Nada era como esperaba. El lugar era árido y sin vida, nada crecía alrededor y no había ninguna persona cerca. Todo lo que se veía era una torre como la del cuento de Rapunzel, con la única diferencia de que se podía ver una gran puerta cerrada.
Sentí melancolía al acercarme a la torre y no entendía la razón de aquel sentimiento. Por ello, camine directo a ella pudiendo divisar a lo lejos a una persona que estaba a punto de abrir las puertas.
- ¡Espere! -apresuré el paso y logre alcanzarlo- quiero saber dónde me encuentro.
- Señorita Shiro, usted no puede salir de la torre -tomó mi mano y me jaló cerrando la puerta con rapidez- Alguien en el Pozo la pudo haber visto.
- ¿Shiro?-. Pensaba en mi actual apellido
- Señorita puede subir a su habitación, en una hora llevaré el almuerzo -dijo sin levantar la cabeza y se fue sin más.
Estuve parada unos minutos hasta que me acerque a la puerta de caoba. Al verla de cerca note sus detalles con mayor claridad tocando sólo con la punta de mis dedos la lisa madera y el diseño que formaba. Un gran dragón enroscado a la letra A y el tigre que cuidaba muy celosamente la S.Me resultaba tan familiar y de repente sentí que debía abrir aquella fina puerta cueste lo que cueste. Llegue a pensar en tocar hasta que alguien me escuchará y la abriera. Sin embargo, no pasó mucho tiempo y la puerta se abrió dejando ver lo que ocultaba.
Una gran cama que estaba cubierta con finas sábanas blancas y rojas, paredes hechas en marfil y con bases de un estilo barroco. Era una habitación para una princesa, todo estaba en orden y pulcro y sin más que decir sentí que ya antes había estado en este lugar.
- La educación es lo más importante -dijo una voz muy parecida a la de mi Rosalie- no te dejes convencer por el oro, la sabiduría te entregará mucho más. Las palabras que han ido de generación en generación en la familia Shiro fueron pronunciadas por la mujer que estaba sentada frente a la única gran ventana que tenía la habitación.
- ¿Dónde estoy? ¿Quién eres y como conoces esta enseñanza? -me acerque a la mujer y paré, al darme cuenta que era idéntica al cuadro que vi en las ruinas que estuve visitando antes de llegar aquí.
- Soy la antigua reina de Etrea - sonrió para si de una forma descarada- tu eres la elegida para ser mi reencarnación -.
- No te entiendo, qué significa lo que acabas de decir -.
- No hay mucho que decir, simplemente quiero que me des el cuerpo que estas usando, para poder encontrar lo que he estado buscando.
Suspire por enésima vez en el día y me di cuenta de que aún no me había sentido mareada o con náuseas- Aún no entiendo que es lo que tramas pero quiero volver a mi vida, a mi mundo -con lágrimas, que no me había dado cuenta que caían, le repliqué.
- La verdad es que el poder ilimitado me dijo que al despertar, tendría que esperar a que aparecieras - dio unos pasos hacia mí y sonrió- tu estás enferma y, al parecer, no es curable -.
Me sentí estática con aquellas palabras, no podía creer que ella supiera lo que en verdad padezco. Sin embargo, tenía que encontrar una salida para poder volver a mundo. Simplemente seguí sus movimientos y esperé a que dijera algo más, pero lo único que hizo fue tomarme del brazo para aferrarse a mi y decir algunas palabras que no llegue a entender.
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"En Busca del destino"
Novela Juvenil"Quién diría que una reina, madre de cinco hijos, tendría que volverse el recipiente de una antigua deidad para ayudarla a encontrar a la única persona que alguna vez le importo. Con el pasar de los meses, la deidad se daría cuenta que vivir como l...