EROTISMO ( Uzui Tengen x Demon Zenitsu)

ESPECIAL II

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Era un bosque hermoso, el más hermoso que hubiera visto en todo aquello que fue su trágica y horrible vida, los árboles rápidos de hojas que no dejaban entrar ningún rayo de la hermosa luna llena que hoy se había dejado observar, las luciérnagas salían alborotados de entre los arbustos formando así un hermoso cielo falso.

Los pies le dolían, cada pisaba que daba era más dolorosa que la anterior, era como caminar en el largo de un camino lleno de puntas filosos que sentía que poco a poco le perforaban más la piel, pero a pesar de aquel horrible dolor, no se detuvo, tenia que escapar de ese lugar, tan lejos como se lo pudiera permitir.

-perdona a mami por ser tan tonta-

La desesperación, la falta de aire, el instinto de escapar, el miedo, la angustia, era una estupida, se había dejado engañar y había puesto en peligro a su pequeño hijo y ahora solo podía huir.

-perdón, perd...-

Un brazo atravesando su estómago, la interrumpió, sintió la sangre salir por su boca.

-uhm, que lastima-

El llanto del bebé que anteriormente la mujer había tenido en brazos resonó al sentirse lejos quien lo sostenía hasta hace un momento.

-jum, pobrecita criatura, condenada a vivir en este mundo tan vacío, no te preocupes, yo te voy a cuidar muy bien-

Tomando al bebé en brazos, aquel demonio que respondía a "douma", emprendió el camino de regreso a su palacio.

-promesa del meñique, promesa del meñique-

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No le gustaba la soledad, era vacía, triste y oscura, le generaba asco, le daban ganas de vomitar y le provocaba ganas de acabar con todo.

Sabía que era agresivo, aquellos humanos y demonios que tuvieron la mala suerte de probar su ira, no pudieron volver a ver la luz de luna que salía todas las noches en el cielo.

No estuvo solo en su infancia,su padre Douma se había encargado de brindarle todo aquello que necesitaba y más, por eso le estaría eternamente agradecido.

Movió la cadera unas cuantas veces más para terminar dentro de su padre, quien acabó sobre el suelo del que era su templo.

-mi querido Inosuke, estuviste muy bien-

Con bastante fuerza sintió los brazos de su padre tomandolo del cuello acercandolo a su rostro para besarle violentamente juntando sus lenguas.

-padre...-

Sintió su miembro endurecer de nuevo al separse de sus labios, observo los ojos de Douma, tan hermosos y únicos como ningunos que hubiera visto en su vida, analizo las facciones de su rostro, siempre era así, un ritual que se había vuelto costumbre desde que cumplió trece años.

Años atrás...

Se encontraba despidiendo a los últimos creyentes de su padre, que había venido a horario en busca de la salvación para su hijo que se encontraba con una rara enfermedad que lo mataria al taparle los pulmones.

Estúpidos pensó, eran simplemente estúpidos, venían a diario con ruegos inútiles, rezando y llevando ofrendas que no servirían para nada, odiaba la gente débil y odiaba a los que se arrodillaban frente a otros.

-Inosuke, hijo ven aca-

Rápidamente camino hasta donde se encontraba su padre, arrodillandose ante el, mientras sentía la suave mano de su padre acariciarle el rostro.

-has sido un buen chico, mi lindo Inosuke-

La mano de su padre se metió entre su ropa para acariciar su pecho, aguanto la respiración por las nuevas sensaciones.

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-mi lindo Inosuke, siempre estarás conmigo-

Recostados en la gran cama que era de la propiedad de su padre mientras esté mismo se encontraba apoyado en su pecho, acariciándole.

-mi lindo Inosuke, tengo una misión para ti-

-lo que tu quieras padre-

Holaaaaaa

Primero que todo, agradecerle a todos ustedes por el apoyo a este libro y por todo su amor.

Primero aclarar que este libro es ficción y que las relaciones de niños con gente adulta no está bien, si conocen a alguien que pase por una situación similar, adviertan a la policía porque eso no está bien.

Eso es todo, muchas gracias por su apoyo y amor.