LA LLAMADA

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Seguí corriendo por aquel bosque, hasta que fui capaz de dejar el comienzo de aquel inmeso bosque muy lejos, tanto que no era capaz de verlo con mis propios ojos. El cansancio y el dolor en la pierna, no me habían dejado pensar, además del peligro de que alguno de aquellos guardias petrificados, se hubiese atrevido a adentrarse en el bosque. Cuando por fin me paré, tomé el aire y miré alrededor pero estaba en una zona que no reconocía. Aquellos árboles eran muy altos y frondosos, la zona tenía que tener más años que el resto del bosque, todo era extraño, ya que yo me había recorrido el bosque, conocía cada piedra, cada rama y cada arbol. Pero nunca había estado en aquel lugar, solo el aire en aquel lugar era distinto, más denso y espeso, cargado de humedad...

Eno fue hasta entonces que empecé a notar como un hilo de calor bajandome lentamente por la pierna derecha desde la altura del gemelo, que me caía lentamente por la piel hasta el pie. Normalmente llevaba un pantalón que casi me llegaba al tobillo, me quedaba perfecto se ajustaba a la forma exacta de mis piernas. Hay que decir que era muy útil para poder pasar por los bosques y campos sin recibir un arañazo. Me subí la tela del pantalon hasta casi la rodilla, la tela estaba empapada de un líquido caliente, la sangre provenía de una herida de unos 2 cm de profundidad más o menos, tampoco era medico para poder saberlo.

Por desgracia no había escapado ileso, pero tampoco tenía tan mala pinta, jugando siempre me habia hecho cosas peores . Abrí mi mochila y busqué un trozo de tela o algo con lo que poder taponar la herida. No tenía más que la manta, la capa y una camiseta de cambio. Tuve que cortar un trozo de la manta para taponar la herida y me hice un vendaje improvisado.

Volví a mirar alrededor todavía más detalladamente, que me pudiera indicar exactamente donde me hallaba. Pero nada de aquel lugar me sonaba todo era extraño, muy extraño. Había pequeñas matas muy frondosas de un color rojizo que no había visto en otras partes del bosque, piedras con unas formas fuera de lo común y lo que más llamo mi atención un riachuelo de un agua de color rojizo que corría como si fuese sangre corriendo por el suelo.

Busqué un sitio en aquella zona para descansar y recuperarme, la pierna me empezaba a doler, la morfina que había generado mi cuerpo empezaba a disiparse. Lo único que encontré fue un árbol muy grande de unos 80 metros de alto que sobresalía entre los otros.

Tenía un tronco que yo no era capaz de rodear con mis propios brazos, debía tener más de 2000 años, estar antes de que ni siquiera el mundo fuese tal y como lo conocemos. sentía como si aquel árbol me estuviese llamando algo que era extraño ya que ningún árbol podía hablar, aunque había historias de árboles que susurraban al viento palabras. Oía una y otra vez "ven acércate a mi yo te dare cobijo, siéntate debajo de mis ramas, acuéstate en mi tronco, yo te cuidare", no podía resistir su llamada era una fuerza que me movía a hacer lo que me susurraba aquel arbol. Poco a poco iba avanzando hacía aquel arbol. cada vez se repetía el susurro. "Duerme y descansa pequeño". Una vez que llegue a su tronco, su corteza parecía dura y robusta. Pero al acariciarla era como la misma seda, era una sensación que no podía explicar con palabras. me acosté lentamente, usando la manta y la mochila como almohada. Sin olvidar poner la espada a mi lado. Un nuevo susurro dijo "ese armatoste no te hace falta aquí, puedes estar tranquilo, ya nadie te persigue. Descansa pequeño héroe" Sin saber porque me quede durmiendo en un abrir y cerrar de ojos.

Empeze a soñar, pero parecía como si estuviese despierto el mismo sitio donde me quede durmiendo, pero con una pequeña diferencia. El arbol aquel, ahora me hablaba con claridad y no en susurro.

EL arbol, Soy el gran guardian rojo y protejo este bosque desde antaño. Estaba esperando conocerte en persona pequeño joven, Arym. ¿No es ese tu nombre?

Arym, ¿cómo que sabes mi nombre? ¿cómo es posible que este hablando contigo en el sueño? ¿cómo parece esto tan real?

El arbol, eres muy joven para entenderlo todavía. El vínculo que te une a los elementos de este mundo te permite hablar conmigo y con los demás seres mágicos.

Arym ¿Demas?

Arbol: Si con los demás, existen más entes y criaturas aparte de los humanos que usan la magia, que se pueden comunicar y que vivían antes de que estos. Llegasen a la tierra.

Arym: ¡¡Eso es imposible, la magia no existe y menos aún arboles parlanchines como tú!!

Arbol: Pequeño inocente. No conoces nada de este mundo que te aguarda, lo de tu casa ha sido un terrible suceso. Pero tienes que prepárate, descubrir tu verdadero ser y tu pasado. Hay muchos que dependen de ti, para ser libres como en antaño y muchos que desean tu fracaso. Tu destino ha empezado y ya solo depende de ti.

Arym: no entiendo nada porque yo, solo soy um simple niño. Que cuida del rebaño y hacía las tareas de casa.

Arbol: No eres quien tú crees pequeño héroe, todo lo que has vivido se ha quedado atrás y ahora empieza tu historia de verdad. Byum te cuido y te crio a petición de tu padre, pero no te pudo enseñar tu verdadero ser. Su misión ha sido cumplida pero ahora todo depende de ti. Bueno paremos ya de perder el tiempo, has de buscar en este bosque. Un trozo de tu pasado se haya escondido. La casa de tu padre tiene un sótano busca allí tus respuestas. Tienes que marcharte los primeros rastreadores te están buscando por el bosque y yo no podre entretenerlos mucho. Mi larga guardia llega a su fin...

Arym: Pero no te vayas explícame más, tú sabes más cosas. Te obligo que me lo cuentes...

En ese momento me desperté era de noche, pero podía ver con claridad en la oscuridad, tendría que ver con algo de lo que había dicho aquel arbol. Me levante, la pierna ya no me dolía era extraño, observe de nuevo la herida, pero ya no quedaba rastro de aquella. Parecía como si todo hubiese sido mi imaginación. Pero por suerte tenía aquel vendaje todavía por lo que no lo había soñado. Recogí todo, guardé la manta, cogí aquella espada y me opuse la mochila a la espalda. Empeze a andar sin saber dónde tenía que buscar o a donde tenía que ir. Me di la vuelta y contemplé el arbol una última vez y un susurro vino a mis oídos "Tu viaje ha comenzado". Un flash apareció ante mis ojos. una imagen clara y concisa. Era la casa de mi padre y al lado estaba el riachuelo de agua roja como el que había visto antes.

Por fin sabía por dónde empezar.

UNA LEYENDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora