5. Comida al estilo Americano

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Era un restaurante de estilo americano. Olía a barbacoa y a alcohol. Todo el restaurante era de madera, destacaban los colores rojo, azul y blanco y la música pop y country sonaban desde unos altavoces localizados en el techo. Nada más entrar, tenían una gran Harley roja sobre una plataforma, y detrás, una pared llena de cuadros. Había unas 20 fotografías en estos de personas celebrando cumpleaños, bodas o bautizos. Todos llevaban sobreros vaqueros y algunos una chapa de sheriff. También había gente subida sobre la moto, también con accesorios vaqueros.

Mientras Jose pedía una mesa para dos, Jorge observaba las fotografías enmarcadas y a las personas en ellos. Intentaba encontrar alguna cara conocida, como la del profesor, pero no encontró ninguna.

Una voz le separo de su búsqueda:

-Ya está, ¿vienes?- Jose le miraba, entonces, Jorge le dio una última mirada a la pared, recorrió el manillar de la Harley con la mano y se dirigió decidido hacia la mesa que les señalaba el mesero.

Era una mesa cuadrada, con cuatro sillas(una a cada lado). El rubio que les guiaba a la mesa, dejo dos manteles, uno enfrente del otro, con la carta escrita en ellos y un tenedor y un cuchillo en una servilleta de un tono marrón grisáceo.

Se sentaron acorde al lugar que el mesero les había escogido, y observaron la carta, decidiendo que iban a tomar, durante un largo silencio, que poco a poco les iba incomodando y les erizaba la piel. De vez en cuando, uno de ellos subía la vista, intentando encontrar la mirada del otro, pero solía ser una búsqueda fallida. E intercambiaban accidentalmente, siendo el otro quien levantaba la vista.

-¿Ya saben que van a tomar?- el rubio había vuelto, tras cinco minutos de monotonía, rompiendo el silencio.

-¿Qué bebidas tenéis?- preguntó Jorge, ya que era lo único que no salía en el mantel.

-Todo tipo de refrescos, la mejor cerveza de Madrid y varios cocktails, ¿le traigo la carta de alcoholes?- volvió a decir el rubio.

- Eh, no gracias, yo tomare agua y una cheeseburger- contesto el mayor, señalando el plato en su carta. La elección de su bebida extrañó bastante a Jose.

"¿No bebe alcohol? ¿O tal vez no bebe entre semana?"

-¿Y usted, señor?- ahora el camarero se dirigía a Jose, quien pensaba que ese hombre siempre tenía una pregunta por hacer.

-Eh..., si, si, yo tomaré... tomaré un tercio y unas costillas- contestó desorientado.

-Perfecto, ahora les traigo las bebidas- y dicho esto se marchó.

Regresó al rato, con una botella de cristal de litro y medio y un botellín de cerveza, los dejó sobre la mesa, los abrió y volvió a dirigirse a la cocina. Jorge se sirvió parte del agua, se retiró la mascarilla y se acomodó en la silla. Jose, en cambio, se acercó a la mesa, apoyando todo el antebrazo y la parte inferior de las costillas sobre esta.

-¿Te puedo hacer una pregunta?- se atrevió a decir.

-Ya la has hecho- respondió el otro burlón.

-Bueno, ¿pues otra?- su tono le ponía de los nervios.

-La has vuelto a hacer- su tono era acompañado por una semisonrisa.

-Joder, en serio, ¿puedo?-Jorge soltó una carcajada y asintió con la cabeza, dándole oportunidad de hacer su pregunta- vale,¿algo que hagas que mucha gente no entienda?

-No entiendo- cambió su expresión facial a una de duda.

- Si, a ver, pff, no se, pues, ehh- Jose dudaba, no queria preguntarle directamente si era alcohólico directamente-mira, por ejemplo, yo no soy un adicto, pero en situaciones de estrés, me fumo uno.

-¿Sabes que eso es una mierda para tu cuerpo?

-Si, pero igual que beber de vez en cuando. Te va a joder, si, pero no tanto como hacerlo diariamente- se le agitaban las ideas y necesitaba una respuesta.

-Por eso no hago ninguna de las dos- Jorge se recolocó en la silla, cuando termino de aclararle la pregunta a Jose accidentalmente, e hizo el gesto de brindar con su vaso al aire

-¿Nunca has bebido alcohol?

-Nunca jamas, lo veo innecesario.

-Pues también, tengo otra pregunta...- e imitando a su compañero, cambió su posición a una más cómoda.

-Dispara, esto se pone divertido.

-¿Tienes..?- Jose se quedo pensativo, no sabía que termino usar...

"¿Y si es gay?¿Y si no?" estas dos preguntas discutían en su cabeza.

-¿Pareja?- Dijo Jorge, intentando ayudarle a encontrar la pregunta.

-Si, eso, pareja

-Ah, no, no, lo deje con ella hace semanas- se volvió a ser vir agua, porque entre pregunta y pregunta, no le quedaba en el vaso.

"Ella, entonces es hetero. O bi" iban apareciendo nuevas preguntas que se iban contradiciendo entre ellas.

-¿Y tú?- preguntó Jorge, obligándole a regresar de sus pensamientos

-¿Qué? No, en plan, yo no, yo no tengo ni novia ni novio ni nada similar- casi tartamudeaba al hablar.

-Vale vale, tranquilo.


El resto de la comida transitó tranquila, estuvieron hablando de alumnos en común y de sus mascotas. Jose se ofreció a pagar la cuenta, pero Jorge se negó, afirmando que él le había traído, a si que terminó pagando este y Jose dijo que a cambio lo llevaba de vuelta.

Jorge le iba dando indicaciones, hasta que llegaron a un complejo de chalets. Ambos bajaron del coche en frente del que dijo Jorge que era el suyo, y se encontraron en la parte frontal de este.

-Bueno, gracias por encontrarme las llaves del coche y por la comida- comentó Jose nervioso. Había poco espacio entre ellos.

-Nada, gracias por el transporte- aunque no era el primer contacto visual que tenía, si había sido el más largo hasta el momento. 

Aunque en un pestañeo se habían separado, los dos sintieron un escalofrío recorriendo su columna, el mismo que se repitió cuando se abrazaron como despedida.


Juramento eterno de salDonde viven las historias. Descúbrelo ahora