Día 16: Plumas

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Esta es una continuación del día 8 (Espada).

Después de que Crowley se durmiera en los brazos de su esposo, su mente empezó a soñar esos años que vivieron juntos, cuántos eventos vieron, en cuantos participaron, los papeles que interpretaron, como influyeron en el arte, en la cultura y en los sin fines de lugares, paisajes y escenarios en los que fueron partícipes.

Todos sus recuerdos son perfectos por una cosa, bueno, más bien un ser.

Un Ángel, SU Ángel.

Él hacía que todos sus recuerdos, su ser, incluso su propia existencia valieran la pena.

Crowley se removió en los brazos de Aziraphale y este lo miro con cuidado, hace algunos minutos había abandonado la trastienda y ahora se encontraban en la habitación, en el tramo de escaleras Crowley se aferró a su cuerpo como un koala y no lo soltó hasta sentir la cálida y reconfortante suavidad de las sabanas. Miro con algo de preocupación el cuerpo que dormitaba en su cama, su pelirrojo esposo tenia un sueño bastante inquieto, agradeció haberlo traído a la cama y no dejarlo durmiendo en el sillón, de tantas vueltas que se daba se hubiera caído del sillón, pero eso no detendría su siesta si es que llegaba a suceder.

Se colocó su pijama de tartán y levantó las sábanas para acostarse, se tapó y tan pronto como se acomodo sintió los brazos largos y firmes de Crowley rodeando su cintura, sonrió con ternura y besó la frente del pelirrojo.

—Buenas noches querido —. Susurró con cariño, los brazos a su alrededor se apretaron un poco y acariciaron la piel por debajo de la camisa del pijama, sintió la respiración calmada de Crowley sobre su pecho y le dio unos pequeñas caricias a los cabellos largos rojos de su esposo.

—Buenas noches angel —. Aziraphale apagó la luz con un chasquido y ambos se acurrucaron uno contra el otro para caer lentamente en el sueño.

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El despertar del rubio fue bastante dulce, pequeños besos siendo repartidos por su mejilla y cuellos, un susurrado "Buenos días Mio Angelo", hubo más besos y las caricias empezaron a aumentar de intensidad hasta que ambos terminaron sudorosos, enredados entre las sábanas y sus frentes apoyadas entre sí. Vaya manera de despertar.

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Aziraphale llegó a buscar a su esposo al trabajo, el pelirrojo sonrió al verlo llegar, despidió al cliente que estaba comprando rosas y cerró la puerta —Rosas, rosas, y más rosas, ¡no pueden comprar otra cosa!

—Otra vez compraron más rosas que alguna otra flor debo suponer

—La mayoría son para sus parejas, pero de verdad me sorprende la poca imaginación que tienen los humanos para regalar cosas hoy en día, se han perdido las tradiciones —. Aziraphale se rió divertido y se acercó para darle un abrazo y un pequeño beso en los labios.

—¿Cómo está mi pelirrojo favorito? —. Crowley levantó una ceja y sonrió ladinamente dejando ver uno de sus colmillos afilados.

—Soy el único de tus conocidos que tiene el cabello rojo ángel, pero estoy bien, incluso mejor ahora que estás conmigo —. Aziraphale lo miró con ternura.

—Me alegra oírlo cariño, y respecto a lo otro, te equivocas, Madame Tracy era pelirroja cuando compartimos cuerpo.

—Era Aziraphale, ahora Tracy es rubia... aunque admito que le quedaba mejor el rojo —. Aziraphale resopló y soltó un "la suerte del demonio, ganaste esta vez", Crowley sonrió triunfante mientras Aziraphale negaba con la cabeza.

—¿Tengo algún premio por ganar?

—Nop, ninguno

—¡Eso no es justo! —. El rubio le saco la lengua divertido y esta vez el pelirrojo negó divertido. Ambos salieron de la tienda y subieron al Bentley, la radio se encendió y "Good Old-Fashion Lover Boy" empezó a sonar, ambos sonrieron, Aziraphale tarareaba y Crowley cantaba el coro mientras veía de reojo a su esposo. Se estacionaron y ambos bajaron, caminaron por los senderos del parque St. James, hablaron de poco y nada al mismo tiempo. Se sentaron en su banco habitual y Aziraphale le entregó su almuerzo.

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Comieron con cuidado los espaguetis con salsa que el ángel había preparado, de un chasquido un delicioso pan crujiente apareció en su mano, el sonido de un pan crujiente siendo partido atrajo las miradas sobre ellos, un par de ojos salieron de entre los arbustos y empezaron a acercarse. Aziraphale miró fijamente en punto detrás de la espalda de Crowley, este siguió la dirección de la mirada de su esposo, se dio la vuelta y se congeló por completo.

