𝚁𝙴𝙿𝚄𝚃𝙰𝚃𝙸𝙾𝙽 ||𝙲𝚑𝚛𝚒𝚜𝚍𝚒𝚎𝚕||

9

—Parecía que estabas en un culebrón y ese tío era el galán de telenovelas con el que terminas casándote después de todo un problemon que termina cuando la villana muere o termina en la cárcel.— comentó Christopher arreglando algunas flores en la entrada.

Erick puso los ojos en blanco.

—¿Te quieres callar ya?—

Christopher rió, le encantaba devolverle todas las veces que el ojiverde le hacía lo mismo.
Levantó su vista y notó a Carlos, el jefe, viendo a Erick directamente con una mirada pesada. Hizo una mueca.

—Supongo que a cierto viejo verde no le hizo gracia alguna que ese tío se te acercase.—

Erick puso su mirada en la misma dirección que su amigo y se encontró con el hombre de 50 que más de una vez le había tirado los perros e invitado a citas.

—Dagh.— exclamó con rechazo.

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Un viernes por la noche y el sábado libraba, por su puesto que iba a estar de fiesta y besándose con la rubia explosiva que conoció en la barra al pedir un cosmopolitan.
La chica no tardó ni cinco minutos en estar encima de él explorando su boca con su lengua y estudiando el cuerpo del peliazul con sus manos.

Era Zabdiel de Jesús, nadie se negaba a estar con él, ¿quién podría?

Mientras ambos estaban en lucha de besos, Johann con incomodidad bebiéndose de una vez el trago que Richard le acababa de dar al ver esa escena y Richard, era indiferente a la situación, la vivía siempre.

La chica empezaba a menearse encima del boricua mientras este tenia sus manos en el culo de ella.

—¡Conseguíos un cuarto, por favor!— dijo Johann sin aguantar más ese ambiente.

La rubia se levantó de él y sin más lo arrastró hasta la salida, Zabdiel hizo un ademán con la mano a sus amigos despidiéndose.

Richard rió.

—No entiendo cómo puedes estar así de chill cuando prácticamente se la estaba follando aquí.— reclamó Johann.

El moreno alzó sus hombros mientras daba otro trago y ponía su atención en cuatro chicas, quienes no quitaban sus miradas de él.

—No vayas de mojigato, Vera.— le dijo mirando al chico por fin. —¿A caso tengo que recordarte a quienes encontré follando en el cuarto de mis padres en el funeral de mi tío?— preguntó con sorna.

—No es lo mismo, Yoandri estaba sensible. Cállate.—

El dominicano rió fuertemente y a la vez, vio cómo una morena despampanante se acercaba a él con un paso decisivo y sensual.

—Bueno, Yoandri es tu novio y por lo menos tuvisteis la decencia de no hacerlo en la cama; Zabdiel se folla a cada chica que está dispuesta a abrirle las piernas a los 2 minutos...— cuando la chica ya estaba algo cerca, Richard terminó su bebida. —pero yo no podría criticarlo,— miró a Johann y se acercó para que lo escuchase mejor. —yo soy igual.— concluida la conversación por parte de este, se levantó.

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—Gracias por venir, vuelva pronto.—