LA SNITCH [DARRY]

FINAL DEFINITIVO.

"¡Pum!"

Un golpe seco se escucho tras ser arrinconado en una de las paredes más cercanas en aquellos vestidores para los leones.

Viéndose directamente los ojos de cada uno, sintiendo el coraje tras quel color metálico.

—Déjame explicarte.

Cabizbajo, dejo salir pequeñas palabras que ni por la cercanía pudo distinguir aquella serpientes, colmando la poca paciencia que le quedaba, apretando con más fuerza el agarre hacia las muñecas del león, soltando un quejido de dolor.

—E-Está bien, pero sueltame ¡ya!.

Soltandolo dejo caer los brazos, míentras el contrario los posocionaba al costado de éste, impidiendo que se fuera, acercándose poco a poco, quedando a centímetros de su rostro.

—Te....quiero....—Menciono míentras escondía su rostro en el cuello del azabache.

—¿Q-Qué?...

—Fue el estúpido de Zabini...

—N-No entiendo...tú...no me....¿correspondiste?

—No es lo que crees.

Separándose con suavidad, camino a uno de los bacos del lugar, soltando la tensión que lo consumía, dejando más que confundido y curioso al pequeño león.

—¿Weasley no te lo comento?...

—N...No...

Pasando sus manos entre sus cabellos miro hacia alfrente, chocando de nuevo sus miradas, estaba más que enojado por el gran error que cometieron por nuestra estupida imprudencia.
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Espera...

"¿Nuestra?"

No...

¡No es mía!, ¡Fue de Zabini!

Lo voy a matar por involucrarme en su estúpida confesión estilo "torpe pero adorable Harry Potter"
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Soltando un pequeña risa, nego con su cabeza, haciendo creer que se estaba burlando por la "ignorancia" del azabache, "molestandolo", escuchando el bufido de coraje seguido de los pasos fuertes que se dirigían a la salida.

Con rapidez lo tomo de la muñeca, jalandolo a su dirección, y sentandolo en sus piernas con suavidad.

—¿¡P-Pero que haces!? ¡Sueltame en éste momento!.

—Calla y escucha Potter.—Menciono abrazandolo con fuerza sin lastimarlo.

Unos segundos en silencio entre los dos los hizo soltar un suspiro cansado, pues aun no se sentían bien del todo él uno con él otro por el "problemita" que causo todo el alboroto entre estos dos. Acercandolo un poco más, decidió contar su versión de la historia.

—Zabini...gusta del menor de las comadrejas.

—¿Ginny?

Un ligero gruñido lo hizo separarse del menor de los dos, llevando sus manos a las piernas del azabache, separandolas y acomodandolo a orcadas en su regazo sin ningún doble sentido, proporcionándole al final un golpecito en la frete, escuchando el inmediato quejido.

—No puedo creer que sigas igual de torpe, después de derrotar al señor tenebroso.

>>Mira...Blaise siente una gran atracción por ese...—dio un quejido de asco— Ronald...desde hace un año, dándose el valor de declararse. ¿Y que mejor plan que demostrarlo cómo él niño-lindo-que-vivio-y-derroto?.