Ellos juraron odiarse para siempre pero años más tarde vuelven a encontrarse cuando, por un error de papeles, Jimin termina siendo contratado para ser asistente de Jungkook, la estrella del momento.
Muchas cosas no se dijeron en su momento y otras...
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Tal como se esperó, Jimin se sintió confundido y desorientado cuando despertó y se encontró con el lado de la cama frío y vacío. Sin embargo, una vez leyó el mensaje que le había dejado Jungkook, sonrió y volvió a recostarse sobre la cama.
Se sentía de maravilla, con una tranquilidad en su corazón que no había sentido en muchísimo tiempo. Estar en la habitación de Jungkook, cubierto de sus sabanas y rodeado de su olor lo hacía sentir bien, tanto a él como a su lobo.
Se estiró soñoliento, con la sonrisa boba plasmada en su rostro, la cual se ensanchó aún más cuando los recuerdos de la noche anterior volvieron a él. No supo en qué momento los besos subieron de tono, como tampoco supo en qué momento terminó en la habitación de Jungkook, desnudo sobre su cama y con el alfa sobre él, pero las marcas en todo su cuerpo y el ligero dolor a partir de su cintura baja solo daban crédito a sus memorias.
Fue como revivir la noche de su primera vez.
Mucho mejor de lo que había recordado.
—Debería llamar a Yoongi —murmuró Jimin con un pequeño mohín, con el rostro enterrado en la almohada. Tenía los ojos cerrados y todo el cabello delante de él—. Debo saber cómo está Heejin.
La señora Kim no podía quedarse toda la noche con su hija, por lo que tuvo que llamar a Yoongi para que se quedara con ella. El beta había terminado aceptando, después de toda una negociación con Jungkook que involucraba un autógrafo de Namjoon y un pago con varios ceros después del uno en él.
Jimin estaba a punto de tomar su celular para contactar a su mejor amigo, cuando el timbre de llamada de un celular que no era suyo sonó en toda la habitación. Solo bastó una rápida mirada para darse cuenta que se trataba del segundo celular de Jungkook, el cual había dejado sobre la otra mesa de noche.
—¿Por qué salió sin él? —preguntó con extrañeza, mientras se estiraba y alcanzaba el aparato.
No había nombre en la llamada, solo un emoji de una mujer como identificación, por lo que no pudo evitar fruncir el ceño. Al ser asistente de Jungkook, anteriormente había llegado a responder algunas llamadas cuando el alfa se encontraba ocupado, sabía qué llamadas responder y cuáles no, pero no recordaba a ninguno con ese emoji en particular.
A pesar de eso, creyendo que no había nada de malo, apretó el botón verde y contestó.
—Buenos días, habla el asistente de Jungkook.
Silencio.
Jimin se quedó esperando una respuesta por varios segundos, pero la persona del otro lado de la línea no parecía tener indicios de responder. Confundido, alejó el celular de su oreja para verificar y se dio cuenta que la llamada no se había colgado.