Patas palmeadas, plumas, alas, ojos raros y ese pico medio aplastado, un pato, era un pato. El ave soltó un "Cuack" y Crowley grito, salto y se escondió detrás de su rubio esposo, el pato volvió a soltar un "Cuack" y comía las migajas que habían en el suelo, Aziraphale soltó una risa y vio al pato comer.

—No temas Crowley, es sólo un patito

—Eso es lo que tu dices, te hacen creer que son tiernos, pero son malvados Aziraphale, ¡SON MALVADOS!

—¡CROWLEY! no digas eso, herirá sus sentimientos —. Otro pato llego y empezó a comer junto al otro las migas que Aziraphale dejaba caer, después llegó otro, y otro, otro más y otro más hasta que pronto estuvieron rodeados de una bandada de patos y a este punto Crowley estaba sobre la cabeza del rubio afirmándose a él como si su vida dependiera de ello.

—Crowley, puedes bajar, no te harán daño —. El demonio sobre su cabeza negó rápidamente, Aziraphale suspiro, negó con la cabeza y luego desmigar el último mendrugo de pan para luego sonreírles a los patos, la bandada lo miró esperando más.

—Lo siento, pero ya no me queda más —. El pato que llegó primero ladeo la cabeza y alzó sus alas amenazante mientras graznaba furioso, Crowley salto de la cabeza de Aziraphale y se colocó frente a él.

—¡Ey! a mi esposo no le gritas rata con alas —. El ave entrecerró los ojos, saltó sobre Crowley y lo picoteo, graznó, pateo y tiro los cabellos de este, Aziraphale se agacho para no recibir ningún golpe, el ave y el demonio cayeron al suelo, Crowley sacó sus garras y arrancaron plumas, rasguñaron y hirieron al ave, ambos se alejaron y miraron sus heridas. Aziraphale se acercó a su esposo y lo tomó de los hombres para luego levantarlo.

—Mejor vámonos —. Lo miro de arriba a abajo para ver si tenía heridas graves pero no había ninguna, no estaba herido de gravedad, bueno, su orgullo si. —Lo siento mucho, él no quería, de verdad... ya nos iremos. —. Ambos tomaron sus cosas, dieron una última mirada a los patos y se disponían a marcharse cuando un "cuack" de los patos más pequeño los detuvo, se voltearon y el pato que había atacado a Crowley los estaba mirando.

—Cuack Cuack, cuack cuack cuack cuack cuack (Así que, osas retirarte de una pelea) —. Los patos alrededor soltaron algún tipo de risa y el líder siguió cuando todos se callaron —Cuack cuack (que cobarde) —. Aziraphale se llevó las manos a la boca atónito, los patos a su alrededor soltaron un "cuaaaaaaack" (ooooooooohh), la mirada azulada del rubio se fijó en el pelirrojo quien miraba con rabia al pato frente a él, su mirada atravesaba al pato como flechas pero este se mantuvo firme ante el demonio.

—Repite eso —. Desafío Crowley mientras sus puños se apretaban con fuerza y pequeñas llamas infernales comenzaban a crecer en estas, los patos se miraron entre sí alarmados y luego miraron a su jefe.

—Cu- ack (Co- barde) —. El tiempo se detuvo, las llamas crecieron y el pato corrió por su vida mientras era perseguido por un demonio enfurecido con llamas en las manos.

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Madame Tracy abrió su puerta y se encontró con Crowley, lo miró sorprendida y este solo le entregó una bolsa que olía interesante, este se alejó y se subió a su auto para marcharse a toda velocidad, Tracy vio el paquete y revisó la nota que colgaba, la tomó y leyó la refinada que sin dudas era del Señor Aziraphale.

"Querida Madame Tracy

Acepte este regalo hecho con mucho cariño por mi y mi esposo, gracias por su ayuda en nuestra relación y en el No-Armagedón, espero lo disfrute, felices fiestas.

Aziraphale"

Tracy abrió el paquete y se sorprendió al ver una olla de cerámica con una tapa transparente y dentro de esta un delicioso pato al horno, se encogió de hombros y volvió a entrar mientras Shadwell preguntaba de donde saco ese pato, si tan solo supieran el centenar de plumas y sangre que había detrás de esa historia. 

Fictober • Good Omens #IneffableHusbandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora