capítulo 8.

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Capítulo 8

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Capítulo 8. El significado de las lágrimas en el espejo, es el color de mi sonrisa azul y gris

Entre a mi habitacion. Pero para mi buena o mala suerte, ahí se encontraban mis padres hablando con los enfermeros detrás de la puerta. Como si su objetivo fuera que yo escuchará la conversación que tenían.

— ¿Cuanto tiempo de vida enfermara? — Pregunto mi madre con lagrimas entre sus ojos, oyendo como sollozaba y hablaba con la voz cortada.

Escuche como la enfermera trago para decir — Menos de 5 meses, ya no podemos hacer nada más — Al escuchar esto un nudo en mi garganta se hizo presente y no podía respirar con tranquilidad.

— ¿Qué?... ¿Enserio ni un donador le serviría? — Pregunto mi padre el cual consolaba a mi madre, pasando sus grandes manos por el pelo de mi progenitora.

— Si, pero es muy poco probable que haya algún donador... ahora ya no se puede hacer nada que solo esperas su muerte — Yo me tiré al piso al oir eso, no podia creerlo ni quería hacerlo. Cuando escuché eso mis ganas de vomitar se hicieron presentes.

— Yo le puedo donar mi corazón — Dijo mi padre, cuando escuche eso lagrimas de mis ojos empezaron a salir. Mis ojos se abrieron completamente, y yo solo me senté de forma fetal poniendo mi cabeza en mis rodillas.

— Señor, no podemos hacer eso. Necesitamos un corazón joven, si usted donará su corazón solo serviría un año. En cambio un corazon joven soporta a lo máximo 5 — La enferma dijo... yo ya no prestaba más atención en las palabras. Estaba en shock, y estaba aturdido por todo lo que pasaba. Por eso no me pude dar cuenta de la presencia que ya hacía enfrenté mío.

— ¿Que haces en el suelo? — La chica me puso un palo enfrenté mío para que me agarrara. Ella estaba en la otra punta del palo, yo lo agarre e hizo que me levantará del suelo.

— ¿Que?, No sucede nada. Sólo ehh no podia abrir la puerta de mi habitación — Dije con una sonrisa intranquila limpiándome las lágrimas de mi cara.

— ¿Estás seguro que es eso nada más?, mmm bueno confiaré en ti — Cuando me dijo eso yo solo tragué y suspire con tranquilidad nuevamente.

— ¿Y qué haces aquí? — Le pregunte con curiosidad aun agarrando el palo que nos dividía uno del otro.

— Pues estaba caminando, y cuando te vi en el piso me preocupe por ti. Y bueno creo que ya sabes lo que paso después — La chica me sonrió y yo solo sonreí sin darme cuenta ni una explicación por la cual lo hacia a su par. Yo sonreía cuando ella lo hacía.

— Gracias por preocuparte, creo que jamás alguien se había preocupado tanto por mi — Le dije sacando una pequeña risita bajando mi cabeza, pero aun perceptible en los oídos de la chica. Ya que cuando acabe mi oración ella solo se río.

— Yo me preocupo por ti, por que sin ti los dias serían más aburridos — Me sonrío rozando su dedo con mi barbilla haciendo que yo solo me sonrojara con levedad. Bajando mi cabeza al instante con timidez.

— ¿Gracias?, jeje supongo — Le dije con timidez aún con mi cabeza baja, viendo hacía el piso gris en el que estaba sobre el.

— No hay de qué. Ahora te dejo por que tengo que ir a mi habitación para que me pongan mis medicamentos, nos vemos — Y cuando menos me lo espere vi su cuerpo caminar para irse lentamente entre las otras habitaciones, yo solo sonreí sin darme cuenta y me levante del suelo secando mis lagrimas.

Giré la perilla de mi habitación y ahí seguían mis padres, pero al darse cuenta de mi presencia dejaron de hablar de lo  qué fuera que estaban hablando. Cuándo Mariana me habló deje mi atención en la voz de mis padres para concentrarme en la suave voz de la chica que me recogió desde el suelo.

— Hola, ¿Que sucede? — Pregunto viendo como todos se ponian nerviosos ante mi presencia. Pude escuchar la saliva pasando por la garganta de mi padre, no decían nada. Solo sus respiraciones agitadas.

Mi padre volvió a tragar saliva para solo decir con un tono de nervios — Nada hijo, queríamos venir a verte, a saber como te encontrabas — Me sonrío haciendo que sintiera desconfianza de el completamente

Yo los miré con desconfianza, sabía lo que pasaba, solo que ellos no me querían decir. Era estúpido, completamente lo era. Algún día tendría que morir, no veo la necesidad de esconderme que me voy a morir en menos tiempo. Y si, al principio me costó asimilarlo, pero al final siempre será algo que quiera o no me pasará. Y a todos en realidad.

Sin decir ninguna otra palabra solo me puse mis audífonos tratando de ignorarlos, a ellos y sus tan evidentes nervios al solo entrenar de la puerta. Era gracioso tratar de ocultar mi fecha de muerte.

Me recosté en mi camilla para entre cerrar mis ojos, saqué una risa burlona. Solo quería dormir en ese momento, no queria pensar en nada mas que fuera mi cama.. pero cuando cerraba mis ojos en mi cabeza se imaginaba la cara de Mariana, era raro. Por que cuando ni siquiera pensaba en ella, solo venía de mi mente de repente, era raro al verla. Ya que nunca me había pasado algo similar a lo que me estaba pasando en esos momentos.

Pero... al sólo ver su cara en mi mente me hacia sentir feliz, feliz sin que yo lo sintiera. Pero en realidad hacía que el palpitar de mi corazón se hiciera más fuerte, cómo si fuera ella la cura de mi problema de mi corazón. Ya que ella hacía que mi corazón palpitara nuevamente cuando no podía hacerlo. Ella hacía qué mi corazón volviera a latir después de no hacerlo.

Blue & grey -YolorianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora