¿Cómo reaccionarían los chicos de Twisted Wonderland si...?

⋆ ¿Cómo reaccionaría Deuce S. si...?

¿Cómo reaccionarían los chicos de Heartslabyul al verte por primera vez?

Las clases de hoy parecían estar bastante revolucionadas y había un motivo claro. Sí, aquella chica que había llegado a la academia. Muchos se preguntaban quién narices era ella y por qué estaba en una escuela masculina como lo era NRC. Algunos jóvenes se acercaban con descaro a hablarle pero simplemente se encontraban con un rechazo a cualquier tipo de propuesta. La hora del almuerzo llegó poco después de eso. Deuce, nuestro querido naipe, se encontraba junto a Ace sentado frente su almuerzo viendo su amigo pelear con su comida como si tuviese vida o algo. Negó llevando una mano a su frente suspirando por lo que estaba montando su compañero por una tontería. — Quédate ya quieto, ¿quieres? — Dijo el de cabellos azabaches metiendo sus palillos en la comida produciendo carcajadas en el contrario. Hizo una mueca de molestia y luego desvió la mirada encontrándose con una escena que no fue para nada de su agrado. La chica de esta mañana estaba siendo molestada por unos cuantos chicos de Savannaclaw. Eso por alguna razón le hizo sentir impotencia y se levantó posando sus manos sobre la mesa mientras analizaba la situación.

— ¿Uh? ¿Qué pasa Deuce? — Preguntó el de cabellos anaranjados con la boca llena de comida levantando la mirada hasta donde él miraba.

— Nada... — Comenzó a caminar con seguridad hasta ellos. Parecía no tenerle miedo a tales bestias como podrían ser aquellos lobos y leones. Tomó la mano de uno de ellos que tenía la intención de tocar el pelo de la dama y la apartó con brusquedad manteniendo contacto visual con este. El más alto se levantó con mucha molestia por haber sido interrumpido en mitad de la acción y entonces por unos instantes eso hizo que Deuce se echase un paso atrás, replanteándose porque estaba metiéndose en una pelea cuando dijo que no lo haría, pero es que ver cómo molestaban a la chica no le había gustado ni un pelo. Cuando el lobo se giró unos momentos a mirar a su amigo la hiena, Spade aprovechó y estrellando su puño en la nariz del estudiante lo echó para atrás. La hiena mientras tanto, se acercó a la joven con intenciones de tomar su muñeca pero no llegó porque alguien lo aplacó pero de manera literal. ¿Otro naipe? Ace estaba ahora pegándose con aquél compañero.

— Menudo caso... — susurraste algo confundida pero agradecida por la ayuda de ambos chicos.

— ¡Deuce! ¡Sácala! — Le gritó el del bonito corazón en el ojo mientras trataba de no ser vencido por aquella estúpida hiena.

Deuce le hizo caso y sosteniendo tu mano, salió corriendo lo más rápido que pudo del lugar. Ambos acabasteis sentados frente a una fuente riendo por lo que acababa de pasar y de como es que Ace se las habría apañado para no meterse en un lío. Te giraste a ver al de cabellos azabaches y con una suave sonrisa, te inclinaste hacia él para verle. — Gracias, me salvaste. — Soltando una ligera carcajada, metiste la mano en el agua jugueteando con esta mientras esperabas una respuesta.

— ¿Quién eres? — Preguntó el joven bastante curioso ahora.

— Me llamo Yuu, ¿cómo te llamas tú?

— Deuce, Deuce Spade.

Te quedaste en silencio, pensando en lo bonito que era su nombre y él, pensaba lo mismo que tú. Tras unos instantes callados, te invitó a acompañarte a tu dormitorio y aceptaste encantada. ¿Spade había cautivado tu corazón? Tal vez era demasiado pronto para decir algo pero de lo que estabas segura es que había llamado por completo tu atención. Caminando uno al lado del otro, el de pica en el ojo te mostraba algunos de los bonitos lugares que había en la escuela, quedando cautivada por aquellas decoraciones peculiares y divertidas.

— Mi dormitorio es ese de allí.

— ¿Ese? ¿Entonces ya hemos llegado?

Asentiste con una sonrisa mientras reías, pareciéndote tierno el hecho de que él no se mostraba animado a la idea de que ya tuvieseis que despediros. Así que al llegar a la puerta, te volteaste pensando en animarle. — ¿Nos veremos esta noche en la cafetería? — Cruzando tus brazos, ladeaste la cabeza esperando una respuesta.

— ¿En la cafetería? Eh... Eh... ¡Claro! — Actuó algo nervioso pero encantado con la idea. Después de todo, le hacía ilusión seguir hablado contigo. Al final se despidió haciendo el esfuerzo por no verse desanimado y hasta que no desapareciste por esa puerta, no dejó de mover su mano mientras se alejaba. Ahora su otra preocupación era sacar a Ace del problema en el que posiblemente se había metido.