Capítulo seis.
Marileyn Sorní.
—Cumpleaños feliz, ¡Ehhhh!— terminamos de cantar la canción de "feliz cumpleaños" a Rosa, quien sonríe con felicidad plasmada en su rostro.
—Gracias a todos por acompañarme en mi cumpleaños, y gracias, hija, por darme esta fiesta sorpresa, estoy muy feliz— me acerco a ella y la abrazo.
Estar así, rodeada de personas a las cuales amo, recibiendo tanto cariño, hace que crea que los psicópatas también amamos, que somos capaz de sentir amor y que en el fondo, no todos somos unos monstruos sin sentimientos.
Pero al instante recuerdo que son patrañas.
—No es nada— le susurro al oído, mientras la abrazo.
Siento mi teléfono vibrar dentro del bolsillo de mi pantalón, lo que corta el emotivo y feliz momento que estaba pasando.
—¿Me das un segundo?— le pregunto apenada.
—Si, claro, hija, ve— me guiña el ojo.
Ella cree y jura que tengo que el tío misterioso es mi novio, y aunque no lo conoce, desde que escuchó nuestra conversación se comporta de esa manera.
Dice que un chico testarudo es perfecto para mi, porque así siempre me ayudará y permanecerá conmigo siempre y cuando sea testarudo por mi, por mi amor.
Y... no va muy lejos de la realidad, es realmente lo que necesito, necesito un nuevo comienzo para mi, donde olvide todo lo que he vivido y donde mi alma cambie.
Y si el tío misterioso me quiere así, entonces debería pensármelo mejor, digo, él es guapo, es atento caballeroso, y a diferencia de lo que creía la primera vez, no es para nada psicópata, de hecho, es más sano de lo que creí.
—¿Aló?— respondo la llamada al número desconocido.
Sé que es él, y aunque estoy enojada con él por no haber asistido a la fiesta de Rosa, no sé porqué, pero me alegra saber que todavía piensa en mi, que todavía es consciente de mi existencia.
—Princesa— río ante su mala actuación de parecer otra persona.
—¿Puedo saber porqué no viniste?— le pregunto tratando de ocultar el poco de enojo que siento.
En lo más fondo de mi oscura alma, si deseaba que viniera.
—Lo siento mucho, hermosa, hubo una mafiesta, y por eso no pude asistir, pero... estoy aquí abajo esperándote, ¿Que tal si vienes y nos vemos?— miro hacia abajo, no logro mirar casi nada, pues la calle está oscura y a esta hora somos los únicos que estamos despiertos debido a la fiesta.
—Mmmm...— digo insegura. —¿Y si En realidad no eres el tío misterioso?— pregunto juguetona.
—No lo soy— dice enojado.
Río, mientras le dedico una mirada cómplice a mi mejor amigo, quien me ve con preocupación.
—¿A dónde vas?— me pregunta al acercarse rápidamente a mi.
—Emmm... iré a... al baño— es la mentira perfecta, en el techo de la casa no hay baño.
—Oye, Marileyn, sabes que te amo mucho y... lo mejor es que ni siquiera hables con mi tío, es por tu bien— dice preocupado.
Sonrío con ternura. —No te preocupes por mi, ¿Si?, mejor preocúpate por tu hermana que está vomitando de la borrachera— señalo a Eliza quien eructa y empieza a vomitar nuevamente.
—No puedo creer que siga sufriendo por ese idiota— dice antes de irse de mi lado e ir a ayudar a su hermana.
Abro la puerta y empiezo a bajar las escaleras que me llevan al segundo nivel de mi casa, y mientras lo hago no puedo parar de buscar un porqué lógico del porqué Damián no quiere que si quiera hable con su tío.
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𝐒𝐢𝐧 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐩𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐟𝐢𝐨𝐬𝐨 ✓ ©
RomanceNo puedes escapar de quien ya está demasiado impresionado contigo. No puedes evitar que quien se enamore de ti, haga lo posible para que sea recíproco. Tampoco puedes evitar que quien tengas en tus manos, quiera tenerte en las suyas. Como tampoco p...