~Parte 21~ Osadía 💫

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-Tercera Persona-

Ya era bastante tarde en realidad.

Ming no paraba de dar vueltas por su pequeña sala mientras se mordía una de sus uñas, no podía siquiera conciliar el sueño.

Su esposo había decidido ir a charlar con su hija, su única hija, ¿Para que charlaría con una irrespetuosa que no sabía guardar sus palabras y sobre todo para con su madre?

Pero eso no era todo, Ming no podía aceptar la locura de su hija, esos deseos lujuriosos que no eran normales, no podía, por más que intentase colocar aquel pensamiento en su cerebro, no podía, era aberrante.

-...Mi Mei-Mei no puede ser de esas raras, no no ¿Cómo tendré nietos si ella decide irse con...con...? ¡Con esa tipa! ¡Por todos los ancestros esto tiene que ser una simple confusión!- Ming se decía a si misma llevándose las manos hacia su cabello, deshaciendo su clásico peinado de siempre para dejarlo suelto, más nada de eso le importaba ahora, sólo que su hija entrase en razón.

-¡Incluso dejaría que saliera con Tyler! Sus padres son de buena familia y el muchacho no es de mal ver...además tiene buen futuro cómo jugador de basketball profesional...¡Incluso el es mejor que esa tipa!- Exclamaba con fuerza la madre de familia, desesperada por encontrar una solución, pero sus propios lamentos serían interrumpidos al escuchar el timbre de la puerta soñar con fuerza, además de varios golpes en esta.

Ming enseguida se recogía el cabello de forma veloz, volviendo a su estado natural para atender la puerta, un tanto molesta por haber sido interrumpida en medio de su terapia individual.

-¡Pero quien decide tocar el timbre de esa forma a tan altas horas de la noche!- Se quejaba en voz alta la mujer hasta que abría la puerta y para su gran sorpresa, o más bien disgusto, dos figuras se encontraban frente a ella.

Eran Fiorella y Carson Wexler, los padres de la...tipa esa.

Lucian absolutamente cansados y bastante estresados además de abrumados, sobre todo Fiorella, quien parecía tener rastros de lágrimas en sus mejillas y ojos considerablemente hinchados.

-¡Oh Ming! ¡Eres nuestra última opción! ¡Por favor dinos que mi hija se encuentra aquí! ¡M-Miriam! ¡Mi cielo! ¡E-Estamos aquí!- Exclamaba Fiorella intentando entrar al hogar para llevarse a su hija consigo, no obstante Ming no dejaría que ese par pusiera un pie dentro de su sala de estar.

-¿¡Qué es lo que les ocurre!? ¡Su hija no está aquí! ¡Y me da gusto que ese sea el caso! ¡Esa muchacha sólo ha venido a disturbar a mi familia y ya no lo voy a permitir!- Ming exclamaba con gran molestia, juraría que incluso su propio panda saldría a flote pero eso sería imposible.

-¡Escucha Ming!- Ahora era Carson quien hablaba con gran desesperación -¡Hemos buscado a nuestra pequeña por horas! ¡No sabemos donde puede estar! ¡Ni siquiera nuestros familiares lo saben! ¡Te implóranos nos digas en qué lugar podría encontrarse o si ustedes la tienen aquí...-

-¡Su hija ni siquiera ha puesto un pie en mi hogar! ¡Yo no lo permitiría!- Ming continuaba con extrema furia que desbordaba por sus ojos -¡Su hija tan solo ha venido a confundir más a mi pobre Mei-Mei! ¡Con sus deseos sucios por ella! ¡Es aberrante! ¡Y debería darles vergüenza! ¡Mi pobre niña ni siquiera sabe lo que desea ahora en consecuencia a esa confusión tan sucia!-

-...Ming...- Susurraba Fiorella cabizbaja mientras miraba a los ojos a esa mujer frente a ella que echaba chispas de rabia -...Tan solo dinos dónde puede estar mi hija y yo juro que ella jamás se encargará de acercarse no solo a ti, pero a tu familia y sobre todo, a Mei...pero por favor...dime dónde está mi pequeña-

Encubierta Por Melodías  ~ 💫 Mei x Miriam ~Turning Red~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora