Placer y Odio
Quien diría que estas dos juntas te pueden llevar a experimentar una sensación de erotismo.
Esta historia es basada en one-shot propiedad de TsukasaEllenW
La cueva quedó en completo silencio, esperando que la maldición de El se activará en Zenitsu, grande fue la sorpresa al darse cuenta de que no pasaba nada, no sangre, no ojos, no dientes, nada.
-¿que?-
Los cuatro demonios estaban en trance, se encontraban asustados de que no hubiera pasado nada, como niños esperando el regaño de sus padres por hacer alguna travesura.
El más sorprendido era el propio Zenitsu, quien había sido el dueño de la voz que mencionó el nombre prohibido, al momento en el que las palabras abandonaron su boca, se arrepintió rápidamente, pues el no quería morir, o al menos no todavía.
Tanjiro parecía más muerto de lo que normalmente estaba,puesto que a pesar de el ser el más cercano a El, nunca había podido mencionar su nombre o si quiera pensarlo, sintió cierta envidia por Zenitsu, pues a consideración de Tanjiro, el rubio era ahora libre, libre como el jamás podría.
Nezuko, quien anteriormente escondía su rostro entre sus manos, miró a Zenitsu con ojos llorosos, debido al susto de perder a su familia, otra vez.
Por otro lado, el rostro de Inosuke no demostraba emoción alguna de sorpresa, aunque por dentro todo eran nuevas emociones, sorpresa, susto, curiosidad, ¿porque su padre no se liberaba y lo liberaba a El?.
-¿Zenitsu?¿estas bien?¿como te sientes?-
Zenitsu no reaccionaba, su mente se encontraba llena de pensamientos, buenos y malos.
Era libre de la maldición de Muzan, ahora podría estar con Uzui y podrían vivir juntos con un Lobito.
Sonrió, sonrió como hace tantos años no lo hacía, una sonrisa de pura felicidad, su vida ahora sería distinta.
Nuevamente era de noche, el tiempo pasaba más rápido cuando anhelas algo, es como si el sol supiera que estaba buscando algo y por eso decidía ocultarse más rápido y realmente lo agradecía.
Uzui a quien se le había otorgado una misión, había partido en la mañana para aventurarse hacia un poblado bastante alejado de donde el vivía, un demonio que desaparecía niños, los que más odiaba, pues a su criterio, los niños eran los seres más puros e inocentes.
O algo asi
A lo lejos vio el pueblo, era un pueblo nocturno, es decir que su mayor actividad era de noche, todo parecería alegre y con un ambiente divertido, de no ser por las expresiones de tristeza que habían en un grupo que suponiendo eran los padres de los niños desaparecidos.
Sintió una gran lástima, pues su expresiones demostraban la más profunda tristeza, sus ojos mostraban que les había sido arrebatado lo más precioso en su vida, como a quien le arrancan sus piernas, aunque nisiquiera eso puede compararse con el dolor de la pérdida de una parte de su alma, alma perdida representada en sus hijos.
Se quedaría haciendo guardia hasta altas horas de la noche por las casas que aún tenía niños, preocupado y molesto se decidió acabar con ese demonio sin piedad.
-tengo que hacerlo, para que este pueblo consiga paz-
Sintió una delgada mano agarrar su brazo, sabía quien era e inconscientemente sonrió poniendo su mano encima de la más pequeña.
-umh, disculpa pero estoy casada-
¿Qué?
Velozmente volteo la mirada y observo a una hermosa mujer de kimono morado y un moño, que enmarcada el delicado rostro que poseía.
Se dio cuenta de que no era humana, pero también se dio cuenta de que no era ella quien desaparecía a los niños.
-¿que?-
Rápidamente se alejo de un salto de aquella mujer, se puso en guardia en contra de cualquier movimiento que pudiera hacer esta.
-porfavor, cálmate, solo deseo ayudarte, mi nombre es Tamayo y soy un demonio, pero como te diste cuenta yo no me alimento de las personas, si no de un poco de sangre la cual compro-
Guardo su arma, sin embargo no abandono su posición de defensa, miro directamente a los ojos de aquella mujer, hicieron contacto visual por más o menos 30 segundos, cuando se rompió por parte de ella, continuo hablando.
-al igual que ustedes, yo también busco acabar con Muzan, El y Yo tenemos muchos asuntos pendientes, estoy creando un veneno capaz de... porfavor ya deja de mirarme fijamente-
-lo siento-
-no te preocupes,como te decía estoy creando un veneno que sea capaz de debilitaron o acabarlo, se que tambiéntienes unarazónmás fuerte para acabar con Muzan, prometo ayudarte a estar con El, si tu me ayudas a mi-
Miro a la mujer extrañado, apenas caía en cuenta que había dicho el nombre de aquel demonio, por lo general los demonios con los que había acabado no solían decir tan fácilmente el nombre de Muzan, siempre preferían morir antes que decirlo.
-¿porque estas tan sonriente?, sabes que aunque te libres de la maldición el puede buscarte y matarte-
Miro mal a Inosuke, quien después de el susto le había dando un golpe tan fuerte que de no ser porque era un demonio, le hubiera quebrado el cráneo.
-para tu mala suerte Inoskito no me vas a arruinar el buen humor, mejor vete con tu papi y no me molestes mas-
Inosuke abrió la boca pero no salió palabra alguna, solo suspiro resignado, y acarició acarició cabello de Zenitsu.
Los hermanos Kamado habían ido ante el llamado de su señor y ahora se encontraban ellos dos en la cueva.
Miro a Zenitsu y no pudo evitar sentir envidia de que el tuviera lo que el no podía.
Amor
Envidiaba tanto eso, el tiene la capacidad de amar y por lo que le han dicho es correspondido y se siente frustrado de no poder experimentar algo como eso.
El también quería sentir aquello que sentía Zenitsu o experimentar el amor fraternal que existía entre los Kamado, pero no podía, no sabía como.
Y la misma pregunta que se mete en su cabeza y una otra vez desde hace mucho vuelve.
