Todo preparado

52 5 0
                                    

Dan abre los ojos y se toca el costado, bajo sus dedos nota algo extraño y cuando se mira ve que lo lleva envuelto en una venda blanca. Cuando se incorpora siente un leve dolor, pero es un dolor soportable. Observa lo que tiene a su alrededor y se da cuenta de que se encuentra en una pequeña cabaña. En ese instante se acuerda de Alisa y sale rápidamente de la cabaña dándole un gran susto a su hermana que da un salto con un cuchillo en la mano. Al ver quién es el que la ha asustado, suelta el arma y lo abraza.

-Buenos días hermanito- lo suelta y señala su costado- ¿Cómo te encuentras?

-Bien,- pero Dan solo tiene una cosa en mente y es encontrar a la chica para partir cuanto antes.

-Si buscas a Alisa está en su casa, o lo que queda de ella. Lleva allí dos días, y sin probar bocado...- se le quiebra la voz al acordarse de lo ocurrido.

-Voy a por ella, hay que irse ya o se preocuparan y mandaran a más gente y entonces sí que no pasaremos desapercibidos- coge unas manzanas y un cacho de pan que tiene Debbie y se aleja hacia el pueblo comiéndose una de las manzanas.

Cuando llega a la casita, ve a Alisa en el suelo, rodeada de trastos viejos y calcinados, también hay una cantimplora cerca de ella, Dan supone que la habría traído Debbie. Se acerca a Alisa con cuidado de no pisar nada y lanza la manzana a las piernas cruzadas de la chica.

-Come- le da con el pie a la chica, pero esta ni se inmuta- Tenemos un largo viaje por delante, y en mi estado...-se toca el vendaje- no puedo cargar contigo. A no ser que prefieras que te arrastre, aunque no creo que eso le guste mucho a la señorita.- Se sienta a su lado.

-Vete, solo hago que meter la pata y traer problemas a todo el mundo- levanta la cabeza que la tenía escondida entre los brazos y mira todo lo que hacía dos días era una preciosa casa- siempre hago daño a quien me importa- Mira a Dan y al ir a apartar la mirada de él, este le mete un trozo de pan en la boca lo que provoca que Alisa empiece a toser.- ¿Qué haces?- escupe el pan.

-Come y levántate- su tono suena muy autoritario. El chico se levanta de un salto, lo que le provoca una punzada de dolor en el costado- ¡Vamos!- coge a Alisa de una mano y estira de ella colocándosela en el hombro como si de un saco de patatas se tratara- Pero no te muevas que me haces daño.

Alisa no tiene apenas fuerza y para de intentar bajarse de encima del chico, pero aun así el paso de este es lento y se nota como le cuesta respirar; pero aun así comienza a hablar:

-Mira, nada de esto es culpa tuya- su voz suena tan suave que la chica no acaba de creer que sea Dan el que le está hablando- la culpa es de hombres poderosos que quieren acabar con la rebelión a costa de todo.- Se para y la baja al suelo, él se apoya en un árbol y respira, pero antes de que la chica pueda hablar, continua.- Tú... tú eres... nunca había conocido a nadie que estuviera dispuesto a dar la vida por mi hermanita y sin apenas conocernos. Y te doy las gracias por ello. Además poca gente es capaz de enfrentarse a una drakonta, y tú no solo te has enfrentado a una, sino a una manada entera. Y por lo que veo- se mira el costado- se te dan bien muchas cosas.

Alisa aun está impactada de lo que le acaba de decir ese chico... no se lo habría esperado nunca. Aunque a lo mejor no es tan borde como ella piensa.

-Lo siento.

-¿Qué?- Dan abre mucho los ojos y la mira, no entiende nada.

-Que lo siento. Yo no soy la chica a la que buscas- da un mordisco a la manzana y continua- yo no soy la esperanza que buscais, simplemente soy una niña asustada a la que le han quitado todo lo que tenia- se acaba la manzana- Lo siento.

-Mira que a las chicas os gusta haceros de rogar- la mira y sonríe- ¿Qué quieres, que te lleve otra vez? Yo lo intento pero no prometo que lleguemos muy lejos, ya sabes, me hirieron para salvarte, porque yo si que confio en ti- esas palabras dejan a Alisa boquiabierta, por lo que el chico rectifica rápidamente- bueno, mi hermana confía en ti, y yo en ella- baja la voz- menos en temas relacionados con chicos- suspira, y Alisa sonríe ante esas palabras, se levanta y se deja llevar a donde los espera Debbie con todo preparado para partir.

Debbie los ve llegar y nota en el rostro de su hermano que ha conseguido lo que pretendía, <<como le encanta salirse con la suya siempre>> piensa. Alisa tiene mejor aspecto y se va comiendo el pan con el que casi la ahoga Dan. Mientras terminan de preparar todo Alisa se acerca al lago para asearse un poco y cerca encuentra a Selene apoyada en un montículo de piedras que esconden el cuerpo de su hermano. Se acerca a ella:

-Selene... yo...- no puede acabar la frase cuando su amiga se abalanza sobre ella y empiezan a rodar ambas por el suelo.

-Tú...- le pega un puñetazo que hace que le sangre el labio a Alisa- tú has hecho que lo maten, y lo pagarás- vuelve a lanzar otro puñetazo hacia la cara de la chica la cual lo para con ambas manos e intenta zafarse de Selene- Ah no, ahora no te escapas y tampoco está tu "novio" para ayudarte- cuando acaba esa frase nota como alguien la agarra de la camiseta por la espalda y la separa de Alisa.

-Su novio no estará- Dan tiene una cara de enfado que asustaría a cualquiera, hasta Debbie estaba preocupada, nunca había visto tan enfadado a su hermano- pero estoy yo para protegerla y que no le pase nada. Ella vale, más que tú o que yo o que todos nosotros juntos, asique si te tengo que matar- saca la espada y apunta a Selene al pecho- no lo pensaré dos veces.

-¡Noooooo!- Alisa se interpone entre la espada y su amiga- Si la matas a ella olvídate de que os ayude porque para matarla antes tendrás que acabar conmigo.

-Apártate de ahí- el chico mueve la espada hacia el lado, pero como Alisa está tan cerca le hace un gran corte en el hombro- No... estúpida- Retira la espada y se aleja de las chicas adentrándose en el bosque de nuevo.

-Tú...- Selene sigue en el suelo- ¿Por qué te has puesto en medio?- Cuando Alisa se gira, su amiga señala asustada el corte del hombro.

-Esto no es nada, no te preocupes- le sonríe. Pero tú eres mi amiga, y ahora mismo eres lo más parecido a una familia que me queda por lo que no quiero perderte a ti también- las chicas se dan un abrazo.

Debbie contempla la escena mientras ve a su hermano adentrarse en el bosque, sabe que en ese momento es mejor dejarlo solo. Cuando comienza a anochecer les propone a las chicas cenar e irse a dormir porque al día siguiente deben partir.

Las tres chicas cenan tranquilamente en la casita entre historias y risas, aunque Dan sigue sin aparecer. Al acabar las tres se tumban en el suelo de la cabaña. Pero no todas consiguen conciliar el sueño, Alisa se despierta varias veces entre sudores y sofocos y decide salir a tomar el aire. Se rodea con una manta y se carga el arco al hombro. AL salir oye unos extraños ruidos y se acerca a ver que los produce, cuanto más se acerca más se da cuenta de que es Dan, y está...

-¿Pero qué haces?- Alisa sorprende al chico, que está sudoroso y fatigado, pero este no para de acuchillar un árbol con su espada- ¿Se puede saber que te ha hecho ese árbol?

-¿Qué haces aquí?- Al parar cae al suelo fatigado y con cara de dolor, enfado, angustia, odio...

-Yo he preguntado antes- deja caer el arco al suelo- No podía dormir- Se acerca a él.- Y tú no deberías hacer esfuerzos, lo único que tienes que hacer es descansar, porque si no esto no se va a curar nunca- le toca la venda y el chico se estremece- Ves, aun te duele.

-¿Y que si me duele?- Tiene la mirada fija en su espada, no quiere mirar a Alisa- sabes que la única que importa aquí eres tú, ni yo ni mi hermana, ni tu estúpida amiga importamos- Por fin decide mirarla y observa el vendaje que lleva en el hombro en el lugar donde su espada le ha cortado. Vuelve a apartar la mirada y se intenta levantar, cosa que no consigue y vuelve a caer al suelo.

-¡Dan!- cuando se acerca a ayudarlo la aparta de un manotazo- Esto no ha sido culpa tuya, solo ha sido mía, me he acercado demasiado a tu espada- ve que se relaja un poco y le toca el costado mientras este pone cara de dolor- Tienes varias costillas rotas y solo se curaran si haces reposo.

-Lo siento- la voz del chico casi ni se oye.

-¿Cómo?

-Que lo siento, que no he podido salvar a tu familia, ni a tu amigo. Pero mi prioridad eres tú- levanta la mirada, sus caras están muy cercas, sus ojos también. Ella nota la respiración entrecortada de él en su rostro.

-Olvídalo, me has salvado a mí y a mi amiga a costa de tu vida. Gracias.

Se tumban los dos, uno al lado del otro, mirando el oscuro cielo repleto de estrellas. Ella se queda dormida en unos pocos segundos, envuelta en la manta y sabiendo que él está a su lado.

��«��

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 23, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ella. La elegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora