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Jimin se repetía que no valía la pena. Mientras subía en el ascensor que lo llevaría directo al penthouse de aquel exclusivo y lujoso edificio, se repetía que Jungkook no valía la pena como para que él se preocupara y se sintiera nervioso.

Y una vez el ascensor se detuvo en el piso correcto, ingresó la clave del departamento que le habían dado, se tranquilizó respirando larga y pausadamente, y tomó la valentía necesaria para decidirse entrar una vez por todas.

—Ya estoy aquí —anunció cuando cerró la puerta detrás de él.

Sus ojos se pasearon con discreción por los lugares del departamento donde solo podía alcanzar su vista. Era tan grande como se esperaba y estaba seguro que tanto los muebles como la decoración valían más de lo imaginado. Aún así, nada parecía exagerado, sino más bien minimalista.

Algo esperado de Jungkook.

Rápidamente su entrecejo se frunció. ¿Por qué demonios estaba pensando en Jungkook?

—Llegas un minuto tarde.

Su cuerpo se tensó cuando la voz grave irrumpió en la entrada tomándolo por sorpresa. Sin embargo, en una fracción de segundo recuperó la compostura y alzó su mirada hacia el frente sin titubear.

Jungkook estaba a tan sólo unos metros de él, apoyado contra una de las paredes y con los brazos cruzados. Pequeños mechones caían por los lados de su rostro mientras que el resto parecía estar sujeta en una cola hacia atrás. Tenía rostro de recién haberse levantado y quizás sea así, después de todo aún traía la pijama puesta... O bueno, si es que una bata de seda, torso desnudo y unos pantalones holgados podían considerarse pijama.

De solo verlo el rencor y la irritación volvían a ser parte de él, pero de igual forma, su rostro formal e impasible no cambió.

—Lamento la tardanza, pero vine en un auto enviado por la agencia, por lo que haber llegado un minuto tarde no es mi culpa.

Working with the devil  ⟢  kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora