cap 13: Podrás recuperarte

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Con la audición algo débil y la vista borrosa, podía ver como los doctores a mi alrededor me inyectaban cosas, ponían y sacaban tubos de mis brazos y me hacían revisiones constantes

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Con la audición algo débil y la vista borrosa, podía ver como los doctores a mi alrededor me inyectaban cosas, ponían y sacaban tubos de mis brazos y me hacían revisiones constantes.
Cuando notaron que ya estaba despierta y consciente corrieron a mi y me llenaron de preguntas:
"Niña, estas bien?" "Sabes donde estas?" "Sabes como te llamas?"
El mismo doctor llamó a una enfermera:
-Dile a sus padres que ya despertó!-
Estaba muy mareada y confundida, no sabía que día era ni recordaba porque estaba allí, o quizás prefería ignorarlo.

Mis padres entraron desesperados a la habitación. Mi madre, con tono desaforado, corrió hacia mi y me abrazo fuerte. Mi padre, que mas allá de todo seguía siendo su hija, entro y colocó un beso en mi frente.
El doctor que se encontraba a los pies de la cama se puso a mi lado y mientras revisaba mis ojos y mi pulso rehizo la preguntas:
-Sabes como te llamas?-
-Judith Wheeler- respondí mientras tragaba saliva.
-Sabes que te sucedió?- preguntó seguido.
-Honestamente, no- contesté mientras me tocaba la nuca por un leve dolor que sentía allí. Mi madre fue quien se encargó de contarme que era lo que había sucedido en realidad:

-Judith, sufriste una perforación de estómago. El dolor que sientes en la nuca es a causa del desmayo previo al hospital-. Ella con lágrimas en los ojos.
Mi padre luego comentó:
-Encontraron en tu estómago sustancias que llevaron al laboratorio. Esto también se debe a tu falta de buena alimentación- Demostraba un gesto de decepción mientras lo decía y eso no me hacía sentir muy bien.
-Judith, por qué no nos pediste ayuda? Sabes que te apoyaremos siempre!- comentaba mi madre mientras sostenía mi mano. Sabía que me apoyaban, pero no lo demostraban de forma correcta o suficiente. Simplemente asentí con la cabeza e intenté no llorar.
Les pidieron a ambos que se retiren así podían hacerme unas ultimas revisiones para asegurarme el alta médica. 
Ambos se posaron en la ventana de la habitación y pude notar que se habían puesto a discutir, lo poco que podía oír eran insultos de mi padre, de mi padre hacia mi:
-Ella no valora lo que obtiene, la has malcriado mucho en toda su vida!- decía Logan con un rostro furioso. Bree no pensaba quedarse callada. -Disculpa, pero la crianza que recibió también fue la que le diste. No te has puesto a pensar que quizás tu has sido el mayor causante de este problema?-
-Yo no fui quien le dijo que deje de comer o que consuma sustancias!- gritaba mi padre con las venas saliendo de su rostro. -No, pero si has hecho comentarios desubicados sobre su aspecto. Una cosa lleva a la otra Logan, es tu hija y no la respetas como tal- confesaba Bree enfurecida. La enfermera secretaria que se encontraba en la habitación conmigo noto mi mueca tras oír la discusión, salió y les pidió amablemente a mis padres que se retiraran a la sala de espera. Entró y me calmó:

-Se que esto es difícil para ti y quería decirte que eres muy fuerte. Eres muy joven para esto y lamento que hayas llegado a este punto- comentaba con una mano en mi hombro. Deje salir unas lagrimas, las cuales contenía hace rato. Le agradecí por la contención y respeto que me demostró ante mi vulnerabilidad. Quise preguntarle cuando tendría el alta médica, ya que tenía la competencia de danza el fin de semana. La enfermera, la cual dijo que se llamaba Charlize, me había dado como respuesta que en un día iba a estar bien.
Me habían operado el estómago y me habían alimentado después de eso, tenía una dieta post operación que debía seguir estrictamente, fuera de eso estaba bien. No sabía con certeza si podía bailar. Mi doctor llegó y mencionó que si seguía la dieta a partir de ese momento, podía bailar.

[...]
Estaba sentada en la camilla viendo la televisión donde se reportaban nuevas muertes en el pueblo.
La enfermera Charlize entró con la bandeja de mi almuerzo, el cual era algo de arroz y gelatina.
-Tomate tu tiempo Judith- comentó mientras acomodaba la bandeja sobre la mesita con ruedas.
Observé el plato de arroz por un largo rato. Por obvias razones me costaba consumir alimentos voluntariamente, mis problemas no se habían solucionado, habían empeorado.
Tomé el tenedor para comer un poco al menos, mi hermano entró por la puerta con una cajita en la mano.

-Lo siento, interrumpo algo?- comentaba. Hice una vaga sonrisa y negué con la cabeza. Junior se acercó a mi y dejó la cajita en mi mesa y se posó a mi lado:
-Como estas?- preguntó. -Bien, me duele la cabeza y me arde el estómago- respondí mientras jugaba con el tenedor sobre mi plato. -Que es esto?- le pregunté sosteniendo el regalo que me había dejado.
-Ábrelo- comentó. Saqué el envoltorio y me encontré con una libreta color morada a rayas y traía una lapicera negra. En el mismo paquete venía un libro de Stephen King, mi autor favorito. Era una de sus obras que quería leer hace mucho y Junior estaba al tanto de eso.

-Gracias hermanito- dije mientras apreciaba el libro

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-Gracias hermanito- dije mientras apreciaba el libro.
-Soy mayor que tu, hermanita- respondía a mi forma de llamarlo. -Mayor por 10 minutos- respondí seguido, ambos reímos. Luego de unos segundos, preguntó:
-Que sucedió?- dijo. El clima en la habitación cambiaba. Tragué saliva:
-Volví a tomar las pastillas- respondí. Junior con una expresión de confusión preguntó -pastillas?-
-Lo siento Junior- contesté. Pude notar en su rostro su sentimiento. Me abrazó y pude sentir respiración agitada y sentí unas lagrimas caer sobre mi hombro, Junior estaba llorando, yo lo había hecho llorar.
-Hey Jun, estoy bien y lo voy a estar, te prometo nunca mas volver a hacerlo- dije con la culpa interna que sentía. El sensiblemente sonrió y luego se marchó.

Había podido comer el arroz, la gelatina no me gustaba desde siempre así que no la comí. 
Me levanté de la camilla (sin saber si podía o no) y me asomé en la ventana que daba a un callejón, había un gran contenedor de basura allí abajo y dentro de él se encontraba el feo muñeco de Jake, con el que había tenido una alucinación.
De sorpresa, alguien entró por la puerta, volteé y allí estaba Oliver.
Corrió a mi y me abrazó con cuidado. Luego tomó mi rostro y besó mis labios.
-Que haces de pie? Ve a recostarte- dijo tomando mi mano. Me senté en el costado de la camilla y el se posó en frente mío y tomó mis manos frías:
-Como estas cariño? Te sientes mejor?- preguntaba.
-Estoy bien, lamento preocuparte a ti y a todos- respondí. Luego abracé su cintura y el con sus brazos me rodeó y besó mi cabeza. Volteé la mirada hacía la ventana de mi cuarto y vi a Stephany junto con Ethan mirando tras el vidrio. Los miré sin ningún gesto. Stephany con un rostro que no sabía como definir, entro en la habitación.

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2022 ⏰

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𝗨𝗻 𝗮𝗱𝗶𝗼́𝘀 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼: 𝙊𝙡𝙞𝙫𝙚𝙧 𝙃𝙖𝙮𝙙𝙚𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora