Los nuevos

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Alisa despierta de golpe al caer de la cama empapada en sudor.

-¿Alisa?- la voz de su madre se oye fuera de la casa- ¿Qué haces?

-¡Au!- se levanta de un salto- Nada madre- se viste y sale fuera de la casa donde su madre está tendiendo la ropa- Hoy comeré en el bosque con Selene y Mark, hemos encontrado un manzano repleto, en esta época del año.

-Hay pan sobre la mesa, hazte un bocadillo- su madre tiene la mirada perdida mientras tiende. Alisa la mira un tanto preocupada y se da cuenta de las ojeras que tiene, pero prefiere no preguntar nada. Ya que todos los años, estos días siempre está igual.

-Adiós madre,- le planta un beso en la mejilla la cual ni se inmuta- y cuando llegue Marcos dile que vaya al lago con el regalo que estaremos allí- Coge el bocadillo y echa a correr hacia el bosque, con la extraña gema en el bolsillo.

Cuando llega al encuentro de sus amigos, se adentran al bosque por un pequeño sendero que llega a un lago de cristalinas aguas. Allí los amigos tienen un refugio construido con diferentes tipos de madera que les había ido sacando Marcos de la carpintería cuando ya eran inservibles. Aunque habían tardado casi dos años en construirla del todo, ya que el carpintero era un poco tacaño y no le gustaba desperdiciar nada. En el interior del refugio tenían mantas viejas y un poco destrozadas ya y algunas grandes piedras que usaban como muebles o lo que ellos necesitaran en ese momento. Cerca de su escondite, hay un extraño manzano que está repleto de rojas y jugosas manzanas en cualquier fecha del año, por lo que los chicos siempre acababan atiborrándose a manzanas. Allí han pasado muchos días sin clase contando historias o inventándose aventuras y cuando hacia buen tiempo se bañaban en el lago.

Cuando se acomodaron en el refugio, Alisa les contó todo lo que había pasado cuando sus amigos se fueron: la reacción de su madre ante la palabra magia, la gema que no se había vuelto a iluminar, todo con pelos y señales. Al acabar los amigos que quedan en silencio sin saber que decir ante tan extraño comportamiento, pero en ese momento se oye un ruido fuera y los tres se dirigen a la entrada del refugio.

-Debe ser mi hermano, que dijo que vendría a enseñarme a disparar con arco. Aunque es muy pronto para que venga- sale del refugio seguida de los hermanos.

Se asomas ocultos tras unos matorrales y en la orilla del lago ven a un chico y a una chica lanzando piedras a la superficie haciéndolas rebotar en ella. Ambos son muy morenos y el chico parece tener la edad de ellos, la chica parece menor, pero no mucho más.

-¿Los conocéis?- Alisa se estaba poniendo blanca por momentos, esos chicos... se parecían tanto a los de su sueño... pero no podía ser. Mueve la cabeza para sacarse esa idea de la cabeza y se acerca un poco más- no parecen de aquí.

-No- contestan los hermanos al unísono.

Mark sale de su escondrijo y se acerca a ellos.

-Hola, ¿no sois de por aquí, verdad? Nunca os habíamos visto antes- Las dos chicas se acercan también y se colocan a ambos lados de Mark.

-Hola- el chico se gira y deja caer la piedra que llevaba en la mano. Tiene el pelo muy oscuro, pero sus ojos son de un ámbar tan claro que es difícil dejar de mirarlos.- No, no somos de por aquí, solo estamos de paso. ¡Uii! Que mal educado soy, yo me llamo Dan y esta es mi hermana Debbie- la chica se gira y lanza una mirada de odio a su hermano, que sonríe. La chica es igual a su hermano, pero con el pelo largo y recogido en una trenza hacia el hombro.

-Yo me llamo Mark, y ella es mi hermana Selene.

-Yo soy Alisa- ahora sí que está segura de que los chicos son los de su sueño, pero ¿Por qué habían aparecido en su sueño?

Ella. La elegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora