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De la penumbra de la más alta noche de aquel siniestro palacio que de jóvenes muchachos se miraban caminar, los ataúdes de los líderes se iban abriendo y de ellos aquellos que cuan habilidad semejaba a la de aquellos villanos
-Agh otro asqueroso año mas-
Dijo uno para después soltar un largo bostezo, cada uno con un aire distinto volvían a la escuela.
-Oigan ¿Han abierto otro dormitorio? Hay atrás hay otro ataúd-
Comentó uno de ellos que destacaba entre los demás por tener menor altura y por sus cabellos de un rojo carmesí.
Y era cierto, tras sus ataúdes había uno en medio el cual se encontraba cerrado, más cuán se sintió la presencia el ataúd se abrió y una goleada de mariposas de todos los colores salieron casi espantando a los varones pero cuando estás pasaron hay estaba ella.
Una dama de cuyo forro del ataúd estaba cubierto de las flores más hermosas, tenía un largo cabello azabache que de no ser por la tenue luz del lugar, su pelo pareciera las más hermosa noche estrellada, usaba un vestido blanco sencillo dándole cierta gracia a la belleza de la joven que se intensificaba.
-Puede ser-
Todos los líderes de dormitorio giraron para ver a director de la institución
-¡Vayan al salón de selección esto no les importa en absoluto!-
Grito el hombre de apariencia pintoresca quien echo a los estudiantes del lugar, el hombre estaba atónito con lo que veía.
-La belleza de Blancanieves, la lealtad de Aurora, la curiosidad de Bella, la valentía de Mérida, puede ser que el espejo la haya enviado-
El tacto de la tela del guante en el rostro de la joven la hizo despertar dejando ver unos hermosos ojos violetas
-Q-que-
Con un soplido de voz dijo la chica mirando donde se encontraba y perdiendo el equilibrio, cayó al suelo
-¿Se encuentra bien?-
Pregunto el hombre mientras extendía su mano para ayudarla a levantarse
-¿¡Quien es usted donde estoy?! ¿Eh muerto?-
La incertidumbre en su cabeza, el miedo que se incrustó en sus venas, con su mente confusa sintió un abrazo de aquel hombre
-Por favor cálmese está a salvo debo de explicarle mucho ¿Puede acompañarme a mi oficina?-
La chica asustada asintió.
El camino por los pasillos fue un sueño de magia para la fémina quien miraba con asombro y brillantes ojos el lugar, que como si de Howarts se tratara la atmósfera era mágica, llegaron a un despacho
-Me presento, soy Crowley director de la prestigiosa escuela masculina Night Racen College y ¿Cuál es tu nombre?-
