Capítulo 4, parte 1: POV Açelya

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«Domingo, 15:10 PM»

Mi cabeza latía intensamente, todo se sentía difuso, acompañado de una sensación imponente de mareo y náuseas. "No volveré a beber en mi vida" pensé, aunque sé de sobra que me estoy mintiendo a mí misma. Abrí los ojos con mucha dificultad, la resaca no pensaba darme tregua, eso seguro. Todos mis sentidos se sentían más sensibles que nunca a cualquier estímulo y la luz de la ventana me cegó por un momento. Observé a mi alrededor, mis tacones estaban desperdigados uno en cada punta de la habitación, mi bolso tirado en el pequeño sofá y aún llevaba puesto mi vestido que usé anoche. Ugh, soy un desastre. Estaba tratando de juntar fuerzas para levantarme, cuando la puerta se abrió. Demir entró con una botella de agua y una tira de ibuprofenos.

-Pensé que no ibas a despertar más cariño, me preocupé un poco cuando pasó la hora del almuerzo y aún no habías abierto los ojos, tendrías que haberte visto, roncabas como oso-. Comentó él casualmente, todo sonriente y para colmo dejando salir una risa. Incluso en mi estado de atontamiento pude sentir como la sangre comenzaba a hervirme. "Maldito idiota, además de haberme dejado plantada ayer, tiene el descaro de burlarse de mi horrible y vergonzoso estado de ebriedad"

-Qué raro que te hayas preocupado por mí, después de todo, anoche no te importó una mierda como estaba-. Le respondí, casi escupiendo las palabras cargadas de amargura. Demir parpadeó y bajó la mirada mientras se acercaba a la mesita de luz para dejar el agua y los ibuprofenos.

Respiró hondo, como intentando encontrar las palabras indicadas y habló, con un tono sosegado en su voz. -Açelya, realmente no quiero pelear contigo, estoy muy...-.

-¿Estás qué, Demir?-. Lo interrumpí, segura de que iba a decirme alguna estúpida excusa.
-¿Estás estresado, agotado por el trabajo y bla, bla, bla? Pues adivina, me importa un carajo-. Me enderecé y crucé los brazos. -Siempre trato de entenderte, trato de ayudarte a que esta situación sea más leve para ti, que el trabajo te sea menos pesado en el hospital, hago todo lo que puedo Demir. Solo un día tenías que estar aquí para mí y ese día era ayer, ¡Mi cumpleaños, por el amor de Allah! Al menos hubieras mandado un mísero mensaje, una llamada corta, una señal de humo, ¡No sé, algo Demir!-. Exclamé.

-No fue fácil, ¿Está bien? -. Alzó la voz, exasperado. - Ayer llegaron unos inversionistas muy importantes del extranjero. Me tomó toda la mañana hablar con ellos, tengo un proyecto importante para invertir en los hospitales y el sistema de salud en general. Me costó en sobremanera, pero logré convencerlos. Luego por la tarde me junté con los departamentos de marketing, la junta directiva y varios más. Aún me duele la garganta de tanto hablar y además ni siquiera dormí aquí, me quedé dormido en el escritorio y me despertó guardia de seguridad como a las 05:00 de la mañana, pensó que me había pasado algo. Llegué aquí y dormí en el sillón porque no me quedaban fuerzas para subir la escalera-.

- ¿Y qué pasó con tu teléfono? No me digas que no tenías batería porque te llamé por la mañana, algunas veces a la tarde también y sonó varias veces hasta llegar al buzón-.

-Por la mañana estaba encendido, pero en silencio y en mi oficina. Para cuando terminé con todo y fui a la oficina a la noche, ya estaba apagado-. Me respondió.

En todo ese tiempo en el que me habló, yo había aprovechado para cambiarme, lavarme los dientes, la cara y para cuando terminó de decirme que su teléfono se había apagado, yo ya estaba con mi bolso en mano, lista para irme. No crean que no lo escuché, oí cada palabra, pero no pensaba quedarme aquí con él. Estoy demasiado herida para quedarme en el mismo lugar que él.

-Me voy por ahí un rato. Necesito despejarme-. Le dije como única respuesta y salí bajando las escaleras de dos en dos. Antes de que pudiera decirme algo más, ya había salido por la puerta.
Una vez estando fuera, caí en la cuenta de que no sabía a donde ir, pero bueno, ya inventaría algo sobre la marcha. Me detuve en la parada de autobus y mientras esperaba, miré las historias de Instagram. Gülin había subido una foto unos minutos antes, "No me dejan tranquila ni un domingo" decía y en la foto aparecían Nazlı y Selvi sonriendo en su puerta. "¡Bingo! amiga, espero tengas lugar para una más" pensé mientras subía al bus, una tarde de chicas es todo lo que necesito en este momento.

{PAUSADA}𝑰'𝒗𝒆 𝒈𝒐𝒕 𝒂 𝒎𝒂𝒏 𝒃𝒖𝒕 𝑰 𝒘𝒂𝒏𝒕 𝒚𝒐𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora