Los comunistas chinos traicionados por el anticomunista Chiang Kai-shek, quedaron asediados en la región sureña de Jiangxi. Pero consiguieron hacer la Larga Marcha, que consistió en una retirada de más de 10.000 kilómetros que duró más de un año, desde el sur al norte de China, huyendo del Ejército nacionalista al mando de Chiang Kai-shek.
Mientras tanto, el Imperio del Japón que se había lanzado a la ofensiva en 1931 sobre la región norteña de Manchuria (región china entre Corea y Rusia), ya la controlaba totalmente al año siguiente; colocando al mando del territorio anexionado al último emperador de la dinastía Qing, Puyi, que no pudo gobernar antes de su abdicación debido a su menoria de edad. Ahora los Qing volvían a controlar una parte del territorio chino, pero esta vez, estaban al servicio de Japón, es decir, el estado de Manchuria era un estado títere del Imperio del Japón.
El 7 de julio de 1937, tras el incidente del puente de Marco Polo (una artimaña japonesa que le sirvió como justificante de guerra contra China), comenzó la Segunda guerra sino-japonesa. Los japoneses invadieron rápidamente el norte, este y litoral de China, es decir, las zonas más industrializadas e importantes de China. A esto se le suma que el Kuomintang seguía en guerra con los comunistas. Por lo que provocó que dos de los generales del Kuomintang secuestraran a Chiang durante más de 10 días para hacerle entrar en razón que había que suspender la guerra civil, aliarse con los comunistas y así expulsar a los japoneses del país. De este modo, se suspendió la guerra civil, y comunistas y nacionalistas unieron fuerzas, creando el Segundo Frente Unido. En 1945, habiendo terminado la Segunda Guerra Mundial y los japoneses habiendo sido derrotados, se retomó la guerra civil.
La Unión Soviética que le había invadido Manchuria a Japón durante la Segunda Guerra Mundial, ahora le cedía dicho territorio al Partido Comunista Chino, además de armas y arsenal bélico. La segunda parte de la Guerra civil china duró solo cuatro años con la victoria aplastante de los comunistas.
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El padre de la China moderna, Sun Yat-sen
NonfiksiHan habido emperadores en China desde hace más de 2000 años, pero no ha pasado ni un siglo desde que el último emperador de China abdicara al trono. ¿Qué pasó hace poco más de un siglo, para que pasara este cambio tan drástico en la historia de Chin...
