerte, pero mis lágrimas no lo permitirían, nublándome la vista, no lo suficiente para ver lo que mi destino me traería.

-...Pero no hay de que preocuparse...que en este momento aprenderás a no volver a tener esos pensamientos asquerosos- Enseguida observé al que llamé padre por toda mi vida desprenderse de su cinturón, y mamá...ella solo observaba desde la puerta con ojos cristalinos y mirada avergonzada.

No lo detuvo.

No lo detuvo mientras levantaba su brazo y me propinaba aquel primer golpe con el cinturón que se sentía como un látigo, haciendo que enseguida yo soltara un gran alarido.

Mi cuerpo era la presa en el suelo, y mi padre, el depredador.

-¡No permitiré que mi hija sea una maricona! ¡Ese no será también tu destino, Miriam!- Finalizaba con eso para después azotarme una y otra vez con ese cinturón de cuero por todo mi cuerpo.

Mi dolor era inmenso, podría decir que sentía que moriría en cualquier segundo, mis entrañas hacían que de mi garganta no salieran más que suplicas.

-¡Detente! ¡Basta! ¡Me estas lastimando papá! ¡Basta!- No paraba de gritar, y no lo haría hasta que el bajara ese cinto y me dejase en paz.

Encubierta Por Melodías  ~ 💫 Mei x Miriam ~Turning Red~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora